Los pequeños conjuntos de mercaderes y de usureros que se habían - TopicsExpress



          

Los pequeños conjuntos de mercaderes y de usureros que se habían constituido al margen de la sociedad europea a partir del siglo XIV habían intentado en vano emplear directamente su riqueza para adueñarse del poder. Los préstamos a los príncipes conducían a sus imprudentes autores a la pira o a la cárcel y el establecimiento de un régimen capitalista de producción en el Brabante no había durado en razón de sus inaceptables consecuencias sociales. Cuando aparecieron los Reformadores, la doctrina de la predestinación, más antigua que el mismo cristianismo pero que nunca había logrado imponerse, dio a la burguesía -en el sentido actual de la palabra- la posibilidad. de recurrir, para lograr su propósito, a una vía religiosa. Calvino enseñaba, en efecto, como sus predecesores, que los hombres nacen predestinados a la salvación o a la condenación eterna sin que sus méritos pudieran cambiar un sino fijado por Dios. Pero agregaba que los elegidos están marcados con un signo, la riqueza, que los distingue en la vida terrenal. El Cielo está poblado, por lo tanto, de mercaderes y de banqueros. La burguesía, entusiasmada con una tesis que reivindicaba a sus miembros hasta entonces despreciados, adoptó masivamente, salvo en Italia, la nueva religión. El calvinismo no consiguió imponerse en las Comunidades más poderosas de Europa, pero se quedó con dos baluartes: Ginebra, ciudad de banqueros, y los Países Bajos, el más importante centro del gran comercio de ultramar. También conservó posiciones apreciables en Inglaterra, a pesar de la derrota puritana. Fue desde Ginebra, Amsterdam y Londres que la "clase conquistadora", como bien la llama Georges Sorel, emprendió en el siglo XVIII el asalto al Estado de la Comunidad más poderosa de aquel entonces, Francia. Lo hizo mediante la difusión, a través de las logias masónicas y de las "Sociedades de Pensamiento", de una nueva doctrina según la cual los hombres, naturalmente buenos pero pervertidos por la sociedad, nacerían libres e iguales y se juntarían, por decisiones individuales, mediante un pacto social y un contrato político. La Comunidad quedaría reducida a una masa de individuos básicamente indiferenciados que sólo voluntariamente limitarían su libertad. Doctrina atractiva, ésta, para el ser humano, que siempre acata con cierta resistencia las imposiciones del orden social. Por supuesto, la difusión del liberalismo político por los enciclopedistas a sueldo de la burguesía dejó cuidadosamente en la sombra la otra cara de la medalla: el liberalismo económico, que permitiría al rico utilizar su dinero por un lado para proletarízar y explotar al pobre y, por otro, para manejar la opinión pública. El materialismo es, en efecto, la consecuencia ineludible del liberalismo al que destruye, salvo algunas de sus apariencias, como en el mundo democrático, o reniegue de él, como en el mundo soviético.
Posted on: Thu, 18 Jul 2013 01:01:05 +0000

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