Los personajes de este cuento son ficticios, cualquier parecido - TopicsExpress



          

Los personajes de este cuento son ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. EL PLANETA DE MARS Estacioné mi auto en la calle diecisiete, cerca a Lamont Park. Caminé por casi quince minutos hasta el Tropicalia Night Club, entre la calle catorce y la U Street, bajé las escaleras y esperé en la cola hasta que llegara mi turno de ingresar. Un muchacho delante de mí había olvidado su documento de identidad y tuve que esperar más de la cuenta. No me incomodé, le puede suceder a cualquiera. Al minuto de poner un pie en Tropicalia comenzó la música. Frigüey abrió el concierto con las notas de “Sucio” y tocaron por casi una hora, compré su CD autografiado por Ruano, primera voz del grupo. Se cerró el telón y los plomos cambiaban los equipos en el escenario preparando la pronta salida de El Gran Silencio. Nunca los había escuchado antes, solo vi unos cuantos videos en youtube antes de venir al Tropicalia. Su buena música combinando ritmos de ská, cumbia, rock y reguetón me causó una grata impresión. Muchachos con máscaras de Blue Demon bailaban pogó y saltaban en medio de la multitud que disfrutaba a rabiar, mientras las chicas se agazapaban en la parte trasera de la pista de baile. Fue ahí cuando la vi. Bailaba el cumbiatón a mi lado de una manera muy sensual que acaparó mi atención. No podía despegarla de mi vista y me olvidé por completo de El Gran Silencio. Un gran silencio se apoderó de mí como si tuviera puestos tapones en los oídos y solo escuchaba su voz tarareando las canciones. Calculo que medía cinco pies, tenía el cabello negro cortito sujetado con ganchos para el pelo, una blusita tejida a croché que dejaba ver parte de su espalda desnuda con un tatuaje del símbolo del infinito sobre sus hombros. Vestía una falda de cuero marrón, aunque, a decir verdad, con mi daltonismo y la oscuridad del lugar no pude definir bien el color, sus botas cortas hacían juego con su falda, creo que también eran marrones. Pero lo que me causó mayor impacto fueron sus grandes ojos negros, su cutis terso, la carnosidad de sus labios rojos y el clavel color rosa que llevaba sujeto a un lado del cabello. El Gran Silencio dio inicio a los acordes de Chúntaro Style. Ella bailaba levantando los brazos y moviendo la cintura al ritmo de cumbia ♫este es el chúntaro style porque canto raggamuffin y bailó de gavilán♫ sonaba por los parlantes. Quedé hipnotizado por el ritmo de su cintura, tenía deseos de hablarle, pero temí ser rechazado e ignorado y me sumé en un gran silencio. ♪listen to my ruido porque yo lo digo, el gran silencio es la pura sabrosura♫ Terminado el concierto desapareció de mi vista, me quedé un rato esperando pero no la vi. Salí del local y caminé cuesta arriba por la calle catorce rumbo al Marx Café donde se realizaría el after party. Apresuré el paso. Las once cuadras hasta la calle Irving fueron matadoras, pero las ansias por verla de nuevo pudieron más que mi cansancio. Doblé a la izquierda por la Irving Street y avancé dos cuadras más hasta la Mount Pleasant Street, dos cuadras más y ya estaba en Marx Café. El lugar me pareció sumamente estrecho, estaba lleno de gente y hacía un calor sofocante. Saqué un billete de veinte dólares del bolsillo de mi pantalón y esperé un momento a que el bartender se percatara de mi presencia. “I would like a Modelo” le dije. “Sorry we don’t have Modelo, only Corona” me contestó. Acepté la Corona con su tajada de limón y me acerqué a la diminuta pista de baile en donde chicas y muchachos bailaban apretados. La algarabía y diversión reinaban en el ambiente. Quiero bailar rock and roll de Siniestro Total, tema escogido por el DJ José Luis sonaba a todo volumen por los parlantes mientras un metalero de cabellos largos que venía del concierto de Ángeles del Infierno agitaba la cabeza estrellando su pelo contra mi cara. Gianni, mi amiga de facebook me reconoció y me felicitó por mi libro. Conversamos por un momento y luego se fue al área en donde estaba el DJ. Entonces la vi entrar, como una actriz de Hollywood caminando sobre la alfombra roja, como una modelo de pasarela andando con pasos de reina de belleza. Ordenó un trago y con su vaso en mano se paró junto a mí. Dejé mi timidez a un lado y finalmente me atreví a hablarle. -“Bailas muy bonito” le dije al oído. -“Gracias” contestó con una sonrisa. -“¿Cómo te llamas?” pregunté. El ruido de los parlantes no me dejó escuchar bien, creí que dijo “Marsha” y me acerqué de nuevo para que lo repitiera. “Mars” fue su respuesta. Como el planeta, pensé. -“¿Dónde vives?” volví a preguntar. -“En Maryland” fue su respuesta. -“Yo vivo en Virginia, cerca al Dulles Airport” le dije. - “Eso está lejos” respondió. Afirmé con la cabeza y luego agregué: -“Ando recopilando datos para un libro que estoy escribiendo”. -“Ah eres escritor” dijo mirándome con cierta sorpresa. -“Si” contesté “te vi parada a mi lado en el concierto de El Gran Silencio y me llamó mucho la atención la manera sensual como bailas, pienso crear un personaje basado en ti”. -“¿En mí?” Preguntó intrigada levantando ambas cejas pero siempre sonriendo. -“Bueno en tu descripción física” respondí. “Me encanta el símbolo del infinito que tienes tatuado sobre tus hombros”. -“Estudié filosofía y en algunas culturas es el símbolo de la libertad” enfatizó. -“¿Te sientes libre?” le pregunté. -“Si” afirmó indecisa. “Aunque no lo suficiente, a veces me gustaría huir de la realidad”. -“¿Porqué, alguien te persigue? Se quedó pensando por un instante y luego continuó. -“No, pero pienso que todos siempre andamos escapando de algo o alguien, soñamos despiertos y tratamos de vivir nuestras fantasías, algunos, los más afortunados, llegan a cumplirlas, otros, como tú o como yo, pasamos el resto de nuestras vidas tratando de alcanzarlas”. Me sorprendió su sabia respuesta y atiné a decir: -“Mi fantasía es ser un escritor reconocido y ganar el Pulitzer o el Nobel… ¿Cuál es tú fantasía?”. -“Ser raptada por seres extraterrestres, viajar por otras galaxias, que me lleven en su nave espacial y crean que experimentan conmigo cuando en realidad soy yo quien experimenta con ellos” me dijo decidida. “Como dice Carl Sagan: The Earth is a very small stage in a vast cosmic arena”. Un aroma peculiar al que ya no estaba acostumbrado desde hace varios años se escabullía por mis fosas nasales quemando mis pulmones. ♫Y grita fuego mantenlo prendido fuego no lo dejes apagar♫ había puesto la DJ Rocksario en la consola de sonido ante la algarabía general. -“Mis padres no me dejaron estudiar literatura y entonces opté por periodismo” le comenté. -“Mis padres son dueños de un hospital mental en Ciudad de México y querían que yo estudiara siquiatría pero yo me negué y estudié filosofía” recalcó Mars. Le propuse salir del lugar a tomar aire. Cuando caminamos fuera de Marx café sentí la pegada del viento helado. El humo de mariguana de segunda mano hizo sus estragos en mí envolviéndome en sus alucinantes garras. La nave blanca aterrizó a nuestro lado con sus resplandecientes luces giratorias anaranjadas. Mars y yo quedamos paralizados, estábamos duros. Cuatro extraterrestres de blanco bajaron de la nave y la levantaron en peso por las extremidades. Ella no opuso resistencia. “¡Stop!” atiné a gritar. Dos naves más de luces rojas y azules aterrizaron detrás de mí emitiendo un aullido ensordecedor. “She’s being abducted” les dije a los extraterrestres uniformados de azul mientras uno de ellos, de piel morena me tumbó al suelo diciéndome en inglés “You have the right to remain silent…”. Con mi cara pegada en el asfalto pude ver como dócilmente Mars era subida a la parte trasera de la nave blanca envuelta en una camisa de fuerza. Me miró y esbozó una hermosa sonrisa, la más bella y sincera que jamás había visto en mi vida, y telepáticamente me dijo: “Mi fantasía se cumplió, ahora te toca a ti”. Antes de desvanecerme pude leer las letras escritas en idioma extraterrestre en la nave espacial “Saint Elizabeth Mental Hospital” alcancé a leer.
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 05:19:01 +0000

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