MADURO, SIMONOVIS Y EL MAL RADICAL Juan Acosta 14 de agosto 2013 - TopicsExpress



          

MADURO, SIMONOVIS Y EL MAL RADICAL Juan Acosta 14 de agosto 2013 “Estamos en Crisis” esta frase está en boga desde hace varias décadas en nuestro país y en el resto del Mundo Occidental. El diagnóstico está más que determinado, los valores por los que regíamos nuestras vidas están devaluados, fofos, en decadencia. Ya nuestros principios no vibran en el pecho como solían hacerlo. La máxima expresión de esta enfermedad en nuestra sociedad es llamada de forma peyorativa “nihilismo” y está concentrada en esta conclusión de Dostoyevski: “si ya nada tiene sentido, entonces, todo está permitido”. Si todo está permitido el mal es una posibilidad que podemos abrazar de forma banal, si nos conviene; si nos es útil; si no nos atrapan. El gas del nihilismo ha invadido todas las esferas, los hogares, las oficinas, los parques y principalmente “la política”. El sufrimiento de un hombre real, una persona de carne y hueso, trágicamente no logra superar el ejercicio de un cálculo racional de conveniencia política. Por mitigar a un contendor o a quien perciben como tal, se desencadena la crueldad despiadada y sin contemplaciones. Lamentablemente, la política abstracta “la política en el papel”, se sobrepone a la realidad sentida de un hombre derruido, que se deteriora gradualmente de manera desoladora ante la mirada desconcertada de una colectividad pacífica y democrática. Ciertamente, pareciera que en el marco del Socialismo Bolivariano el “todo está permitido” del literato ruso se hace patente en el caso de Iván Simonovis y el resto delos comisarios presos de la Policía Metropolitana. Veamos por qué. El Socialismo Bolivariano propugna la igualdad de todos, contradictoriamente a esa supuesta igualdad el socialismo le hace loas a un líder, único y visionario al que denomina “Comandante Supremo”. Esta deidad en la tierra fue Hugo Rafael Chávez Frías. Ahora a nuestros socialistas sólo les queda entre las manos una arenilla que se escapa de sus dedos arreciados con la brisa de la incertidumbre. La fina arenilla que intentan desesperadamente aprehender es la memoria del “Máximo Líder” de la revolución, su recuerdo. Y es que la mente humana es tan paradigmática, que es capaz de aceptar dos (2) postulados que se contradicen y se excluyen como ciertos. Sí la mente es capaz de aceptar una “doble-creencia”, a pesar de que se excluyan entre sí, es decir, que ambas son falsas pero las creemos verdaderas al mismo tiempo. Para muestra un botón: consigna socialista: “todos somos iguales, abajo el imperialismo, el capitalismo y el utilitarismo; abajo los intereses de unos pocos para preservar sus privilegios elitistas”, y por el otro lado, esos mismos socialistas que hacen un dogma de fe en la igualdad, con el mismo fervor enarbolan lo que sigue: “existe un hombre especial que junto con Marx, Bolívar y Cristo, es el reivindicador de los pobres en el mundo; un hombre que dejó un legado de reivindicaciones para los marginados y discriminados, que sólo Nicolás Maduro es digno de continuar”. Pero si fuera cierto que Chávez representa en la tierra la reivindicación del espíritu humano, que su nobleza en la defensa de los marginados, no tiene parangón en la historia contemporánea de Venezuela, surge de inmediato la siguiente inquietud: ¿Cómo es posible que el Comisario Iván Simonovis y el resto de los policías metropolitanos estén presos en condiciones deplorables? Como enemigo político Simonovis ha estado confinado por casi una década, en un calabozo en condiciones tan calamitosas (falta de luz solar) que su salud se ha visto resentida de una manera tan alarmante, que ha puesto en peligro la continuidad de su existencia(hace pocos días una peritonitis casi se lo lleva de este mundo). Si este supuesto enemigo político, está destruido, vencido y enfermo, nos cabe preguntarnos: ¿dónde está el principio de simpatía que origina la compasión que debe surgir en los seres humanos dotados con aptitudes espirituales superiores, tales como las atribuidas al comandante Chávez y al heredero de su legado Nicolás Maduro? ¿Dónde está la superioridad moral del comandante y su Revolución Bolivariana versus el capitalismo más rastrero que sólo persigue la utilidad en cada acción? ¿Será que el Socialismo Bolivariano obra de la manera materialista y aplica una lógica de control y organización de la realidad bajo el principio de utilidad más salvaje que se reduce a la máxima: “a tu enemigo ni un vaso con agua”? Debemos concluir, que no es verdad que todos somos iguales ó no es verdad que el comandante Chávez y su revolución están impregnados de valores espirituales sublimes del tipo cristiano. Tal vez ninguna de las dos (2) premisas sea cierta. Tal vez todo sea una mentira mantenida por la propaganda política. ¡Tal vez, pare usted de contar! No todos somos iguales porque existe un líder supremo insustituible, que ostenta una superioridad moral inigualable por ningún ser humano contemporáneo. El “Comandante Supremo” en sí mismo ostenta dotes tan sobresalientes al resto de sus coetáneos que lo hacen trascendental. Vemos que después de su desaparición física los miembros de su partido (PSUV) son enanos comparados con este gigante de América. Si el Socialismo Bolivariano es una revolución de la bondad, la moral y la justicia, en consecuencia, un hombre encarcelado sin representar peligro alguno a la estabilidad democrática del régimen, con una salud resquebrajada por las circunstancias de su confinamiento, se hace receptor del principio cristiano por excelencia de “amor al prójimo”, aunque se trate de un adversario. Si lo anterior fuese cierto, si el Socialismo Bolivariano fuese sublimemente humanista, Iván Simonovis no debería estar preso. Pero hasta la fecha el comisario Simonovis está preso, por lo que nuestro Socialismo Bolivariano no pasa de ser una ideología hueca, destinada a preservar el poder, a mantenerse en “el coroto”. Ha quedado plasmado que los seres humanos podemos creer en dos (2) premisas falsas y que se excluyen entre sí al mismo tiempo, a saber: que todos somos iguales y que existió un líder sublimemente humanista. He aquí la consigna final que todo Socialista Bolivariano propugna en estos días: “Creemos en la igualdad de todos los seres humanos, sin embargo, existió un líder supremo y continental que defendió los derechos de los más débiles y olvidados, que vino a la tierra para restaurar la justicia. Pero, a pesar de la superioridad y nobleza del líder y su pensamiento, Iván Simonovis sigue preso por golpista… ¡Chávez vive la lucha sigue!” Mención aparte merece el llamado de atención de José Vicente Rangel, que va por la siguiente línea de deducción: “¿no imaginan las autoridades del gobierno, qué pasaría si Iván Simonovis muere en prisión, las consecuencias políticas que esto implicaría para el gobierno de Nicolás Maduro?… ¡liberen a Simonovis!”. El ex-presidente dela nación no demuestra signo de conmiseración hacia Simonovis y su familia, por el contrario llama la atención al Ejecutivo Nacional acerca de la vulnerabilidad de la estabilidad de su mandato si se muere “el preso”. ¿Dónde queda la condición humana de un ser que padece el infortunio de la cárcel?¿Quién considera los anhelos y frustraciones de su esposa Bony Simonovis y de sus hijos? Simonovis sufre injustamente, un ser humano encarcelado padece, su familia vive partida en dos(2) mitades, esta realidad concreta no puede ser superada por ninguna rastrera treta en el ejercicio de la política. @PiedraConAletas
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 08:43:47 +0000

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