MAGIA Un corazón te ha buscado incansablemente y no logra encontrarte. Quizá solo sea porque ya no sabe muy bien dónde debe buscar, pues tal vez tú estés del otro lado esperando que él te encuentre, pero, ¿cómo ha de encontrarte si hoy ya no eres como antes? Ahora estás gris, algo opaca, si me permites confesarlo. Tu cabello ya no danza rebosante al contacto con el viento. Hoy tu ceño muestra profundos signos de hartazgo y sufrimiento. Tus manos no ocultan el largo esfuerzo y la inevitable madurez. Tus labios secos parecen haber extraviado un beso que nunca existió. Tu cuerpo es débil y denota un cansancio que solo los años proporcionan… Pero tus ojos, a pesar de verse algo más antiguos y sabios, siguen conservando el mismo intenso brillo de antes, siguen poseyendo esa intensa luz infantil creadora de tantos sueños, siguen siendo capaces de iluminar a un alma que vive en tinieblas, como más de una vez, hace mucho tiempo ya, iluminaron la mía, proporcionándome una inagotable esperanza. Aquel corazón que te busca sabe ya dónde ha de encontrarte, te ha rastreado por la luz que hay en tus ojos y los latidos de tu corazón. Se dirige hacia ti y está dispuesto a franquear cualquier obstáculo solo por un instante de ti, solo para poder mirarte y volver a abrazarte. Cada vez está más cerca y no tardará en pronunciar tu inmortal nombre. Voltea, *****, mírame, estoy aquí, tras de ti, junto a ti, una vez más. Escucha a mi corazón latir casi a punto de estallar dentro de mi pecho, siente mi respiración agitada muriendo al breve contacto con tu nuca, percibe mi aroma inundando el ambiente y creando un lugar familiar… Tú, sin escucharme, volteas, me miras y, apunto de desfallecer, ahogas un grito, luego, una sonrisa se asoma a tu rostro mientras tus ojos se inundan poco a poco, te mueves lento, como si no lograras permanecer en la realidad, y elevas los brazos, yo te abrazo muy fuerte, casi a punto de romper tus pequeños y frágiles huesos, mientras mi alma se va llenando rápidamente de ti; ahora solo deseo llenarme de ti. Nuestras lágrimas no son de dolor está vez, pues este ya ha desaparecido, o simplemente se ha mudado para vivir en otras almas que viven en la lejanía. Hoy, estas gruesas e inagotables lágrimas son de pura felicidad, de reencuentro, de los años de añoranza que pasamos esperando para vivir este mágico instante que no terminará hasta que nuestros cuerpos se desintegren y vuelvan a ser parte del todo, del lugar de donde provenimos y del que nunca debimos salir. Seguro recordarás que tú y yo creíamos fehacientemente en la magia, y esta, que también cree en nosotros, hace aquí su acto de presencia: De pronto, tus cabellos comienzan a bailar libremente al son de las olas. Tu ceño se ablanda lentamente hasta demostrar compasión y bienestar. Tus manos se van tornando claras y suaves al contacto con mi rostro. Tus labios rosados se humedecen para besarme larga y amorosamente. Tu cuerpo se ha puesto fuerte y torneado igual que una estatua de marfil… Ahora ya no eres opaca, ahora eres inmaculada, brillante e inmensa, e igual que una estrella que reina con su grandeza en la majestuosidad de los cielos, tú reinas en mí, como la única reina que siempre has sido de mi corazón y mi alma. La magia del amor nos ha tocado nuevamente y nos hizo inmortales otra vez, dos corazones perdidos han reencontrado hoy el camino, la paz y la alegría; y ya es hora de que se eleven juntos para tocar la inmensidad del infinito, hasta encontrarse finalmente con el destino que un día fue escrito para ellos… Y luego, el eterno silencio.
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 20:38:56 +0000