MANUEL ZAPATA OLIVELLA O EL PROCESO PARA COMPENETARSE CON LA - TopicsExpress



          

MANUEL ZAPATA OLIVELLA O EL PROCESO PARA COMPENETARSE CON LA SISTEMATICIDAD DEL MUNDO. Por Carlos Manuel Zapata Carrascal. Manuel Zapata Olivella, parece haberse adelantado a muchas cosas. La vigencia de sus ideas, más bien está asociada con la trascendencia de lo que podría llamarse la arquitectura esencial de su pensamiento: la Dialéctica, ahora conocida como Holística, Pensamiento Sistémico o Complejo, para citar las principales denominaciones de lo que en Manuel Zapata Olivella devino en un proceso de reconstrucción paulatina y natural de la historia y vicisitudes de las corrientes étnicas implícitas en el mestizaje transferido por sus progenitores, situación que lo marcaría y con la cual sería consecuente a lo largo de su trasegar intelectual, en donde fue muy notable la influencia librepensadora, evolucionista y naturalista determinada por su padre, sumado a las influencias ambientales y sociales de los entornos donde transcurrieron su infancia y juventud. Impronta que lo impulsaría a ir más allá del entorno local para buscar al otro lado del Océano Atlántico, las raíces fundacionales de su Ser. Por eso, Manuel entendió perfectamente que la Diáspora africana trascendía más allá de los tiempos oprobiosos de la esclavización colonialista con la cual se efectuó gran parte de la acumulación originaria del capitalismo moderno, situando la primera gran dispersión de pueblos libres pobladores del mundo, pocos años después de la evolución del hombre en el Sureste de África. Este aporte, aún espera entroncarse con el fortalecimiento de las investigaciones y producciones históricas que con gran acopio documental vienen confirmando que en virtud del poblamiento interno africano en dirección sur-norte y a lo largo del valle del Río Nilo, se constituyó la Gran Civilización Egipcia, la misma que ha sido invisibilizada por el eurocentrismo en cuanto a sus aportes a la humanidad en la Filosofía, Religión, Artes, Medicina y otras destacadas expresiones culturales que Occidente trasladó a la Grecia antigua y a personajes como a Platón, Homero, Pitágoras y contemporáneos, los cuales no hicieron otra cosa que instruirse en Egipto para lugar reproducir, incluso, cercenando lo esencial del pensamiento africano. En el texto más contemporáneo de Manuel, el mismo que debería ser consultado para comprender desde los itinerarios demográficos los enigmas que subyacen a los intercambios genéticos con el fin de hacer conciencia de la hermandad profunda que las sangres portan, con el fin de acabar con tantos racismos, discriminaciones y segregaciones: La Rebelión de los Genes, puede leerse la anticipación a los descubrimientos del Genoma Humano, en las detalladas descripciones que hace sobre las rutas, asentamientos e impactos étnico-culturales efectuados por pueblos africanos en dirección al norte de ese continente, hacia la península ibérica, el oriente y al sur, incluyendo los primeros itinerarios transpacíficos que generaron el poblamiento de la Abya Yala (América) por parte de los primitivos habitantes de Oceanía. En esta descripción de la primera gran globalización demográfica, además de mostrar su intuición antropológica guiada por el pensamiento sistémico, lo llevó a profundizar con todo lo que ello implica, en el concepto de mestizaje, el cual no se reduce a la concepción colonialista impuesta alrededor de la presencia genética y cultural europea, sino de la hibridación biológica que se hizo extensiva por todos los confines del mundo, teniendo como patrón herencial a los africanos. Su condición realista, se amplió, antes de restringirse, integrando la cosmovisión religiosa africana a la peculiar tendencia laico-radical heredada de su padre, ya que identificó en aquella, la familiar conexión entre la totalidad Cósmica de la Madre Naturaleza y la Especie humana, como una fusión vital que permite hacer conciencia que la evolución está en uno, por lo tanto al adquirir conciencia de ser portadores de la historia de todo lo existente, tal como lo confirman las ciencias contemporáneas, en el aquí y el ahora, se debe ser consecuente con la práctica de un pensamiento y praxis sistémica que recupere para la humanidad las hermandades con el Planeta y sus Pueblos. Pero ese reencuentro con las raíces panteísta y naturales de la religiosidad africana, clarificaron la comprensión de la Cosmovisión del pueblo en su tierra natal, puesto que ello le permitió intuir la fuerza rebelde de la religiosidad popular frente a la dominación de las autoridades clericales locales, como quiera que la misma, en oposición al autoritarismo católico dejado por los invasores hispánicos, de igual manera a la cosmovisión africana, como lo evidencia en ese colosal fresco religioso-popular que es la Novela “En Chimá Nace un Santo”, entreteje nexos con las tradiciones afro-indígenas ancestrales fraguadas al calor de la simbiosis de los más pobres con el ambiente acuífero y anfibio de la cuenca del Rio Sinú, amalgama de lo cultural y natural que le sirvió para conectarse con la predeterminación siempre enigmática que acompaña a los humanos, ya que desde joven tuvo plena conciencia que su nacimiento, en el marco del signo de Piscis, no fue algo apartado de los elementos de la naturaleza anfibia y acuática que le recibieron en ese entorno de la Isla de Lorica con los cuales se familiarizó desde muy temprana edad. En este sentido, Manuel Zapata Olivella fue un ambientalista por naturaleza, aspecto que está muy adentro de sus preferencias, evidenciándose en sus inclinaciones por los estudios de Zoología y por esa vía, la aceptación del llamado de su Padre para que ingresara a estudiar Medicina con el fin de que pudiera conocer “al más grande los animales”: EL HOMBRE. El Hombre, lo iría a comprender más adelante Manuel, es el sitio para que se intercepten la Medicina y la Antropología. Es decir, la Naturaleza y la Cultura, comprensión tan alejada de las relaciones que las sociedades capitalistas modernas, incluyendo desafortunadamente su sistema educativo, sostienen depredadoramente con la Madre Naturaleza, rompiendo las conexiones y amigabilidad con ella, cuestión que Manuel en gran parte trataría de conocer y enseñar a partir de las búsquedas entre sus ancestros de las raíces que permitieron a indígenas y africanos convivir armónicamente con sus ecosistemas, antes de ser afectados por la violencia colonizadora capitalista que les impuso la esclavización, extinción y otras formas de sometimiento ideológico que aún persisten. Por esta vía, no solo hizo suya, como el que más, la divisa según la cual “el ser social determina la conciencia social”, sino que en el mejor de los casos, entroncó las problemáticas sociales con las ambientales a partir de la religación con sus raíces, utilizando para ello el conocimiento concreto de la situación concreta, metodología desde la praxis como criterio de verdad que le condujo insistentemente a hacerse a la estrategia de conocer e investigar desde adentro y de forma decididamente comprometida con la liberación de los de su clase social. Estrategia de la cual es producto la consigna “colonizar pero al revés”, para referirse, por ejemplo, a otro de sus grandes vagabundajes, el cual estuvo representado en la gira con el Ballet Folclórico Nacional de Colombia por Europa, pero que de igual manera le serviría para lanzar su otra estrategia visibilizadora de los valores populares, siendo otra muestra de ello, el lema del Nacionalismo Literario que acuñó para concretar el Mecenazgo desarrollado en los 20 años que estuvo al frente del magno y libertario proyecto Literario de LETRAS NACIONALES. Casos como los descritos, muestran a un Manuel bondadoso, amoroso, magnánimo, como solo se puede ser cuando se ha comprendido desde el pensamiento integral que solo somos vehículos para concretar el bien que milenariamente la evolución natural canaliza a través de toda las criaturas vivientes, en especial el Ser humano, cosmovisión desdoblada en lo ético y con incidencias político-social que desafortunadamente se estrella con las insolidaridades, violencias y manipulaciones que la cultura Occidental impregnó con el apoyo de la Espada y la Cruz en los pueblos indígenas y africanos, destrozando en gran parte los basamentos amigables que tales pueblos habían concebido con la naturaleza y entre ellos mismos. La síntesis de los aportes de Manuel Zapata Olivella, la cual podría expresarse mediante el calificativo de Ser un ciudadano universal, total e integrador, que convirtió esa característica en centro de sus reflexiones desalientes y descolonizadoras a favor de los Indígenas, Negros y Mestizos, teniendo como vehículos la multifacética escritura y el verbo crítico contra las clases dominantes, corrobora una ambiciosa sed de cambios y de abrazar al mundo, bebérselo a grandes sorbos, de manera integral, interdisciplinaria, como también le dicen en la contemporaneidad a la necesidad de habilitar el pensamiento para que a tono con las interrelaciones del Universo, pueda interpretarlo como realmente es, compartirlo y transformarlo. Esa, que a mi modo de ver, es la principal razón de la actual falencia escolar frente al mundo, sus problemáticas y requerimientos, estaba muy bien cimentada en Manuel Zapata Olivella, tanto así, que para evidenciarlo, en la plenitud de su adolescencia, a los 27 años, después de cuatro años de vagabundaje por Centro y Norteamérica, comienza a preparar la Tesis LA DIALÉCTICA APLICADA AL DIAGNOSTICO CLÍNICO, con la cual además de acceder dos años después al Doctorado en Medicina y Cirugía, también le sirve para entrelazar lo que había forjado a un mismo tiempo como escritor y médico que busca la curación del cáncer de la discriminación, pobreza e injusticia social, cuestión en parte intuida para los días en que tuvo que convivir y atender desde su condición de estudiante de medicina la marginalidad a la cual la sociedad había reducido a los habitantes de la discriminada Calle 10 en Bogotá. Por esa razón, no claudicó en su lucha por la honestidad del intelectual con los pobres y la alternatividad política, causa que mantuvo como Faro ético-filosófico para depurar su pensamiento y convertirlo en herramienta libertaria a favor de los pobres de la Tierra, llamando con ello la atención hacia algunos intelectuales de su época, los cuales al igual que algunos hoy, paradójicamente, teniendo por centro de interés la propia obra Rebelde de Manuel, no “se ensucian de pueblo” ni van más allá de discursos bonitos, dejando a un lado las barbaries del régimen hacia la nación y en el peor de los casos, convirtiéndose en instrumento de difusión de la sutil dominación ideológica de las oligarquías. Como evidencia de la dialéctica transformación de su pensamiento en armonía con su práctica, para entonces, culmina el proceso creativo, revelador de injusticias y verificador de su norte político-ideológico, el cual toma cuerpo en la Novela Tierra Mojada, pero de manera simultánea, confirmando su capacidad intelectual multifacética encauzada hacia la búsqueda del despertar de “los condenados de la Tierra”, se fortalece en él la pasión por el arte popular, la música y las danzas del Caribe, para lo cual se lanza en otro vagabundear endógeno, al interior del país, y para ello, junto con su hermana Delia, recorren inicialmente La Guajira, el Magdalena y el César. Este afán por estar en contacto con las manifestaciones folclóricas, convierte a Manuel en ejemplo del Intelectual Orgánico, del investigador que penetra en el alma popular para conocer sus raíces y luego devolverle al pueblo en forma de Arte sus invaluables, pero subvaloradas tradiciones. La finalidad de todo ello, no podría ser otra que el impulsar al pueblo a que se viera en su propio espejo, para que hiciera autoconciencia de administrar su propia liberación y protagonismo histórico dentro de la sociedad que le induce a pensar y actuar sin norte, como si todo estuviera establecido o como si no existiese un nuevo lugar bajo el Sol para reinventar la historia del mundo. Este proceso de inserción en las condiciones que quieren comprenderse para asimilar las inconformidades subyacentes a fin de templar las convicciones, tuvo en la noche en que durmió en uno de los embarcaderos de esclavos en la Isla de Goré, un indicador de las ilimitadas estrategias que puso en práctica Manuel para contagiarse con la situación objeto de sus preocupaciones que gradualmente plasmó en las diversas formas de darle sentido a un pensamiento plural, heterogéneo, como el mundo, pero indiscutible y comprensiblemente en franca rebeldía, como lo requería su tiempo, pero también en el que estamos inmersos, para poderse dar esa coherencia entre el vivir a plenitud en medio de condiciones amigables con la conciencia. Los vagabundajes terrenales de Manuel, por supuesto, son la extensión de sus navegaciones mentales en búsqueda de un puerto seguro donde anclar su incomprendida nave de la descolonización ideológica, la única embarcación del pensamiento libertario capaz de traerle sosiego al alma constructora de la evolución en medio de la sociedad que le constriñe y desvía de su progresión hacia el pleno ejercicio de la libertad. Antes de haber llegado a este punto en la estructuración de su personalidad y potenciar nuevas actitudes, la influencia librepensadora de su padre radical, junto con la de pensadores que encontró a su paso por Méjico y los Estados Unidos, debió ponerse a prueba con la diversidad de vicisitudes que debió superar recurriendo al ingenio y perseverancia, entre ellas las peores representadas por la discriminación racial. Lo que siguió después, fue la desenvoltura de un Ser que se auto y co-estructuró consecuentemente con sus raíces y los requerimientos de sus mundos lejano y cercano, pero cuya obra, aún sin conocerse a profundidad, quedó como un plan estratégico para ser ejecutada, puesto que si bien la misma tiene vigencia, no es menos cierto que tal hecho está determinado en gran parte por la permanencia de los factores contra los cuales Manuel forjó su pensamiento, práctica y discurso multiliterario y científico: ALIENACIÓN, DESIGUALDADES SOCIALES, INVISIBILIZACIÓN ETNICA, DISCRIMINACIÓNES. Tal vez por todo eso, decidió que sus cenizas fuesen esparcidas en el río que le vio nacer, el mismo que fluye en todos nosotros, impregnándonos con las energías que dispersó en su vida y obras, con lo cual puede entenderse “Por mi raza hablará el espíritu”. Ciertamente Manuel, si tu comprendiste fielmente que encarnabas el devenir libertario implícito en la evolución natural, ¿porqué quienes aún estamos encadenados por las trampas ideológicas del capitalismo no podemos reencontrarnos con tu legado? La respuesta, Manuel la planteo de manera muy clara: “tenemos que quitarnos de los ojos las vendas que impiden ver lo que se esconde detrás de las palabras alienadoras”. En ese sentido, otro de los incomprendidos aportes del Ekobio Mayor está en haber contribuido a la fundamentación de lo que hoy se llama Giro Decolonial, pero que para él y Frantz Fanon, Aimé Césaire, Jorge Artel, entre otros pioneros del movimiento de las negritudes, simplemente se denominó descolonización, especialmente en lo mental, en donde hay eslabones sutiles que siguen esclavizando la libertad de pensamiento e impidiendo la liberación material que nos permita conquistar la soberanía, democracia y justicia social. Santa Cruz de Lorica. Noviembre 25 de 2.011. sinumarca@gmail. Lorica. Cr 12 No 18ª 25. Br Vista Hermosa.
Posted on: Tue, 19 Nov 2013 00:20:03 +0000

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