MI MANERA DE SENTIR.- Era su manera de rendir homenaje a - TopicsExpress



          

MI MANERA DE SENTIR.- Era su manera de rendir homenaje a su estación preferida. Pronto se acabaría y no quería dejar pasar la oportunidad de dedicarle un nuevo escrito, que era lo que pensaba sabía hacer de una manera medianamente bella. Y aquella mañana, antes de despuntar el día se puso a escribir. Y si el viernes era el día de la llegada del invierno, todo le parecía poco para agasajar antes de la finalización de la semana. Y quiso dar las gracias, no sabía a quién, pero si por qué. Se imaginó en plena naturaleza, en uno de sus paisajes favoritos en esta época del año, mirando al infinito, pero sin dejar de ver las privilegiadas vistas de su entorno. Y pudo ver las montañas, agrestes y altísimas y pudo ver los árboles en sus laderas y pudo contemplar las tonalidades de sus hojas en esa época del año. Y aquella imagen se le grabó en la retina, a modo de instantánea, y quedó almacenada en su cerebro para la posteridad. Y quiso compartirlo, plasmarlo, tanto por la belleza de su colorido, como por la inmensidad del paisaje, y se vio abarcando con la mirada, a modo de gran angular, todo lo que la naturaleza tenía que ofrecer. Y añoró también sus frutos, los que ofrecía gratuitamente y sin esfuerzo cada año. Y quiso participar en su recolección, con humildad y agradecimiento también. Y se prometió que estuviera dónde estuviera, cada año rendiría homenaje, a su manera, a esta estación y la forma que tiene de manifestarse. Por lo que significa de transición entre la efervescencia e intensidad del verano y la paz dormida del invierno. Por como consolida esta transición, con suavidad y belleza, con calma, con progresión serena. Por su gama de colores, tan intensos, tan atrayentes, tan fluídos, tan pausados y a la vez tan opuestos. Por su maravilla global. Por sus moras, setas y castañas y por lo que hacemos con ellas, celebrando su llegada. Por cómo nos afecta el sueño por la diferencia de luz con su precedente, y por cómo lo valoramos, con agrado. Porque la tierra se aleja del sol en su baile elíptico y por cómo se inclina hacia afuera nuestro hemisferio. Por la temperatura templada en el exterior y el calor de hogar en el interior. Porque la leña que arde en la chimenea, nos embruja con su luz, su calor y su olor y porque sus colores nos dejan en la retina, fijos, de manera indeleble, lo que ha sido esta estación, la mejor, en este año, para poder sobrellevar, el monocromático invierno. Después de todo, también en el cielo hay chimenea, seguro! Quiero pensarlo así. Ágata Piernas Con cariño, en Madrid a 14 de Noviembre de 2013.Imagen
Posted on: Thu, 14 Nov 2013 09:03:26 +0000

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