MI PRINCESA Cuando conocí a Anthony tuve la sensación de que - TopicsExpress



          

MI PRINCESA Cuando conocí a Anthony tuve la sensación de que yo era Pulgarcito y él, el gigante. Me clavó los ojos oscuros, penetrantes, desde una altura de un metro noventa y tres; los bigotes muy recortados le daban un aspecto casi siniestro. No obstante, parecía no saber del todo a qué había venido y daba golpecitos nerviosos en el suelo con el pie. Cuando le expliqué mi manera de trabajar, tratando de que se sintiera más a gusto, él se limitó a asentir con la cabeza, y dijo con un gruñido: -Ajá. Esos primeros quince minutos fueron una tortura. Yo percibí psíquicamente cierta preocupación por su salud y un posible problema en el trabajo. Él reconoció esos aciertos con un manso "¡ajá!". Empecé a temer que ese hombre, con su vacío emocional, me dificultara la sintonización del mundo espiritual. Por fin comencé a recibir algunas impresiones espirituales. -¿Conoce usted a alguien llamado Joseph? - le pregunté-. Tiene algo que ver con Filadelfia. -No -contestó-. Bueno, sí. Le dije que ese hombre estaba hablando de su padre. En ese punto el callado Anthony abrió la boca para decir que Joseph era el padre de su padre. El abuelo se presentó con detalles increíbles: el nombre del parque donde Anthony jugaba cuando niño, los nombres de sus dos hermanas y las circunstancias de su proia muerte. Pero el gigante sentado frente a mí apenas se conmovió; era obvio que no estaba muy impresionado. Hasta que pronuncié un nombre en especial. -Su abuelo habla de alguien que se llama Donna. ¿Conoce usted ese nombre? -Sí, sí, claro, respondió, enarcando las cejas. -Joseph me encarga decirle que está con Donna. _Tiene aquí a Donna y quiere hablar con usted. ¿Comprende, Anthony? De pronto comenzó a sollozar de un modo incontrolable. Ese hombre estoico y serio, que pocos minutos antes era incapaz de pronunciar una frase completa, lloraba ahora como un niño. Me ocupe de que estuviera cómodo, pero al mismo tiempo debía mantener mi concentración para seguir recibiendo las vibraciones espirituales. -Ahora oigo una voz de mujer. Es una especie de sonsonete. Repite: "Ton". Supongo que es el diminutivo de Anthony. -Siempre me llamaba así -balbuceó él-. ¿Cómo está? ¡Mi amor, mi amor! Por favor, dígale que lo siento. Dígaselo, por favor. -Dice que está vivita y coleando. Es una hermosa mujer, de silueta como reloj de arena y larga cabellera castaña. Podría ser una modelo. Anthony asintió. -Me dice que usted fue siempre el jefe. Me muestra un armario lleno de vestidos. Y ahora, cientos de zapatos. ¡Es increíble! Vestidos, abrigos, zapatos, todo ese tipo de cosas. Me dice que usted le elegía toda la ropa. ¿Es cierto? -Sí, sí, es cierto. Yo le compraba todo, ¡todo! Ella era mi princesa y como a princesa la vestía- insisitió. -También me muestra diamantes, rubíes, pendientes, brazaletes, todo tipo de joyas. - Yo le regalaba de todo. No había nada en el mundo que no le comprara. Quería que fuera la mujer más hermosa del mundo. -Donna me dice que usted la quería perfecta. Ahora habla de Las Vegas. Trabajaba en Las Vegas o estaba allí. A esa altura Anthony estaba concentrado por completo en lo que escuchaba.. -Sí -dijo-. Nos conocimos en Las Vegas. Yo estaba con unos amigos. Es verdad. -Me dice algo sobre un premio... o una apuesta. -¡Cielo santo! - gritó Anthony-. ¿Cómo diablos pudo usted saber eso? - Se frotó los ojos con la mano. Luego empezó a hablar con parquedad, como si desentrañara un secreto lóbrego y profundo. -Yo... la gané. -¿Qué dice usted? -La gané en una apuesta con unos tíos. Pero no fue como parece. Me enamoré de ella. Nos queríamos -dijo, mansamente. En mi carrera de médium he escuchado muchas cosas, pero nunca nada como eso. Recuerdo haber pensado: "Justo cuando uno cree que ya nada lo sorprende..." PROXIMO CAPITULO ENSEGUIDA......
Posted on: Wed, 17 Jul 2013 07:17:53 +0000

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