MIEDOS Y FOBIAS (1ra. Entrega) *Dr. Gerardo Fiks La respuesta de miedo, biológicamente heredada, actúa como una reacción defensiva instantánea frente al peligro, que ha protegido al hombre, durante miles de años. La percepción de un proceso temido provoca una cadena de respuestas fisiológicas (sensaciones o síntomas), conductuales (tratar de huir) y cognitivas (pensamientos catastróficos). Para las crías, el miedo es un recurso biológico destinado a protegerlas de los peligros potenciales del entorno, al comenzar la separación física de su madre, el miedo se convierte en su niñera, equilibrando la tentación de la curiosidad. Cuando un niño explora el entorno, otros temores los protegen contra los daños. El temor a las alturas, frecuentemente evita que los niños muy pequeños se trepen a los árboles, y si lo hacen, al mirar hacia abajo y asustarse, tienden a quedarse inmóviles en una rama, demandando ayuda. Estos mecanismos protectores son automáticos y biológicamente heredados. La distinción esencial entre un miedo común y una fobia es la medida en que ésta última perturba la vida cotidiana. Un miedo común puede ser sobrellevado, aunque con cierto malestar, y causa mínima o ninguna alteración en la vida cotidiana. En cambio, una fobia, se define al menos en parte, por la incapacidad que origina. Un fóbico hace todo lo posible para evitar cualquier objeto o situación temida, y si se topa con ellos, huye lo antes posible. Asimismo, un fóbico anticipará tales encuentros manifestando una gran ansiedad anticipatoria o “miedo al miedo”. ¿ Qué es la Ansiedad? La ansiedad es la más común y universal de las emociones básicas del ser humano, y se encuentra presente a lo largo de toda su vida. Constituye una reacción emocional ante la percepción de una amenaza o peligro y su finalidad es la protección del individuo. Los términos angustia, nerviosismo, inseguridad, inquietud, tensión, temor o miedo, son descripciones de diferentes vivencias relacionadas con la ansiedad. El término Ansiedad (del latín “anxietas” que significa congoja o aflicción), consiste en un estado de malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desasosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente o de causa indefinida. La diferencia básica entre la ansiedad normal y patológica, es que ésta última se basa en una valoración irreal o distorsionada de la amenaza. Cuando la ansiedad es muy severa y aguda, puede llegar a paralizar al individuo, transformándose en pánico. La Ansiedad patológica puede manifestarse de tres formas: 1. Súbitamente, como “llovida del cielo”, inesperadamente, con un intenso miedo a morir o a padecer un ataque cardíaco o cerebral, con gran cantidad de síntomas de “activación” o peligro (palpitaciones, taquicardia, dolor de pecho, sensación de falta de aire, de no poder tragar, molestias digestivas, sudoración, entumecimiento en los miembros, parestesias o cosquilleos en los pies, etc.) Sin una causa aparente, a lo que llamamos ATAQUE DE PÁNICO. 2. Ante la exposición a objetos o situaciones La ansiedad se pone en marcha exclusiva o predominantemente en ciertas situaciones bien definidas o frente a objetos que no son en sí mismos generalmente peligrosos. En consecuencia éstos se evitan de un modo específico, o si acaso son afrontados con temor. Son los llamados TRASTORNOS FÓBICOS Ejemplos: aracnofobia, claustrofobia, agorafobia, fobias sociales, fobia a los exámenes, etc. 3. Ansiedad Anticipatoria: El solo hecho de imaginar o saber que la persona debe exponerse en el futuro a una situación temida, desencadena una ansiedad anticipatoria o “miedo al miedo”. *Especialista Jerarquizado en Psiquiatría y Psicología Médica Director Médico de Indeneu
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 15:51:54 +0000
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