MPERIALISMO Y LUCHA DE CLASES (Escrito en 1975) Una adecuada - TopicsExpress



          

MPERIALISMO Y LUCHA DE CLASES (Escrito en 1975) Una adecuada interpretación de la naturaleza del imperialismo actual es esencial para la estrategia y la táctica revolucionaria a seguir en los países dependientes. El análisis de la concepción tercermundista del imperialismo nos permitirá comprender las causas de las derrotas que desde la tercera década del siglo vienen sufriendo los movimientos nacionalistas burgueses de los países dependientes y las izquierdas que los apoyan. Según las tesis tercermundistas, el imperialismo impediría el desarrollo de las fuerzas productivas en los países dominados para mantenerlos en un estado precapitalista. Los países desarrollados impedirían el desarrollo de los que llegaron tarde. De ese modo, según los tercermundistas, las burguesías industriales nacionales de los países dependientes serían clases revolucionarias, pues al proponerse la industrialización chocarían con el imperialismo que trata de impedirla. Casi todo el mundo, no sólo los nacionalistas, sino la mayor parte de la izquierda, repite hoy esas aseveraciones que parecen tan evidentes que no es preciso demostrarlas; nadie tampoco se preocupa por hacerlo. Nadie explica tampoco por qué si el imperialismo provoca subdesarrollo, existieron países subdesarrollados que no fueron colonias sino imperios como España, Portugal, Turquía, y, en cambio, países que fueron colonias, como Estado Unidos, Canadá, y Australia se desarrollaron desde el comienzo. La tesis tercermundista según la cual los países imperialistas deben su alto desarrollo a la explotación de las colonias queda invalidada con sólo recordar que en el siglo XIX países colonialistas como España, Portugal o los Países Bajos eran menos desarrollados que otros que no tenían colonias como Suiza, Bélgica, Suecia, Checoslovaquia o Estados Unidos. Éste último había alcanzado el grado más alto de desarrollo antes de convertirse en 1989 en un imperialismo. En 1914 cuando ya había alcanzado el nivel de vida más alto del mundo, había 7.200 millones de dólares de inversiones extranjeras en Estados Unidos, contra tan sólo 3.500 millones de dólares de inversiones norteamericanas que en el extranjero [1]. En el siglo XX, por su parte, se comprueba que los países que pierden sus colonias no disminuyen su ritmo de desarrollo ni bajan su nivel de vida, en tanto Portugal, uno de los últimos países colonialistas que existen, es a la vez uno de los menos desarrollados y con el más bajo nivel de vida. Siguiendo una tradición olvidada del marxismo clásico, nos proponemos mostrar que, al contrario de las tesis tercermundistas, no existe una correlación directa entre colonialismo y subdesarrollo. EL IMPERIALISMO NO ES LA CAUSA DEL ESTANCAMIENTO DE ALGUNOS PUEBLOS, SINO EL ESTANCAMIENTO PREVIO LA CAUSA DE LA CAÍDA DE CIERTOS PUEBLOS BAJO EL IMPERIALISMO. LOS PUEBLOS SON COLONIZADOS PORQUE SON COLONIZABLES. En el caso de África negra, el imperialismo no vino a destruir ningún tipo de civilización autónoma porque ésta no existía, no vino a frenar ningún desarrollo económico porque sólo existía una primitiva economía de subsistencia. En el caso de los pueblos asiático y nordafricanos, donde sí existieron grandes civilizaciones, éstas ya estaban en decadencia varios siglos antes de que surgiera el imperialismo. En efecto, la expansión imperialista de la Europa Occidental comienza después de la primera mitad del siglo XIX[2] por el Mediterráneo y su gran apogeo económico y técnico se remonta apenas al siglo XVIII. La China, la India, los países árabes, eran civilizaciones florecientes en la Edad Media, muy superiores a la Europa occidental. Pero ya hacia fines de la Edad Media, estos pueblos orientales comienzan a estancarse, a decaer, es decir, 500 años antes de que penetrara en ellos el imperialismo europeo, cinco siglos antes, tengámoslo en cuenta. Los apologistas del imperialismo europeo hablarán de inferioridad racial o cultural, de influencia de la religión o del clima, olvidando que esos pueblos fueron capaces de crear grandes civilizaciones en la Edad Media. La causa del estancamiento hay que buscarla en un modo de producción característico de esos pueblos; en el caso del África negra una economía de mera subsistencia; en el de Asia, un modo peculiar que Marx ha estudiado con el nombre de modo de producción asiático. MUCHOS PROBLEMAS DEL LLAMADO TERCER MUNDO SE EXPLICAN SI RECURRIMOS A LA TEORÍA DEL MODO DE PRODUCCIÓN ASIÁTICO, TOTALMENTE IGNORADA POR EL “MARXISMO” OFICIAL. Este modo de producción se dio, como su nombre lo indica, en Asia, en India y principalmente en la China antigua, pero también se dio en otros continentes, en el África del Norte –Egipto de los faraones-, en el África negra y en la América incaica y azteca. Es pues el modo de producción característico, junto con la producción de subsistencia, de lo que después se llamará Tercer Mundo. De este modo de producción queda excluido Japón, que tiene desde sus orígenes su modo de producción similar al de Europa Occidental y que sintomáticamente es el único país oriental que no cae bajo el imperialismo. Veamos brevemente las diferencias que existen entre el modo de producción asiático y el modo de producción de la Europa Occidental. El modo de producción clásico tal como se dio en la Europa Occidental a través de las tres etapas de esclavitud, feudalismo y capitalismo, tiene su característica esencial en la propiedad privad de la tierra y los medios de producción. Por el contrario, en el modo de producción asiático no existe la propiedad privada de la tierra y los medios de producción están en manos del Estado. La tierra es entregada a los campesinos para que la trabajen y los funcionarios estatales la administran y cobran los impuestos. Las comunidades aldeanas, por su parte, permanecen aislada autoabasteciéndose con el artesanado y la producción agrícola. Este modo de producción se da principalmente en las sociedades hidráulicas, donde la necesidad de un sistema de riego artificial exige un poder central regulador capaz de dirigir a los vastos equipos de trabajadores que deben realizar las grandes obras. Un Estado fuerte y centralizado concentra el excedente económico y dispone de él. SE CREA DE ESE MODO UNA BUROCRACIA TODOPODEROSA Y DESPÓTICA, CUYO EJEMPLO CLÁSICO SON LOS MANDARINES CHINOS. POR ESO ADEMÁS DE LOS CANALES DE RIEGO Y CAMINOS, SE CONSTRUYEN TAMBIEN MONUMENTOS SUNTUOSOS EN HOMENAJE A LOS EMPERADORES Y SUS FUNCIONARIOS, TALES COMO PALACIOS Y TUMBAS. Ya Ibn Jaldún (1332-1403), gran historiador árabe[3], comprendió que la expansión económica y social del Magreb fue paralizada no por factores exteriores o fortuitos, sino por causas internas: un bloqueo estructural que depende, en lo que se refiere al África del Norte, del mantenimiento de las estructuras tribales, por consiguiente la imposibilidad de la apropiación privada de los medios de producción y la inexistencia de una clase dominante claramente individualizada, es decir, la burguesía. En efecto, si en los países de Asia y África, a diferencia de los países de Europa Occidental, no se pudo hacer la revolución técnica e industrial es porque allí, a diferencia de los países de la Europa Occidental, un modo de producción peculiar donde se excluía la propiedad privada, imposibilitaría la constitución de la sociedad feudal, etapa previa necesaria para el surgimiento de una clase burguesa. Sólo la burguesía respondiendo a sus propios intereses fue capaz de destruir los frenos que impedían las transformaciones, apropiándose e impulsando las invenciones técnicas y científicas de los siglos XVI y XVII. Sintomáticamente el Japón, el único país asiático que conoció una sociedad feudal, es el único que supo evolucionar hacia el capitalismo y, por lo tanto, el único que pudo resistir la penetración imperialista. EN LAS REGIONES DONDE PREDOMINA EL MODO DE PRODUCCIÓN ASIÁTICO, EL CAPITALISMO SÓLO ENTRA IMPUESTO DESDE EL EXTERIOR POR EL COLONIALISMO EUROPEO. Por otra parte, el hecho de que las clases dirigentes autóctonas de los países coloniales no constituyeran una burguesía, sino una burocracia estatal formada por el modo de producción asiático, también facilito la colonización. Esta burocracia estatal se favorecía con las nuevas relaciones de propiedad impuestas por el capitalismo de los colonizadores, pues le permitía la apropiación privada de la tierra, a la que no tenía acceso en el modo de producción asiático. Es así como raramente la colonización fue producto de una conquista violenta como dramatizan los tercermundistas. EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS FUE LA PROPIA ARISTOCRACIA LOCAL LA QUE AYUDÓ A LA COLONIZACIÓN. Por ejemplo, en Argelia la derrota del emir Abd el Kader no hubiera sido posible sin el apoyo de muchos jefes musulmanes al ejército francés[4]. De ese modo la colonización de países dio origen a un nuevo sistema donde el capitalismo que implantaban los colonizadores debía pactar con formas precapitalistas autóctonas. Las nuevas relaciones de propiedad convertían a los antiguos mandatarios y burócratas del modo de producción asiático en una especie de nuevos señores feudales que cambian gustosamente el poder política vicario otorgado por el Estado asiático por el poder económico de la propiedad privada de la tierra y la explotación directa del campesinado que le otorgaba el sistema colonial. ESA FORMA HÍBRIDA DE TRANSICIÓN DE LOS PAÍSES COLONIALES DEL MODO DE PRODUCCIÓN ASIÁTICO AUTÓCTONO AL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA IMPORTADO POR EL IMPERIALISMO ES DENOMINADO COMÚNMENTE, EN FORMA IMPRECISA E INEXACTA, FEUDALISMO ÁRABE, CHINO, ETCÉTERA. Del mismo modo, como el colonialismo sólo dominó a los países atrasado por el apoyo que tuvo en las clases altas autóctonas, más tarde la dependencia económica en los países políticamente independientes sólo puede establecerse mediante la cooperación con las burguesías autóctonas. Esas mismas burguesías serán, sin embargo, quienes más fuertemente acusarán al imperialismo como origen de todos los males que aquejan al país, ocultando de ese modo las verdaderas causa de la opresión y la miseria, que son principalmente causas internas y no externas. El atraso de los países dominados no es provocado por el imperialismo, sino por el modo de producción previo a la colonización y por los intereses de las clases altas autóctonas, y persiste, por lo tanto, después de la descolonización. El imperialismo provoca un mayor o menor grado de desarrollo según la estructura social del país que domina. Cuando los tercermundistas pretenden negar que el imperialismo exporta capitalismo a los países coloniales, aduciendo la supervivencia en los mismos de formas arcaicas después de la colonización, ignoran que ese atraso no viene del imperialismo, sino de la existencia de clases autóctonas precapitalistas con las que el imperialismo tiene necesidad de pactar. CUANDO, EN CAMBIO, SE COLONIZAN PAÍSES DONDE NO EXISTEN CLASES ALTAS AUTÓCTONAS INTERESADAS EN DEFENDER SUS PRIVILEGIOS ANCENSTRALES, COMO EN EL CASO DE LA COLONIZACIÓN DE NORTEAMÉRICA Y AUSTRALIA POR INGLATERRA Y DE CANADÁ POR INGLATERRA Y FRANCIA, EL CAPITALISMO SE IMPONE SIN NINGUNA TRABA, DANDO ORIGEN A SOCIEDADES PRÓSPERAS Y ADELANTADAS. DE ESE MODO PODEMOS EXPLICARNOS EL MISTERIO DE LA “COLONIZACIÓN PROGRESISTA” DE ESTADOS UNIDOS SIN NECESIDAD DE RECURRIR A LAS BANALES INTERPRETACIONES IRRACIONALES Y RACISTAS SOBRE LA SUPERIORIDAD ANGLOSAJONA. Seguir leyendo: libertadconpalabras.blogspot.ar/2013/10/imperialismo-y-lucha-de-clases-1975.html
Posted on: Sat, 26 Oct 2013 05:09:11 +0000

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