Manuel Belgrano, la Agricultura y la Huerta Apenas cincuenta - TopicsExpress



          

Manuel Belgrano, la Agricultura y la Huerta Apenas cincuenta años de vida alcanzaron para que uno de los más íntegros estadistas forjara una visión sobre la Argentina y fomentara y participara en los pasos esenciales para su concreción, marcando un camino que aún hoy invita a ser transitado. La visión de Manuel Belgrano de una Argentina (en realidad un Estado que abarcara al menos la Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay) próspera y feliz hizo que la historia y los historiadores lo consideraran el primer economista de la Argentina. Sin embargo su visión es aún mucho más profunda y abarcativa y proviene de un concepto de desarrollo en el cual el ambiente es la fuente de riqueza de la sociedad. Promueve un desarrollo sustentable (una de las primeras cosas de las que se lamenta al regresar de España es cómo se han diezmado los bosques y la indiferencia de los habitantes de la colonia por el cuidado de su entorno). Se opone a la matanza de vacas preñadas, promueve la rotación de cultivos y considera la reforestación y forestación como una misión impostergable. Promueve un equilibrio justo entre los diferentes sectores de la sociedad que fomente el conocimiento, la justicia, la felicidad. considera como valor supremo la búsqueda y defensa del bien común. Su visión es la de un Eco-Economista o promotor del Ecodesarrollo, visión que aún hoy sería un ejemplo magistral para la política argentina y que el mundo está recuperando gradualmente, después de doscientos años de expoliación de los recursos naturales. Tal vez el 7 de mayo, cuando Belgrano regresa a la entonces colonia y asume su cargo de Cónsul, sería la fecha más apropiada para recordarlo, ya que en ese momento inicia una arrolladora actividad para promover el desarrollo, la libertad y el bien común. Deseamos con este algo extenso texto recordar algunas de sus actuaciones, con la intención de reflexionar sobre la visión de la Argentina que él sostenía. La Agricultura en la Sangre Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nace en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Es uno de los estadistas rioplatenses que ha sobresalido por su formación, su visión, su pasión por el estudio y la investigación y por el fuego sagrado que lo empujaba a transformar la realidad de un modo que aún hoy se recuerda y admira. Nace (y muere) en la casona de su familia, a pocos metros del convento de Santo. Domingo, como cuarto de quince hermanos. Doña Josefa González Caseros, su madre era criolla de familia aristocrática de Buenos Aires con ascendencia española e italiana. Domingo Belgrano y Peri (que se transformó en Pérez), su padre, era un comerciante genovés emigrado primero a Cádiz (España) y luego a América, donde se hizo ciudadano español. Radicado en Buenos Aires desde 1751, el comercio monopólico desde la Colonia con España le permitió lograr una buena posición económica y en la milicia alcanzó el grado de capitán. Según una leyenda, el duque de Saboya (Italia) al ver los prósperos y bien cultivados trigales de uno de los antepasados del prócer hizo un comentario sobre la calidad del grano, de lo que surge el apellido paterno. En el escudo de armas de la familia se ven representadas tres espigas de trigo. Si bien Belgrano (a diferencia de algunos otros protagonistas de la Revolución de Mayo) en lo personal nunca se dedicó a la explotación agrícola ni ganadera, su contribución ha sido más importante que la de muchos de los primeros patriotas contemporáneos que si se dedicaron a ella. Sus pensamientos han sido recogidos por muchos de sus admiradores, tanto por Rivadavia, José María Paz, Rosas, Mitre y Sarmiento, siendo éste último el primero en crear en 1870 un Departamento de Agricultura. Estado, Agricultura y generación de riqueza: el principal objeto de estudio de Belgrano en Europa Manuel Belgrano estudia en los mejores colegios de su ciudad, primero en el convento de Santo Domingo y luego en el Real Colegio de San Carlos. La carrera comprendía Lógica, Metafísica, Física y Ética, la gramática latina, filosofía y algo de teología. Como todos los hijos de las familias coloniales que tuvieran los recursos para ello, viaja a España para completar su formación. Allí se destaca por su dedicación al estudio y por su conducta, de modo que recibe permiso del Papa para leer e investigar los libros herejes custodiados por la Inquisición (menos los que tienen contenidos obscenos). Estudia en la Universidad de Salamanca (1786) ,en Valladolid y Madrid y se recibe de abogado en la cancillería de Valladolid (1793). En Salamanca mientras aún estudiaba (1790) fue el primer presidente de la Academia de Práctica Forense y Economía Política de la Universidad, siendo protagonista del nacimiento de la economía política como arte-ciencia. En su dedicación al estudio y la exploración de conocimientos, Belgrano conoce los pensamientos fisiocráticos. Estos se fundamentan en el concepto que la única fuente de riqueza es la naturaleza, en especial la agricultura y que por lo tanto los esfuerzos principales del Estado deben abocarse a promoverla y no entorpecerla mediante impuestos abusivos y controles aduaneros que sostenían a las clases improductivas. Uno de los elementos más sobresalientes de este conjunto de pensamientos es que se comienza a pensar en sistemas y las relaciones entre sus partes, en el flujo de dinero en la sociedad y en cómo se crea valor. En Francia el representante del pensamiento fisiiócrata es Francisco Quesnay, al cual Belgrano estudia con entusiasmo En 1794, traduce el trabajo de Quesnay “Máximas generales del gobierno económico de un reino agrícultor” que es la fuente de influencia fisiocrática más clara que llegó al Río de la Plata. La doctrina toma auge en Italia, principalmente a través de los trabajos de Fernando Galliani y del abate Antonio Genovesi. Éste es el maestro predilecto de Belgrano. Era un mercantilista moderado, que pretendió combinar la libertad económica con los principios del proteccionismo industrial y agrario, contrariamente a los fisiócratas que basaban sus teorías en la libertad de producción y circulación de los productos. En Inglaterra la fisiocracia tuvo sus mejores exponentes en Ricardo Cantillon y en Adam Smith. También conoce los escritos de Rousseau, Diderot, Voltaire y Montesquieu y se siente atrapado por la historia reciente de la revolución francesa. En España se destacan las figuras de Pedro Rodríguez de Campomanes, Melchor Gaspar de Jovellanos (citado en nuestra nota editorial INFOHUETAS 23) y Vicente Alcalá Galiano. Estos se oponían a los mayorazgos y propiciaban el justo reparto de las tierras. Belgrano se empapó de estas teorías y de las visiones particulares de cada uno de estos autores, en la mayoría de los casos los estudia en sus lenguas originales. De esta manera va moldeando su pensamiento como estadista y economista. Propuestas para una agricultura sustentable "Las mas sabias legislaciones jamás separaron á la Agricultura del Comercio; á ambas dispensaron igual protección. Sin recompensa no hay talento, porque es su principio y su móvil. El genio para sobresalir necesita de la emulación, y solo se excita con la recompensa". “La agricultura es la madre fecunda que proporciona toda las materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio”. (considera como "artes a la inminente industria y las labores artesanales". “Todas las Naciones cultas se esmeran en que sus materias primeras no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no solo el darles nueva forma, sino aun atraer las del Extranjero para ejecutar lo mismo, y después vendérselas...” "Nadie duda que un estado que posea con mayor perfección el verdadero cultivo de su terreno, en el que las artes se hallen en manos de hombres industriosos con principios, y en el que el comercio por consiguiente se haga con frutos y géneros suyos, sea el verdadero País de la felicidad, pues en el se encontrará la verdadera riqueza, será bien poblado, y tendrá los medios de subsistencia y aun otros que le servirán de pura comodidad" De su período consular provienen las más importantes referencias que hace sobre la agricultura y su vinculación con la industria y el comercio y el rol del estado, pensamientos que siembra y hace circular a través de las memorias anuales del Consulado y de sus sendas colaboraciones periodísticas que son leídas con entusiasmo en la colonia, aún cuando (como comenta en sus memorias) cada uno las entendía como mejor le caía a sus propios intereses. Propicia la creación de una Escuela Práctica de Agricultores y otra de Comercio. Su interés es mucho más amplio y desea fomentar los conocimientos teóricos y aplicados. Su preocupación por el rol subyugado de la agricultura dentro una economía bonaerense rudimentaria, basada en el latifundio ganadero, constituye un tema clave. No resulta casual que señalara prontamente, en pleno proceso revolucionario en junio de 1810- que la situación de los agricultores se debía a “la falta de propiedades de los terrenos que ocupan los labradores”. Éste era el “gran mal” de donde provenían todas sus “infelicidades y miserias, y de que sea la clase más desdichada de estas Provincias, debiendo ser la primera y más principal que formase la riqueza real del Estado… Conociendo a fondo la desmesura con que desde el período colonial se habían repartido las tierras, destacaba que había potentados en Europa que no eran señores de tantas leguas de campo como en nuestros lares. Por ello, para arraigar a una población en crecimiento e integrarla a la sociedad, proponía que se facilitara a los labradores el acceso a la propiedad de la tierra. También mostró preocupación por las tierras improductivos “sin provecho propio ni del Estado”, señalando la necesidad de obligar a sus poseedores “no a darlas en arrendamiento, sino en enfiteusis a los labradores” (lo cual se intentaría recién en el gobierno de Rivadavia) . De esta manera, Belgrano adelantaba una solución para lo que constituiría un drama constante de los chacareros que, un siglo después, en 1912 en el grito de Alcorta, reclamarían todavía por la precariedad de sus contratos de arrendamiento. Claramente volcado a favor de incrementar la producción agrícola, no vaciló en aconsejar medidas extremas. A quienes tenían tierras incultas “se podría obligar a la venta de terrenos, que no se cultivan, al menos en una mitad, si en un tiempo dado no se hacían plantaciones por los propietarios”. Si bien en el cultivo de granos el manejo de mayores superficies puede ser eficiente en la tercerización, aún hoy se conoce de la importancia de la propiedad de la tierra para la producción intensiva. Tributario del pensamiento fisiocrático, Belgrano consideraba a la agricultura como “el verdadero destino del hombre”. Juicio comprensible en una colonia en que, a diferencia de los Estados Unidos de entonces, privilegiaba una primitiva economía pastoril y en el que los hacendados concentraban el poder real del ámbito bonaerense. Sin embargo, lejos estaba de proponer un desarrollo inarmónico de la economía. Por el contrario, sustentaba la idea de una interdependencia con otras actividades económicas, subrayando la necesidad de “fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio” ya que “son las tres fuentes universales de las riquezas”. Además, afirmaba que “ni la agricultura ni el comercio serían casi en ningún caso suficientes para establecer la felicidad de un pueblo si no entrase en su socorro la oficiosa industria”. Mas aún; ninguna de aquellas actividades podía establecerse sólidamente si la industria “no entra a dar valor a las rudas producciones de una y materia y pábulo a la perenne rotación del otro”. En setiembre de 1810, fue todavía más contundente, recalcando la unión de la agricultura y la industria porque “si la una pesa más que la otra ella viene a destruirse a sí misma. Los frutos de la tierra sin la industria no tendrán valor; si la agricultura se descuida, los conductos del comercio quedarán atajados”. Habría que esperar más de medio siglo para que las ideas de Belgrano adquirieran eco nacional en las voces de Vicente Fidel López y Carlos Pellegrini, entre otros, durante la acalorada discusión en el Congreso sobre la nueva ley de aduanas. Promueve nuevos cultivos como el lino y el cáñamo; se ocupa del mejoramiento del ganado vacuno y lanar, teniendo especial consideración por el ‘’ganado de la tierra’’ – llamas, alpacas, vicuñas y guanacos. Asimismo se ocupa del mejoramiento de la manufactura textil, por ejemplo en Cochabamba se busca mejorar la producción de lienzos de algodón para competir con la manufactura europea – catalana, en un primer momento, y luego inglesa, gran parte de ésta arribaba gracias al contrabando. Expresa su inquietud por fomentar un manejo racional de la apicultura en vistas del potencial exportador de la Argentina y la manera rudimentaria en que se manejaban localmente las abejas. Se ocupó del mejoramiento de los caminos, de la construcción de un muelle para el puerto de Buenos Aires, de la fundación de una plaza fortificada en Choele –Choel para contrarrestar el cuatrerismo practicado por los indios araucanos, etc. El desarrollo económico está unido a un desarrollo social. Se preocupa por el mejoramiento de la situación de los campesinos y rescata los derechos de los "naturales". Busca integrar al indio que se encontraba en la pampa, a través del comercio y de la evangelización, transmitiéndole los valores de la civilización y promueve la restitución de tierras para el cultivo. También se ocupa de la integración de la mujer, ya sea a través de los oficios tradicionales, como hilanderas y tejedoras, o proponiendo que sean mano de obra en los diferentes pasos que demandaban los cultivos del lino y del cáñamo. Belgrano propiciaba la educación de las primeras letras a través de escuelas gratuitas y la enseñanza de oficios, como un medio de combatir la ociosidad y los vicios. También fue uno de los primeros en interesarse por la educación de la mujer, proponiendo la instalación de escuelas gratuitas, “…donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, etc. y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial, o más en las mujeres que en los hombres”. Destina premios de 30 y 40 pesos fuertes a las niñas huérfanas del Colegio de San Miguel que presentaran una libra de algodón hilado. "Cualquiera otra riqueza que exista en un estado agricultor, será una riqueza precaria... Es pues, forzoso atender primeramente á la agricultura, como que es el manantial de los verdaderos bienes, de las riquezas que tienen un precio real... pues toda prosperidad que no esté fundada en la agricultura es precaria; toda riqueza que no tiene su origen en el suelo es incierta.." "Este orden admirable e inmutable que Dios ha prescripto á la naturaleza, no tiene otro objeto que la renovación sucesiva de las producciones necesarias a nuestra existencia ." "Persuadámonos, señores, que en esta Provincia la verdadera mina es la tierra bien cultivada; que mientras no se atienda, nunca seremos felices, y que, como dice el célebre Quesnay, con preferencia á todo, un estado agricultor debe estar poblado de ricos labradores " La felicidad y abundancia se lograrán, “...atendiendo a los ramos de agricultura, industria y comercio, como que son las tres fuentes universales de las riquezas Además de dar varias recomendaciones sobre como aprovechar la tierra, aconseja a los jóvenes agricultores profundizar sus estudios del suelo, perfeccionar sus conocimientos sobre abonos, intensificar la lucha contra plagas de ratones, hormigas y otras alimañas, que perjudican la siembra y arruinan las cosechas. Propone en consecuencia, la implantación de un sistema de premios y subsidios a los fines de estimular e incentivar una mayor producción agrícola a través de una adecuada educación tecnológica. Estos premios serían efectivizados en dinero, en préstamos adelantados a cuenta de futuras cosechas y que servirían para construcción de viviendas, pero con la condición de que "sólo se darían a aquellas personas literatas que con más empeño hubiesen expuesto sus pensamientos útiles sobre el asunto que se les propusiese ; para lo cual se deberían nombrar jueces que imparcialmente determinasen quien sería digno del premio en primero , segundo y tercer lugar a fin de adjudicarse de este modo los premios con la mayor justicia ". En otras palabras, se opone a los subsidios indiscriminados dados a discreción y promueve el trabajo a partir de proyectos realizables. A tal fin sugiere ya en 1795 instalar para los labradores una escuela práctica de agricultura, "pues como dejo expuesto, sin saber nada se adelanta y haciendo aprender las reglas a los jóvenes labradores, al mismo que se les enseñase prácticamente, podría sacar muchas utilidades proporcionando todas las materias primeras” Belgrano ofrece presentar para las escuelas una cartilla rural traducida del alemán y muestra un conocimiento profundo de la naturaleza y de la rotación de los cultivos: “El verdadero descanso de la tierra es la mutación (rotación) de producciones”. Recién en 1879 se crea en la Provincia de Buenos Aires la Escuela Práctica de Agricultura de Santa Catalina. Luego, el 6 de agosto de 1883 se establece el Instituto Agronómico y Veterinario de la Provincia de Buenos Aires, del cual en 1887 egresan los primeros 6 profesionales. El 12 de noviembre de 1889 se crea la Facultad de Agronomia y Veterinaria de La Plata. El 9 de agosto de 1821 se establece la Universidad de Buenos Aires, recién el 25 de septiembre de 1904 se crea la Facultad de Agronomía, Este sueño de Belgrano, como tantos otros, será una realidad tardía. Belgrano en la Huerta Recién en el año 1991 durante el gobierno de Carlos Menem, se crea el programa ProHuerta, que propone difundir la horticultura para el autoabastecimiento en la zona rural y promover al agricultura urbana y suburbana, propósitos que ya proclamaba Belgrano doscientos años atrás. Pocas referencias hemos encontrado sobre la promoción de la Agricultura Urbana y Periurbana en las citas bibliográficas de Manuel Belgrano. Suponemos que esto se ha de deber más al escaso interés de los historiadores por este tema que a la falta de interés del propio Belgrano. Seguramente durante su estadía en España habrá conocido los ya desarrollados sistemas de producción intensiva, enriquecidos por los aportes de frutas y hortalizas de todo el mundo, especialmente del continente Americano. El historiador argentino Felipe Pigna describe la promoción de la huerta en el Ejército del Norte: "Las tropas que comandaba el general Manuel Belgrano, como sucedía con todas las que lucharon en nuestras guerras por la independencia, pasaban meses y años sin cobrar sus correspondientes sueldos. Los soldados estaban mal vestidos y sufrían todo tipo de necesidades. A Belgrano se le ocurrió un emprendimiento: repartir terrenos sin explotar a cada regimiento para su cultivo. Todos los cuerpos tuvieron una huerta abundante de hortalizas y legumbres, y de este modo, todos llenaron su necesidad de esta manera y entretenían su equipo, porque los frutos que sobraban del consumo se vendían en beneficio de todos los soldados que los habían cultivado. " Belgrano, tan interesado en el fomento de los plantíos, se interesó en adaptar algunas especies cordilleranas en la Recoleta, para luego plantarlas en el Pago de la Costa (San Isidro). Entre ellas podemos mencionar: valeriana, gencianas, umbilíferas en general, como andrómeda, arbuto, cascarilla o quina en varias de sus especies. Naranjos, limoneros y duraznos se dieron con facilidad en San Isidro. Pequeñas manzanitas silvestres. Aguaribay, guayabos y aribaibo, llegadas de la zona del oriente altoperuano (Bolivia actual). Reina apache, jareta del monte y ciertos árboles de vainilla silvestre, begonias y la célebre ariruma, orquídea muy perfumada llegada de las Misiones, al igual que una gran selección de jazmines del Paraguay. También se intentó plantar el molle, árbol de la zona peruana, de importante follaje, muy a propósito para la planicie y muchas especies más, integrando el paisajismo y la producción agrícola intensiva. Belgrano, filósofo y metafísico. y ecologista Demasiado fuerte ardía su fuego sagrado como para que Manuel Belgrano se quedara encerrado en claustros o se hubiera dedicado plenamente a la difusión de sus pensamientos o a la discusión de ideas: Comprendió que era imprescindible ser un hombre de acción si quería que se consolidara al menos parte de lo que el deseaba para la incipiente Argentina. Sin embargo era uno de los hombres más cultos y educados del Rio de la Plata. Sus conocimientos de la literatura clásica y la filosofía son profundos, como puede observarse también a través de los libros que donara a la Biblioteca de Buenos Aires, listado indexado detalladamente por el Instituto Belgraniano. También le interesaron la química, la farmacología, la botánica, la estadística y las ciencias en general. Se nutre de los fisiócratas y de otros pensadores contemporáneos, pero también de autores clásicos y construye su propia visión. Manuel Belgrano era contemporáneo de los pensadores de La Naturphilosophie o Filosofía de la Naturaleza que fue una corriente de la tradición filosófica del idealismo alemán del siglo XIX ligada al Romanticismo y del francés Étienne Geoffroy Saint-Hilaire En ellos se inspiraría james Lovelock en 1969 para conceptualizar su teoría "Gaia" que considera al planeta Tierra como un sistema similar al de un ser viviente. Casi doscientos años antes de que fuera plasmada esta teoría con una visión tal vez algo animista de la naturaleza, y la tierra, un concepto de la virtud (o "buen karma" de los agricultores y de quienes cuidan del planeta, Belgrano ya expresa: "Es pues forzoso atender primeramente á la Agricultura como que es el manantial de los verdaderos bienes, de las riquezas que tienen un precio real, y que son independientes de la opinion, darla todo el fomento de que sea susceptible, y hacerla que prospere en todas las Provincias que sean capaces de alguno de sus ramos..." Esta tendencia seguramente se observará nuevamente en el ciclo 2009 - 2010 cuando se prevé que los capitales migrarán de la especulación financiera hacia los comodities e invertirán en tangibles como la compra de tierras, la tecnificación y el desarrollo de cultivos y más allá de la coyuntura, a nivel mundial hay una fuerte tendencia a apoderarse de las tierras de suelo fértil y con suficiente agua. "La Agricultura es el verdadero destino del hombre. En el principio de todos los Pueblos del Mundo cada individuo cultivaba una porcion de tierra; y aquellos han sido poderosos, sanos, ricos, sabios y felices, mientras conservaron la noble simplicidad de costumbres, que procede de una vida siempre ocupada, que en verdad preserva de todos los vicios y males. La Republica Romana jamas fue mas feliz y mas respetada, como en el tiempo de Cincinato; lo mismo ha sucedido á todos los Pueblos; y asi es que en todos ha tenido la mayor estimación, como es sin contradiccion el primer arte, el mas util, mas extensivo, y mas esencial de todos los artes. Tenemos á los Egipcios que honraban á Osiris como inventor de la Agricultura; los griegos á Ceres y Triptolemo su hijo; los habitantes del Lacio á Saturno ó Jano su Rey, que pusieron entre sus Dioses en reconocimiento de los favores que les habia dispensado. La Agricultura fue casi el unico empleo de los Patriarcas mas respetables de los hombres por la simplicidad de sus costumbres, la bondad de su alma, y la elevacion de sus pensamientos. En todos los Pueblos antiguos ha sido las delicias de los grandes hombres, y aun la naturaleza parece que se ha complacido y complace en que todos los hombres se destinen a la Agricultura, y sino ¿ por quien se renueban las estaciones? ¿por quien sucede el frio al calor para que repose la tierra, y se reconcentren las sales que la alimentan? Las lluvias, los vientos, los rosios, en una palabra, este orden admirable é inmutable que Dios ha prescrito á la Naturaleza, no tiene otro objeto, que la renovacion succesiba de las producciones necesarias á nuestra existencia." En el «Correo de Comercio» del 9 de junio de 1810, Belgrano apunta que: Todo se ha dejado a la naturaleza; más es, aún a esta misma, se ha tirado a destruir, si cabe decirlo así; por todas partes que se recorra en sus tres reinos, animal, vegetal y mineral, sólo se ven huellas de la desolación.." "No se debe menos atención a los montes. Es indispensable poner todo cuidado y hacer los mayores esfuerzos en poblar la tierra de árboles, mucho más en las tierras llanas propensas a la sequedad al no encontrarse defendidas; la sombra de los árboles contribuye mucho para conservar la humedad, los troncos quebrantan los aires fuertes." Referencia como ejemplo a algunos cantones de Alemania donde (según Evelyn en su «Discourse of forest trees») no se puede cortar árbol ninguno por propio que sea para los usos de carpintería sin antes haber probado que se ha puesto otro en su lugar, añadiendo a esto que ningún habitante de la campaña puede casarse sin presentar una certificación de haber comenzado a cultivar un cierto número de árboles. "Nada ciertamente puede dar tal satisfacción como la vista y goce de paseos deliciosos a la sombra de los árboles que uno ha plantado por sus manos; ellos están prontos para nuestro recreo, y para darnos crecidas utilidades..." Favoreciendo la forestación expresa: "Así repondríamos lo que han destruido los que nos precedieron y lo que nosotros arruinamos sin consideración alguna a la posteridad, contentándonos únicamente con trabajar para nosotros, para nuestros placeres" Estas citas de Manuel Belgrano podrían haber provenido de un ecologista de nuestros tiempos. Belgrano, el más católico de nuestros próceres, entendía que estas eran funciones esenciales de los curas que encuadraban dentro de su ministerio, “pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y atenderla en su origen”. Proponía traslada la experiencia europea de otorga recompensas a quienes realizaban nuevos plantíos, “señalando un premio por cada árbol que se da un tanto" . También se ocupó de evitar la matanza indiscriminada del ganado vacuno y yeguarizo, prohibiendo la matanza de las hembras preñadas, entre otras medidas. Aconsejaba que se favoreciera la producción de lanas de vicuña. Belgrano proponía con sabias leyes evitar ‘’las bárbaras costumbres de correr y matar a los inofendentes animalillos para esquilarlos”. Belgrano y la corrupción porteña ”No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conocí a los hombres nombrados por el Rey para la Junta, quienes lejos de cumplir con la misión encomendada, de propender a la felicidad de las provincias del virreinato de Buenos Aires, eran todos comerciantes españoles, exceptuando uno que otro, nada sabían más que su comercio monopolista a saber comprar por cuatro para vender a ocho”. Se consagró a dar realidad a sus ideas pero chocó con una muralla de intereses, con la ambición y el deseo de lucro de los comerciantes. Belgrano impedido de luchar contra el ambiente hostil se desmoralizaba y confiesa que su ánimo se abatió. En esta etapa sus padecimientos fueron de índole espiritual y orgánica. “Si es cierto, como lo aseguran todos los economistas, que la repartición de las riquezas hace la riqueza real y verdadera de un país, de un Estado entero, elevándolo al mayor grado de felicidad, mal podrá haberla en nuestras provincias, cuando existiendo el contrabando y con él el infernal monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas manos que arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria”. "No es mucho, pues, no hubiese un español que no creyese ser señor de América, y los americanos los miraban entonces con poco menos estupor que los indios en los principios de sus horrorosas carnicerías, tituladas conquistas." "En qué profunda ignorancia vivía yo del estado cruel de las provincias interiores!" "¡Qué velo cubría mis ojos! El deseo de la libertad e independencia de mi patria, que ya me había hecho cometer otros defectos como dejo escritos, también me hacía pasar por todo, casi sin contar con los medios." Esta corrupción no la observa solamente en Buenos Aires, sino en casi toda su campaña libertadora. Comerciantes y terratenientes se oponían encubiertamente a la independencia, ya que veían como ésta afectaba a sus negocios y su hegemonía. Belgrano y el Bien Común La salud, la educación, el trabajo, la conservación del medio ambiente son para Belgrano parte del bien común. Belgrano plantea la dimensión teologal del bien común, ya que la plenitud del ser humano resulta imposible sin Dios: "Bien común trascendente y supremo para todos los hombres”. " Los demás comandantes exigieron mi parecer; traté la materia con la justicia que ella de suyo tenía, y nada se ocultaba a los asistentes, que después entrados en conferencia, sólo trataban de su interés particular, y si alguna vez se decidían a emprender, era por temor de que se sabría aquel congreso y los castigaran; mas asegurándose mutuamente el silencio volvían a su indecisión y no buscaban otros medios ni arbitrios para conservar sus empleos. ¡Cuán desgraciada vi entonces esta situación! ¡Qué diferentes conceptos formé de mis paisanos! No es posible, dije, que estos hombres trabajen por la libertad del país; y no hallando que quisieran reflexionar por un instante sobre el verdadero interés general, me separé de allí, desesperado de encontrar remedio, esperando ser una de las víctimas por mi deseo de que formásemos una de las naciones del mundo." (período previo a la Revolución deMayo) Para comprender la visión que Manuel Belgrano tiene del agro, es necesario comprender también el significado que tiene para el un desarrollo armónico e integrado y cuál es el rol de los decisores en una sociedad. La preocupación del bien común, categoría ética para Belgrano, es uno de los mayores aportes de su pensamiento muy poco conocido en nuestra Historia Nacional. El bien común tiene para él categoría ética y lo coloca por encima de los intereses particulares y en buena medida de los intereses de la mayoría. Es un bien porque está consustanciado con la naturaleza del hombre y su desarrollo como ser humano (persona). El bien común permite el desarrollo de todo el hombre y todos los hombres; insiste en la capacitación y educación de la familia, donde se debe aprender en comunión de amor las conductas para integrarse en la sociedad. Belgrano sostiene que el bien común permite el desarrollo de las personas y se concreta a través de la prudencia que debe tener cada miembro social, en especial las autoridades que ejercen el poder. Belgrano señala los contenidos temporales del bien común: 1) respeto a la persona y a sus derechos inalienables; 2) bienestar social y desarrollo de los grupos que integran la sociedad; 3) la libertad, la solidaridad y paz entre las distintas comunidades para la estabilidad y seguridad de la sociedad; 4) la unidad es un bien que debe estimarse por encima de otros bienes para alcanzar desarrollo integrador. Se debe evitar la corrupción, la inequidad, el ocio y toda gama de los vicios que derrumban a la comunidad. Todos los escritos de Belgrano son una teoría fundada en el bien común, pues para él de ésta fuente se nutren todos los que forman la comunidad social. Su vida política y sus escritos son un ejemplo de coherencia y de su fervor por promoverlo. No permitía que sus tropas cometieran excesos y les exigía el más absoluto respeto a los poblados por donde pasaban. Esto le llevó a confrontaciones aún con los capellanes cuando ellos buscaban los placeres terrenales. Se consideraba responsable por dar el ejemplo, vivió en la más absoluta austeridad, donaba parte de su sueldo para la construcción de escuelas y para otras acciones de bien público, no gozó de privilegios por cargo público o rango militar, se sometió a los juicios por sus acciones militares, de los cuales salió honroso. El bien común también se refleja en sus escritos como el Reglamento de las Escuelas donadas a las Provincias del Norte; las Instrucciones y Reglamentación de las milicias patrióticas de Misiones; las disposiciones colocando en igualdad de condiciones a los indios y a los españoles americanos; las medidas sobre el poblamiento y reparto de las tierras públicas a los indios; el apoyo a los indios pampas, tehuelches, pehuenches, que conocían de la cría de los ganados de pelo largo utilizados en la producción textil; los manuales internos para atender a los deberes morales y éticos de los ciudadanos enrolados en el Ejercito; las advertencias sobre el sentimiento religioso y la acción de las parroquias; los reales intereses sociales y económicos de los Pueblos; la integración americana e incluso un sentimiento panamericanista que se advierte con la traducción del Discurso de despedida de G. Washington al pueblo de los, Estados Unidos de América. Su conducta le hizo cosechar el rencor de funcionarios de la naciente Argentina que asumieron postura muchas veces en defensa de sus intereses personales o corporativos, pero también cosechó la admiración del General San Martín y durante su activa vida fue ejemplo y formador de muchos de los protagonistas de la historia argentina. Luego de la derrota en su primera campaña militar, en el Paraguay, y mientras estaba detenido y negociaba una capitulación honrosa, pesruadió a los oficiales paraguayos de sus ideas independentistas y la necesidad de un desarrollo regional autogestionado, lo que llevó más adelante y luego de su retirada a que el Paraguay también luchara por su independencia: Triunfaba aún en la derrota. Exigía a soldados y oficiales que trataran con sumo respeto y honor a sus circunstanciales enemigos, quienes luchaban defendiendo sus ideas, sobre todo cuando caían presos en manos del ejército revolucionario Belgrano el Legislador Es el primer argentino del cual se tiene registro que tuviera en su biblioteca un Código Civil. Este compendio de leyes había sido encomendado por Napoleón Bonaparte a una comisión para que las leyes y normas de conducta de francia fueran intelegibles a cualquier ciudadano Belgrano dona a la Biblioteca Pública de Buenos Aires un ejemplar del Código Civil francés escrito en 1803. Con su fervor por la justicia y el desarollo armónico de la sociedad, es un precursor de la legislación argentina y sienta precedentes para el código que redactará Dalmasio Vélez Sársfield años más adelante. Para comprender mejor la visión íntegra de Manuel Belgrano, citamos parte del Reglamento para el Régimen Político y Administrativo y Reforma de los 30 Pueblos de Misiones. Queremos aclarar previamente que la región de las misiones comprendía aproximadamente las actuales provincias de Corrientes y Misiones, area de influencia y desarrollo de las Misiones Jesuíticas en los pueblos Guaraníes. En su primera campaña militar en la cual tiene la misión de "llevar la revolución de mayo de 1810 a las provincias", más que ir a combatir realistas y vencer enemigos, viaja para persuadir, educar e integrar y promover su visión de una sociedad americana moderna. Escribe este reglamento de treinta artículos en su campamento de Tacuarí el 30 de diciembre de 1810 y también lo remite también a la Junta en Buenos Aires: 7mo. A los Naturales se les darán gratuitamente las propiedades de las suertes de tierra, que se les señalen que en el Pueblo será de un tercio de cuadra, y en la campaña según las leguas y calidad de tierra que tuviere cada pueblo su suerte, que no haya de pasar de legua y media de frente y dos de fondo. 8vo. A los Españoles se les venderá la suerte, que desearen en el Pueblo después de acomodados los Naturales, e igualmente en la Campaña por precios moderados, para formar un fondo, con que atender a los objetos que adelante se dirá. 9no. Ningún Pueblo tendrá más de siete cuadras de largo, y otras tantas de ancho, y se les señalará por campo común dos leguas cuadradas, que podrán dividirse en suertes de a dos cuadras, que se han de arrendar a precios muy moderados, que han de servir, para el fondo antedicho, con destino a huertas, u otros sembrados que más se les acomodase y también para que en lo sucesivo sirvan para Propios de cada Pueblo 18vo. En atención a que nada se haría con repartir tierra a los Naturales, si no se les hacían anticipaciones así de instrumentos para la agricultura como de ganados para el fomento de las crías ocurriré a la Excelentísima Junta, para que se abra una suscripción para el primer objeto, y conceda los diezmos de la quatropea de los partidos de Entre Ríos para el segundo; quedando en aplicar algunos fondos de los insurgentes, que permanecieron renitentes en contra de la causa de la Patria a objetos de tanta importancia; y que tal vez son habidos del sudor y sangre de los mismos Naturales El éxodo y la no violencia Estando Belgrano en Jujuy, como General en Jefe del Ejército del Norte, en julio de 1812, se produjo una gran avanzada realista desde la Puna, que amenazaba destruir la expansión de las ideas independentistas que se había ganado a fuerza de sacrificio y coraje. No había posibilidad de aplicar ninguna estrategia de guerra; los realistas eran muy superiores en numero y no habría modo de detenerlos y menos aun de persuadirlos de su retirada. Por otra parte, muchas de las familias de las clases más altas e incluso el obispo estaban silenciosamente esperando la llegada del ejército realista para unirse a ellos. Belgrano era de naturaleza pacífica y conciliadora, pero de firmes convicciones. Luchó con valentía pero su mayores logros los tuvo a través de la estrategia y la persuasión. La decisión e Belgrano fue terminante: Sabiendo que, tras cruzar la Puna, la única opción de abastecimiento eran los valles jujeños, decidió dejarle la tierra arrasada al enemigo. Comunica en un bando del 29 de julio que no debería quedar nada que fuese de provecho para el adversario, ni casas, ni alimentos, ni animales de transporte, ni objetos de hierro, ni efectos mercantiles, nada debía caer en manos del enemigo. De esta manera evita una abierta confrontación entre argentinos y una guerra civil que hubiera significado el fracaso de la campaña independentista. Todo lo que no podía ser transportado a lomo de mula, de caballo o de burro, debió ser quemado. Pensemos en el sacrificio de ese pueblo sufrido y resignado, que se trasladaba con lo poco que podía salvar, sin saber exactamente cual iba a ser su suerte. El éxodo jujeño tuvo lugar el 23 de agosto de 1812. La población entera sin discriminación de clases ni de edades, sacrificaba colectivamente, su tranquilidad, su fortuna, su existencia.. Jujuy, era el paso obligado al Alto Perú, donde se encontraba el cerro de Potosí, del que se extraía la plata, que le proporcionaba una gran riqueza. Jujuy, merced a ese holocausto por la Patria, debió renunciar a todos sus bienes, lo que la sumiría en la pobreza, de la que sería difícil resurgir. Pero esta barrera al avance realista logró obligarlo a la retirada ya que no había siquiera pasto para los caballos. En cinco días ( a razón de 50 km de marcha por día, la marea humana llegaba a Tucumán. Belgrano triunfa en Tucumán y luego en Salta- Esta epopeya debe haber sido una de las más dolorosas en la carrera de Manuel Belgrano. Promotor de la agricultura, del desarrollo, constructor de caminos y organizador de ciudades y cultivos, fomentador de la forestación, de la industria y del comercio, de las relaciones pacíficas, tuvo que destruir todo a su paso para defender un suelo donde pudiera plasmar sus sueños: su Patria. Belgrano el panamericano En su primer cargo público ya se ocupo no meramente de actividades administrativas, sino de fomentar e integra el desarrollo de "los otros países (el interior) .El Consulado tenía jurisdicción sobre todo el Virreinato del Río de la Plata . Belgrano mantuvo una fluida correspondencia con los diputados en los distintos destinos, pidiéndoles que le mandaran información detallada de las características geográficas y de las producciones locales. Se ocupa de tratar de reformar los abusos del comercio exterior y fomentar el interno reduciendo las exacciones que gravaban el mismo, facilitando la navegación fluvial e insistiendo en la construcción de nuevos caminos como los de Catamarca y Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero, San Luis y Mendoza. Busca franquear las comunicaciones entre Buenos Aires y Chile. Se auxilia de estudiosos y organiza viajes de reconocimiento del territorio, levantando planos topográficos. Se interesa en los indígenas establecidos fuera de la frontera con el español, a los cuales busca integrar a través de la agricultura y el comercio y la evangelización. Observa que los realistas quienes habían utilizado la religión como una de las "armas" de la conquista, califican frecuentemente a los revolucionarios como "herejes". Con esto intentan que el pueblo se ponga del lado de los realistas. Belgrano, hábil estratega y constructor político, considera que para disipar cualquier duda el estado (y el ejército) debe adoptar firmemente la fe católica porque sino tendría la derrota garantizada, y aconseja a San Martín transitar por el mismo camino. Si embargo y más allá de su profunda religiosidad no es de las personas que condena a otra por pensar, sentir o creer diferente. En la lucha por emancipar América, fueron mayoría los próceres que tuvieron que superar la adversidad de sus contemporáneos. Belgrano admiraba a George Washington, ambos precursores de las luchas comunes por la libertad e independencia. Los dos sufrieron deserciones de sus tropas, mal equipadas y mal alimentadas, la apatía de sus gobiernos, interesados muchas veces en los pequeños intereses locales y descuidando los grandes intereses nacionales. A pesar de las adversidades, ambos fueron fiel a sus ideas y convicciones y no renunciaron a su misión y continuaron siendo patriotas en la acepción más pura del término: Mitre, quien admiraba profundamente a Belgrano y escribe también su biografía de el diez años luego de que hubiera fallecido, relata que Belgrano “…llevaba la patilla a la inglesa, como se ve en los retratos de la última época de Washington, que era su modelo político”. En la primavera de 1812 en Tucumán inicia por segunda vez la traducción al castellano de su versión de a “Oración de despedida de Washington”. Esta había sido publicada en la prensa el 17 de septiembre de 1796, en vísperas del retiro de Washington a su vida privada y es un resumen de sus creencias políticas. Es uno de los cuatro documentos fundacionales de los Estados Unidos. El 2 de febrero de 1813, en la víspera de su batalla más importante, la batalla de Salta, se pasó la noche en su tienda de campaña hasta cerca del alba.para finalizar la misma. Al día siguiente la despacha a Buenos Aires para su impresión. Cuando uno lee los escritos de Belgrano, observa una admirable claridad en su redacción y la comunicación de los conceptos. Sin embardo, con su humildad y gran sentido autocrítico, comenta sobre la traducción de La Carta "No con aquella propiedad, elegancia y claridad que quisiera y de que son dignos tan sabios consejos, pero al menos los hé puesto inteligibles, para que mejores plumas les den aquel valor que mis talentos, ni mis atenciones se permiten”. En 1816 en reunión secreta en el Congreso del Tucumán, Belgrano expone los resultados de su reciente misión deiplomática a Europa, donde observó la restauración de las monarquías y la aparente derrota de la revolución francesa. Antes y luego de la declaración de la Independencia, la mayoría de los congresales apoyan la moción de Belgrano de crear una monarquía constitucional (similar a la británica) encabezada por un heredero del trono Inca y con capital en el Cuzco, visión que también es compartida por San Martín. Su visión integracionista le cosecha la incomprensión y burla de los porteños que ven amenazada su hegemonía y tampoco pueden aceptar , al igual que los representantes del Alto Perú, que un americano y no un inglés, francés o español encabece la monarquía . Viendo la evolución política en el Río de la Plata luego de doscientos años, y la admiración del pueblo en lideres que tienen habitualmente actitudes monárquicas uno puede comprender que las ideas de Belgrano no habrían sido tan desacertadas. Su salud Paradójicamente, quien más se preocupó por la felicidad y calidad de vida de sus compatriotas, ha tenido una salud vulnerable que lo llevó a la muerte con apenas 50 años. Hiperactivo, dormía solo unas cuatro horas diarias y ninguno de sus soldados podía seguirle el tranco. Su constante dedicación y capacidad de resolver problemas le conquistó el moto de "Bombero de la Patria". Solo cuando su cuerpo ya no resistía más, se tomo períodos de descanso y ni siquiera hasta su plena recuperación, sino hasta que podía moverse nuevamente. Promotor de la agricultura extensiva pero también de la producción intensiva alrededor de las ciudades, fuente de diversidad alimentaría y salud, pasó la mayor parte de sus años de servicio a la patria prácticamente en campaña y a caballo o en viajes diplomáticos. No se registraron antecedentes de patologías en su niñez y juventud, recién luego de su regreso de España. Él mismo relata su profunda desazón (abatimiento) cuando rebozarte de ideas y proyectos llega a la Buenos aires Colonial y se encuentra que a sus colaboradores en el consulado lo único que les interesa es hacer buenos negocios a cualquier precio. Varios autores atribuyen también su frágil salud a una gonorrea o una sífilis contraída en sus tiempos de estudiante en España. A escasos meses de la revolución de mayo se le encomienda llevar y asegurar la revolución en el Paraguay, que era parte del virreinato. Esta empresa que se la prometieron como sencilla, es nuevamente un enorme reto en su vida. En su autobiografía describe por ejemplo que en la campaña al Paraguay se pasaron semanas comiendo solamente carne asada sin sal: El ejército libertador no tenía siquiera tiendas de campaña para proteger a sus soldados de las constantes lluvias subtropicales, ni suficientes caballos, menos aún había diversidad en la dieta. Belgrano vivía estoicamente a la par de sus soldados, dando ejemplo de austeridad y perseverancia. Muchas jornadas casi sin descanso, la ardua tarea de mantener bajo control un ejército con muchos de sus soldados muy valientes pero otros tantos siempre al borde de desertar y con nula o escasa formación, falta de comunicación cuando no casi abandono o tratos injustos desde Buenos Aires seguramente habrán impactado también en su salud. En 1813 cuando dirige el Ejército del Norte en Salta, Jujuy y Tucumán, tuvo hemorragias con vómitos de sangre que se suponen originados en el aparato digestivo. Su dispepsia (digestión difícil) ha sido relatada por varios testigos, aunque era común en un ejército mal alimentado. Luego de la Batalla de Salta, Belgrano comunica al gobierno de Buenos Aires que está afectado de paludismo y con constante fiebre y pide licencia. San Martín describe también su frágil estado de salud. Sin embargo le ordenan avanzar hacia Potosí, en el altiplano a unos cuatro mil metros de altura, recorrido en el que los alimentos son cada vez más escasos y las condiciones cada vez más adversas. Vista a la distancia su heroica tarea, pareciera que el gobierno de la revolución buscaba todos los medios para que quiebre su salud y personalidad, pero así como se repone de tantas situaciones frustrantes, traiciones y adversidades, siempre encuentra un modo para infundir sus ideas en la sociedad que aún tenía una estructura colonial, del mismo modo logra reponerse una y otra vez de sus males. Tras Potosí lo llaman a Buenos Aires para presentarse a la brevedad en Buenos Aires y someterse a jucio y aún enfermo regresa obediente. De su segunda campaña al Norte regresa en 1819 ya muy enfermo, con afecciones en los pulmones y una retención de líquidos en todo su cuerpo. Tampoco puede descartarse que haya contraído además el mal de chagas. En su regreso para morir en Buenos Aires (con dinero prestado porque el Estado no le facilitó ni los caballos), debe hacer alto en Luján y luego en San Isidro para recuperar al menos parcialmente su salud. En gratitud por su lealtad y sus servicios, Manuel Belgrano le obsequia a su médico, el estadounidense de origen escosés José Redhead su reloj de oro. Este reloj ha sido robado del Museo Histórico Nacional en el año 2007....El médico y patólogo Sullivan quien hizo la autopsia a solicitud de Redhead señalaba que sacó gran cantidad de agua; que encontró un tumor duro en el epigastrio derecho; el hígado aumentado en volumen, al igual que el bazo; los riñones desorganizados, los pulmones colapsados, el corazón hipertrofiado. La descripción parece coincidir con el diagnóstico de un carcinoma hepatocelular; un tumor de gran tamaño, con nódulos en la superficie, tejido duro por la cirrosis portal que suele asociarse; ictericia y ascitis; la gran cantidad de líquido que extrajo Sullivan indicaría la invasión neoplásica de la vena portal. Otros autores mencionan de una cardiopatía orgánica total (con la consecuente retención de líquidos en todos los tejidos) como causa de la muerte del prócer.
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 11:43:22 +0000

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