Mar 10 Historias de la puta mili Aprovechando que la Chacón - TopicsExpress



          

Mar 10 Historias de la puta mili Aprovechando que la Chacón está celebrando los diez años desde que se suprimió definitivamente el servicio militar obligatorio en España mucha gente se está poniendo en plan añorante y “nos está contando su mili”. Con la supresión de la mili un gran número de voces, transmitidas por el adn generacional, ha devenido en puro arcaísmo: la “blanca”, el “imaginaria”, el “chopo”, el “chusquero”, el “tirilla”… También se ha ido por el sumidero sociológico un nutrido arsenal fraseológico o, como dicen ahora los lingüistas más relamidos y petimetres, toda “una constelación de lexías textuales”. Una de ellas es, por ejemplo, la que cerraba el párrafo de arriba: “no me cuentes tu mili” era una potente arma disuasoria reservada para aquellos casos en que un individuo monoconversador se disponía a largarte una soporífera perorata sobre su vida. Convertida en una apología del linchamiento, la expresión “¡Que lo pague con mili!” era una manera visceral de reclamar la justicia más vengativa para quien cometiera una falta o infracción. “¡Que lo pague con mili!” era, por ejemplo, lo que se decía a voz en grito cuando en plena partida de guiñote alguien tiraba la consumición por el tapete o la estrellaba sobre el suelo. Quien mejor supo reflejar todo ese acervo lingüístico cuartelero fue, sin duda, el malogrado dibujante Ramón Tosas, alias Ivá. Será por deformación profesional, pero recuerdo que lo que más me llamó la atención cuando entré en el cuartel a hacer la mili fue que los que allí estaban disfrazados hablaban como los personajes de las Historias de la puta mili de Ivá. Decían “asín”, “chujquero”, “mi salgento”, “un pase pelnotta”, “la prestansia virís”, “cagon san Peo, cagontó”, “ahí te va a quedá, ondia”, “a pol lo meno do vesse ar mé”, “po fueno, po fale, po malegro" y usaban mucho la muletilla de asombro “ein”. Yo siempre he pensado que, además de la herrumbre que se va depositando sobre las costumbres, lo que más hizo por que la onerosa carga de la mili obligatoria se extinguiera en nuestro país fueron las abigarradas y feístas viñetas de las Historias de la puta mili de Ivá. La estampa de ese recluta pelón amarrado a una escoba que luce sobre el casco la leyenda del “Nacío pa matar” fue una imagen epocal más demoledora que todas las manifas de insumisos que se montaron en las décadas de los ochenta y noventa y que terminaban jocosamente con un sorteo de “quintos” de cerveza. Luego lo que uno veía de las puertas para adentro de los cuarteles tampoco difería mucho de lo que veía en las tiras de Ivá. Estampas como la del recluta con la escoba o el mocho en la mano; o figuras como la del clásico “salgento Arensivia”, que mandaba al cabo cuartel a la cantina para que le echaran al botijo un chorro de anís mientras él se la meneaba a la fresca del cuarto pensando en la Pantoja, que era un tema que le daba mucho juego y que nunca le fallaba en estos menesteres.
Posted on: Wed, 28 Aug 2013 20:56:45 +0000

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