Martes 22 de septiembre de 2009.- - TopicsExpress



          

Martes 22 de septiembre de 2009.- LOS HERMANOS Para Jorge Alberto y Javier Celli Un día jueves 10 de septiembre, la noticia abrumó a todos los mortales que habitan en el Valle de Traslasierra. En la ciudad de Villa Dolores, hubo dos hermanos, que integrantes de una prolífica familia, trabajaban, cada uno de ellos en tareas relativas a lo social.- El mayor “Pupa”, apodo que lo identificaba, estudió y se tituló como abogado, Javier que era su ahijado, hermano menor, era médico. La distancia cronológica entre ambos era de quince años, más o menos.- Primero fue el impacto, cuando la noticia se difundió por todos los medios de comunicación.- El estupor, la incredulidad y luego las certezas, asaetearon a las gentes y comenzaron a sangrar en el alma de sus seres queridos.- Iban juntos, y la tragedia, como bien sabían los griegos, casi inevitable, se personificó, en un espiral, un torbellino, un laberinto de hierros que los disparó del camino, que seguían para llegar a Córdoba.- La partida hacia la otra vida, fue casi instantánea para Javier. La de Pupa, demoró dos días, luchando, como siempre, con su espada de gladiador, que lo caracterizó, cuando estaba entre nosotros.- San Pedro, celoso guardián de las puertas donde reina la Gloria, observaba que en el pequeño pueblo-ciudad, llantos y tribulaciones hacían llegar sus plegarias, ¡tan lejos! San Pedro usó su telescopio celestial, para observar con curiosidad y gran detenimiento, lo que ocurría abajo y a su alrededor.- De pronto golpeó la Puerta un hombre joven, de sonrisa buena y mansa. De inmediato lo interrogó y le pidió que se identificara con nombre y apellido.- -Soy Javier Celli, Señor. -¿De dónde proviene? -De Córdoba, he vivido en Villa Dolores, donde nací.- El dueño de las llaves del Reino, que era un experto geógrafo, de inmediato, supo que era cordobés, además lo reconoció por la tonada.- -Dígame,¿ cuál era su trabajo, allá en el mundo de los mortales? -Aliviar el sufrimiento de los enfermos y tratar de curarlos gracias a la ciencia aprendida y…también a Dios. -Y… ganó mucho dinero con esa profesión…entiendo que era médico? Nooo, porque no serví al prójimo para acumular oro, sino para cumplir con los talentos que el Señor me dio. Además Sr. San Pedro dedicaba muchas horas a curar en el hospital, a dónde concurren los más pobres.- -Y ¿ que otra cosa hizo en la vida? Fui un hijo y hermano que amé mucho a mi prójimo. Me casé y tuve dos hijos.- -¿Algo más que agregar don Javier? Bueno… entre los talentos que me regaló el Creador, estaba el amor y la ductilidad para la música.- Ah! Qué bien, dígame, se dedicaba a los cuartetos¡ tan cordobeses! Nooo, componía y era amante de la buena música, y en los últimos tiempos dirigía un coro integrado por otros hombres pertenecientes a todas las clases sociales. - Sabe? La música es universal y hermana a todos por igual.- - Ahá exclamó el Santo.- ¿Se arrepiente de algo, cometió algunos errores en aquella vida? El médico bajó la mirada, se examinó por dentro y respondió: mire, Don Pedro, seguro que algunas veces me equivoqué, pero nunca puse mala intención en mi vida, y cuando mi ciencia limitada no alcanzaba para aliviar dolores o salvar a algún enfermo, le pedí ayuda a Dios y puse mi esperanza en El.- San Pedro, ya saltaba en una pata y casi se tropieza con su barba.- Ya veía que estaba ante un hombre bueno… -Mire, vea, pase, sea bienvenido. Ya el Padre lo va a atender… Al ratito nomás, en una nube, Javier dirigía a un coro de ángeles, que andaban necesitando un buen director, para cantar Gloria al Señor. Siguió San Pedro con su custodia celosa del Portal y pasados dos días, a lo lejos, en una nube algo distante vio a un hombre, que estaba como suspendida, observó con Detenimiento y comprobó que caminaba ayudado por dos muletas, con cierta dificultad.- La curiosidad lo asaeteaba y le pegó un chiflido: -Chist… apure que ando muy ocupado y cierro temprano. El sol brillaba intenso y reinaba a esa hora.- Llegó lento… y lo observó detenidamente.- -Acredítese! -Quién es Ud.? …nombre y apellido… Soy Jorge Alberto Celli, me conocían como “Pupa” desde niño.- -De dónde viene? -De Villa Dolores, Sr. -Dígame, porqué camina ayudado por esos palos? -Porque cuando era muy pequeño, la poliomielitis me dejó así, medio impedido.- -Y como hizo para andar por la vida con ese problema? Preguntó inquisitorial, el Santo. -Bueno… tuve padres que me enseñaron que una discapacidad no significa dejarse estar y lamentarse todo el tiempo y me dieron las armas para vivir como un niño común.- Pude jugar, tener muchos amigos, amar y estudiar como todos.- -Y ud. cómo vivió ese problema? - Bueno de alguna manera tuve claro que debía cargar con mi Cruz. Y seguir viviendo como me enseñaron en el Catecismo.- Ahhh… dijo el anciano.- -Y… cuénteme a qué se dedicó, en qué trabajaba? - De niño fui muy pícaro, enamoradizo en la adolescencia, pero mi padre era muy exigente y me inculcó la necesidad de estudiar. Así lo hice y me recibí de abogado.- Me casé y tuve tres hijas y tres nietos.- -Bien, bien, ud. me dijo que es abogado y por quién abogó? - En realidad me dediqué a la política Sr. En ese momento San Pedro pegó un respingo y se puso alerta, no confiaba mucho en los políticos y siguió con el interrogatorio.- -Para quiénes trabajo como “político”, explíquese, defínase! - Vea, Don Pedro, para mí la política –que fue una gran pasión- en el sentido doble de la palabra: un amor y un padecimiento, fue un modo de servir a los demás, tratando de cambiar la realidad. — -Aha! Y sus tareas tenían algún destinatario preferido… dijo socarronamente… -Bueno… hice siempre lo que pude por mi prójimo, sin duda alguna vez me debo hacer equivocado, a veces me traicionaba mi carácter. Soy nieto de un siciliano sabe? Y cuando las cosas no salían como yo deseaba, me irritaba, pero siempre guiaron mi conducta los principios, en los que creía con firmeza.- -Y con respecto a sus destinatarios preferidos… -Sr., yo fui intendente de mi ciudad y luego la gente me eligió como diputado y senador.- -Desde esas diversas funciones intenté hacer “política” para el bien de todos.- -Sr. Pupa ¿así lo llaman, verdad? No se arrepiente de nada de lo que hizo? -Allí el alma bajó los ojos, como las alas del cóndor cuando ya no vuela y respondió: -Puedo decírselo al oído Señor? San Pedro accedió, y como aprendió de su Patrón, que había que ser infinitamente misericordioso evocó las bienaventuranzas, que se le agolparon en la cabeza y le dijo: -Dígame! Hace dos días, entró por esta puerta otro, apellidado como ud., lo conoce bien? - Sí Sr. Es mi hermano muy amado, mi ahijado, viajábamos juntos. Siempre estuve orgulloso de él.- -Espere un momento, que voy a confirmar sus dichos… Al ratito, regresó y mirándolo a los ojos, que escondía tras gruesas gafas trizadas por el accidente sufrido, le dijo: -Su hermano dice que ud. no miente. -Pase.- Y mientras, Javier, muy ocupado dirigía el coro, el Padre, mandó a otros ayudantes a que le prepararan un escritorio, y un gran cuaderno para que el nuevo habitante de lo Alto, pudiera pasarle datos precisos sobre las necesidades de la gente, que abajo, lloraba.- Ah! Y también lo autorizó para que de vez en cuando, tomara un café, en algún bar del Cielo, para que no perdiera el hábito de seguir discutiendo con otros políticos –parece que muchos no había- según mentan, desde la Divina Comedia en adelante.- Y por último el Pupa, vio que allí no necesitaba muletas, porque alguien lo tenía en sus brazos.- Abajo, bien abajo, los de abajo se sintieron huérfanos.- Beatriz Tombeur.-
Posted on: Sat, 13 Jul 2013 14:23:56 +0000

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