Mauricio Aira Tortura psicológica y el duende de - TopicsExpress



          

Mauricio Aira Tortura psicológica y el duende de Melgarejo 2012-07-03 - 23:04:39 Sin habérselo propuesto la vocera de Evo Morales, Amanda Dávila ha traído sobre la mesa del debate algo que está en el alma de todo boliviano, es posible que no esté escrito, pero yace en la memoria del colectivo porque a todos se nos habló alguna vez de los fantasmas que rondan por los pasillos del Palacio Quemado, donde el Jefe de Estado ha sido, quizá todavía es sometido a tortura sicológica por huestes de opositores que le quitan el sueño y que le producen pesadillas y sin duda angustia y hasta desesperación. Sin ánimo de adentrarnos en temas existenciales que tiene que ver con la subconsciencia o lo que algunos llaman fenómenos para normales apelamos al texto de Ramiro Victor Paz, en su obra “en los pasillos del poder” la dolorosa experiencia que sufrió cuando su padre, en aquel momento Presidente de la República, lo mandó al calabozo del Palacio siendo un niño de 12 años y experimentó el flagelo de un encuentro con el alma de Melgarejo que habita la vieja casona de la Plaza Murillo. Los guardias que custodiaban el Palacio durante las noches, estaban convencidos que el “maldito piso tercero” era habitado por Mariano Melgarejo el tristemente célebre caudillo que gobernó a sangre y fuego, imponiendo su voluntad por encima de todas las cosas... Melgarejo se pasea de noche y en cualquier momento te toparás con él, de modo que Ramiro de apenas 12 añitos vivía con el miedo en el cuerpo, siempre temeroso de que la tenebrosa figura se le presentase al frente. Ramiro tenía su dormitorio en el “maldito piso”, también allí estaba el dormitorio de los edecanes que hacían turnos para acompañar a S.E. en todos sus movimientos dentro y fuera del Palacio, y estaba el dormitorio de los garzones que servían desde el desayuno, hasta la cena y a cualquier hora que la familia del presidente habría de requerir de sus servicios. Además de Melgarejo también Villarroel habita la casona, “el presidente mártir” que fuera arrojado desde su dormitorio hacia la calle Ayacucho, el aciago 21 de julio de 1946 ya muerto el Presidente, la turba ahíta de sangre y de odio, arrastró y colgó de un farol, el cuerpo sin vida. El alma de Villarroel rondaba el piso tres. Los guardias comentaban ante el azorado niño que habían escuchado pesados pasos de ambos presidentes pasearse por el alfombrado piso tres, de un extremo al otro, dejando sentir sus pisadas una tras otra. Tan asustado quedó Ramiro que una noche sintió ruidos fuertes sobre el machihembrado de la gruesa alfombra. “Eran pasos que no se podrían atribuir a ratas, ratones, termitas o a la contracción de la madera por las frías noches de La Paz. Sentí que las puertas de los balcones eran empujadas por un fuerte viento. Me levanté, abrí la puerta de un balcón y afuera había una gran tranquilidad, ni pizca de viento". Concluye. Cerré mis cuadernos y me fui a dormir, tapándome con las frazadas hasta la cabeza. De modo que estos fantasmas que pusieron los pelos de punta a Ramiro Paz Cerruto cuando vivía prácticamente sólo en el “piso maldito” son los mismos que aterran a don Evo, quién odia, simplemente rechaza pernoctar en Plaza Murillo, hace todo lo posible para salir de La Paz, teniendo como tiene a la mano avionetas, helicópteros, aviones, basta una orden y sale de la hoyada y se dirige hacia donde sea, preferiblemente al Chapare donde aún posee sus plantaciones de coca, todo menos anochecer en el Palacio Quemado. Los fantasmas de la casona caminan serruchándole el piso, allí sufre de terribles torturas, cuando los periodistas le hacen preguntas que le molestan lo que ocurre cada vez con mayor frecuencia, cuando sus ministros le plantean problemas que no pueden resolver, cuando edecanes y guardias no cumplen sus órdenes o las observan, se muestra caprichoso, insolente, cruel, no le importa destituir a un ministro, a cualquier viceministro, a los directores, a los jefes del ejército o de la policía, ni para qué mencionar las veces que ha cambiado de secretarias, de ayudantes, de mensajeros, de choferes y de pilotos. Se cansa pronto con todo, es que los espíritus de Melgarejo y de Villarroel no le dejan en paz... más aún si la emprende con la Iglesia Católica y sus mejores amigos como Xavier Albó, Rafael Puente, Eduardo Pérez lo abandonan... es que se han aliado con la derecha y “están complotando. Me quieren echar” me mandan a poner dinamitas debajo del piso donde trabajo, vociferan todo el tiempo... "Evo Cabrón…el pueblo está emputado” como si yo fuera el Goni o Carlos Mesa… Además según Evo, el cura Pérez habría incitado a que le griten “esos insultos de día y de noche…” a esto su comunicadora llamó “está sufriendo (injustamente) una tortura sicológica, él que ha renunciado al amor para servir al pueblo” (referencia a que Evo se mantiene soltero, porque no tiene tiempo para enamorar a una joven) Y tiene pesadillas con los 40, 50, 60 muertos en su mandato, los esposos Andrade asesinados en El Chapare, otros policías y soldaditos anónimos muertos con cazabobos en su tiempo de dirigente, y los otros muertos, cada uno de los que nombra Carlos Valverde en sus libros... allí están presentes en los oscuros corredores del Palacio Quemado... hacen ruidos, se quejan, chillan como chillaron los originarios en la Chaparina... En un concurso entre estudiantes de medicina se preguntó sobre lo que se entendía por tortura sicológica y de las respuestas, ésta resultó la mejor: Torura es denigrar a una persona diciéndole que no vale nada, que está loca y enferma, mentirle para que pierda el sentido de la realidad y hacer que sospeche de todo el mundo. La tortura sicológica es una de las peores, anula a la persona, cree que todos le traicionan, todo lo hacen para destrozar su imagen, que todos le mienten, le quieren arruinar y alejarle de la vida de la vida pública y de sus amistades. Se van dando cuenta nuestros lectores que don Evo está pasando por todo este proceso sicológico consecuencia del tirano cruel que mandó a los otros para que lo torturen, la víctima de la tortura sicológica termina suicidándose o se convierte en sicópata hasta matar a uno o varios. El cuadro descrito se completa con los fantasmas del Palacio que estaban descritos en el mural de Miguel Alandia Pantoja, de un pueblo rompiendo cadenas, docenas de cadáveres y unos obesos militares marchando sobre las huestes de un pueblo hundido... esa pintura que para unos representaba la Revolución del 9 de abril, para otros era aterrador, hasta que los militares lo mandaron retirar del hall de Palacio, esos personajes se habían trasladado al maldito piso tercero y eran parte del desfile necrófilo encabezado por Melgarejo y secundado por Villarroel... Por lo demás tiene razón doña Amanda Dávila porque la tortura sicológica aplicada contra Evo puede conducir a la privación sensorial, al aislamiento, a la desorientación física y mental y a imaginar tortura física que lleva a la desmoralización, lo que no debe ocurrir con don Evo, válgame Dios, que se rompa su autoestima, y su resistencia moral… ¿Qué podría quedar en ese caso de SE.? En resumen la tortura sicológica, sí existe reconocida por la Asamblea Medica Mundial de Tokio celebrada en 1975 que la define como “el sufrimiento físico o mental infligido en forma deliberada, sistemática o caprichosa con el fin de forzar la voluntad del torturado”. Un buen siquiatra y un mejor confesor podrían ofrecer alguna terapia a largo plazo, porque el daño provocado por este tipo de tortura es indeleble, irreversible, termina al terminar la vida.
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 18:37:05 +0000

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