Mauricio Gándara Gallegos Libertad: década perdida ... Enseguida de este repugnante asunto del espionaje que afecta la sagrada intimidad de las conversaciones de todos nosotros por medio del control de internet y de los sistemas satelitales de comunicaciones, nos encontramos con estos dos casos que han sacudido a las instituciones norteamericanas: los de Manning y Snowden, en los cuales se mezcló el Ecuador sin que se alcance a distinguir cuál era el interés nacional para hacerlo. Lo que es claro es que el Gobierno del Ecuador adquirió dos problemas de gran envergadura que dejarán serias heridas en su prestigio, y en los intereses de la nación ecuatoriana. Del caso Snowden, el gobierno decidió deshacerse por el simple método de abandonarlo en Moscú; al trasladarlo de Hong Kong a Moscú, alivió a la China, pero complicó las relaciones entre las dos mayores potencias nucleares del mundo; el gobierno y, sobre todo, el Congreso de los Estados Unidos, del que depende nuestra relación comercial, ya nos consideran enemigos o poco menos. El caso de Manning es conmovedor. Un jovencito que se dejó embaucar por Assange para que transfiera a WikiLeaks cientos de miles de informaciones confidenciales de su propio gobierno y que está asumiendo estoicamente su responsabilidad en una cárcel, mientras que el embaucador se encuentra en un lecho de rosas en la Embajada del Ecuador en Londres. El argumento de Assange para asilarse y así no ser extraditado a Suecia fue el de que si luego fuera extraditado a Estados Unidos su vida correría peligro. Ese argumento ya no es válido porque están descartadas para Manning la pena de muerte y la de prisión perpetua. El asilo debe terminar. Diario El Universo
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 10:56:13 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015