Me acordaba en estos días de cómo fue mi comienzo en la música, mas específicamente en la batería. Recordaba el momento en que decidí estudiarla, y también el por qué me incliné por este instrumento en particular (aún cuando todo el mundo decía que era algo "más para hombres"); me acordaba de cómo me admitieron en la universidad de música hace 6 años sin ni siquiera saber cómo se usaban las baquetas, y mucho menos cómo tocar aunque sea un ritmo sencillo. Me acordaba que originalmente quería estudiar ciencias políticas, y estaba convencida que esa sería mi profesión. Pensaba en cómo y cuándo comenzó a cambiar el rumbo de mi vida, aún cuando estaba tan firme en mis planes a futuro. Mientras que yo tenía en mi mente otros planes diferentes, y pensaba en ser abogada y politóloga, Dios me habla un día cuando iba de regreso a mi casa y me dice audiblemente: "¡Debes estudiar música!". La verdad, cuando escuché esto empecé a reprender todo "ataque del enemigo" y toda "voz extraña" (pensando que era algo que me quería sacar del propósito de Dios), pero resulta que esta Voz se hacía cada vez más fuerte en mi corazón y escuchaba una y otra vez: "Lo tuyo es la música, debes estudiar música". Ahí comprendí que Dios me estaba guiando a tomar una DECISIÓN RADICAL, que implicaba cambiar todos mis planes a futuro, una decisión que me implicaba tomar el riesgo de que pudiera fracasar y así ser señalada por mi familia (quienes en un comienzo me decían que no cometiera esa locura, y me insistían que nadie hoy en día vive de la música, que estudiar música es para gente rara y desocupada); pero DECIDÍ escuchar a Dios, creer y confiar en él, y efectivamente todas las puertas se abrieron para comenzar a prepararme. Por qué escogí la batería? Me pareció un reto y quería intentarlo! Desde el primer día que me senté en la batería, hasta el día de hoy, ha habido en mi una pasión súper grande por servirle a Dios a través de la música, y por hacerlo de manera excelente (aunque sé que me falta un largo camino por aprender); pero así comenzó esta gran etapa de bendición y alegría para mi vida. Pensaba en estos días que de las cosas más difíciles para el ser humano es tomar no una decisión, sino una BUENA decisión, porque de ella puede depender todo un futuro; pero también pensaba que el tomar una mala decisión podría afectar no sólo quien soy yo, sino las personas cercanas a mi y aún las generaciones por debajo mío. Es lo que muestra también la Palabra cuando habla de David, un hombre que se caracterizó por ser íntegro, valiente y muy inteligente, ya que logró llegar a ser rey aún cuando no era la persona más perfilada para ese cargo, y obtuvo mucho éxito. Pero todo ese reconocimiento, todos sus logros y su buena fama quedaron borrados como consecuencia de tomar una MALA decisión, dejando que su testimonio se dañara por un momento de debilidad; se dejó llevar por sus emociones y no escuchó la voz de Dios y fue ahí cuando terminó cediendo a los caprichos de una mujer extraña. Una mala decisión le costó su posición, su unción, su libertad y aún su futuro y el de sus hijos. Él tomó esta mala decisión y ésto lo condujo a la ruina, a la desdicha. Es decir, todo esto sucedió por una debilidad en su carácter. Yo estoy 100% convencida que Dios tiene una vida y un futuro lleno de bendiciones para cada uno de nosotros, y que los planes que Dios tiene para nosotros son más altos y más grandes de lo que podemos imaginar. También sé que Él siempre está dispuesto a dirigir nuestras vidas y decisiones para que no nos equivoquemos y podamos vivir todas las etapas en plenitud y felicidad; pero muchas veces la falta de carácter, que la defino como NO tomar buenas decisiones, es lo que hace que nos separemos del propósito de Dios y de lo que Él ya ha diseñado para nosotros. Esto lo hablo porque el músico, o el que dirige la alabanza, o la persona que ministra en la tarima, debe ser quien más cuide su testimonio, debe ser una persona ejemplar que trate al máximo de reflejar el carácter de Jesús; es por esta razón que el enemigo tratará al máximo de atacar y de hacer que tomemos decisiones incorrectas, debido a la responsabilidad que tenemos dentro del servicio de nuestra iglesia. Por eso debemos levantarnos como una generación radical, de ejemplo y que tengamos un corazón que escuche la voz de Dios que viene a través de nuestros líderes, pastores o personas de autoridad. En mi caso fue tomar la decisión hace 6 años de escuchar la voz de Dios, morir a mi sueño profesional, y obedecerle; pero tal vez para otros puede ser que deben tomar una decisión sentimental (es la persona correcta? Esta relación me conviene? Esta amistad tiene propósito o no? Debo entregarle a Dios este sentimiento?), o deben decidirse a romper con algo que los ata (sea el pecado, pasado, una mala experiencia o el temor), o tal vez deben decidir morir a un sueño personal para darle lugar al sueño de Dios en sus vidas. Sea la situación que te identifique debes entender que al seguir fielmente el consejo de Dios, al escuchar Su voz y obedecerle, tenemos asegurado un futuro de bendición, y que es en la obediencia que nuestro carácter se va formando y seremos quienes siempre tomemos las decisiones correctas que nos llevarán a ver y a descubrir lo que Jesús ya conquistó por nosotros en la Cruz. Le doy gracias a Dios por haberme llamado a la música, porque disfruto cada momento en la batería y hago de ese momento una experiencia única, y soy feliz de poderle servir a Dios a través de mi profesión! No estoy segura si sucedería lo mismo si hubiera escogido ser abogada o politóloga. Le obedecí a Dios, tome la mejor decisión y me apasiona lo que hago!
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 01:02:21 +0000
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