Me arranqué los tímpanos para que no vengan tus susurros a robarme la madrugada -es que estamos (la noche y yo) tratándonos como duendes enamorados que le inventaron una ternura nueva, a los pisos del olvido, tan verdadera y tan buena que dan ganas de besarla Estábamos derrochando historias que venían caminando despacito como los niños que buscan calor abrazados a sus peluches y su almohada (y tu susurro colándose en la hendijas del mañana) Me arranqué los celos la montaña virgen de tus ganas y el secreto de los hombres que aman con el cuerpo cansado y la indiferencia ingrata y las manos cautivas de sábado y tribuna fracasada Acá, vida mía, estamos: la noche estrellada en el alma el peregrino de la sangre acompasada y vos, pidiéndole limosna a mis recuerdos en la barra de las risas y la calma
Posted on: Fri, 19 Jul 2013 14:45:25 +0000
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