Me levanté esta mañana y la cama se sintió grande, pero el sueño pequeño, se me hizo chiquita la noche contigo en mis sueños, pero en algún momento tenía que salir de ese momento. Si estuvieras aquí, te despertaría con un beso en esa parte del cuello que te da cosquillas para después irme a ver en el espejo y quejarme de lo horrible que se ve mi pelo, idea que tú después negarías. Me quitaría la pijama con naturalidad y caminaría contoneando las caderas al baño, como invitándote a hacerme compañía, abriría la llave de agua caliente y me desenredaría el cabello mientras espero tu llegada. Pero no estás, así que tengo que proceder a elegir la ropa del día. Te conozco tan bien que me dirías que usara esa blusa azul con los jeans que hacen que me vea más bonita de todos lados. Te hago caso en mi memoria, al final de cuentas sigo vistiéndome para ti en tu ausencia. Es sábado por la mañana, no hay mucho por hacer, ¿me lees?, si me lees, entérate que también me puse los tacones que te gustan, esos que pisan fuerte el piso y que dejan huella en tu pecho, los mismos que marcan el ritmo de tus deseos y que por supuesto te gustan más cuando apuntan hacía el techo. ¿Huevos con tocino o ensalada de frutas?… Es lo que menos me importa honestamente, es fin de semana y si quiero desayuno helado o pizza, pero lo que sí no puede faltar es un buen café. Gracias a Dios olvidaste unas cuantas bolsas de grano y la cafetera tiene la opción de programación automática, entenderás que esa era tu tarea. El café hecho en la cafetera es muy distinto al que preparan tus manos, su sabor no es tan delicioso, su aroma no es tan acogedor y su temperatura no está en el punto en el que estaba cuando me lo servías. O tal vez es tu compañía la que le hace falta a este café. En fin, no será un día diferente, será uno como los demás, donde te hablo en voz alta, te siento, te pienso y pongo la mesa para dos aunque ya no estás. Te sigo viendo en la Televisión, te cuento de mis libros, bailamos con mi música, te enciendes con la lámpara, ocupas el lado del sillón que antes era del gato. Eras el grano y ahora sólo eres unas cuantas gotas de café. Danya Torres Morales Esto fue un encargo espero te guste amiga, el matiz es desde mi punto de vista, ya que no conozco el tuyo.
Posted on: Thu, 27 Jun 2013 21:03:19 +0000
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