Meditación diaria para hoy Septiembre 12, 2013 Meditación: Lucas 6, 27-38 “Amen a sus enemigos.” (Lucas 6, 27) ¿Acaso no sabe el Señor lo difícil que es lo que nos pide? Tenemos enemigos por todos lados, como el compañero de trabajo que mintió para conseguir el ascenso que a mí me correspondía, o aquel que me engañó y luego me acusó falsamente de haber cometido fraude. Me cuesta mucho tolerarlos, pero ¿tengo que tratar de amarlos también? Claro que sí. ¿No es cierto que a veces mostramos una cara amable en público, pero por dentro tenemos resentimientos y enojos contra alguien? Tal vez nos han causado un perjuicio tan grande que no podemos menos que desearles mal, o incluso pensar en vengarnos de alguna manera. Estas son las situaciones que Jesús desea resolver para nosotros, porque quiere darnos un corazón capaz de amar, sentir compasión y cambiarnos a tal grado que ya no sintamos el aguijón del odio y el resentimiento. ¿Cómo lo hace? Afirmando una verdad muy importante que penetra profundamente en el corazón. ¿Cuál verdad? La de que él nos ama a todos por igual, sin excepciones. Piensa en todas las veces que has experimentado la misericordia del Señor, su compasión y su cuidado; todas las veces que te ha perdonado repetidamente cuando has vuelto a pecar. Piensa en lo mucho que quiere bendecirte. Así es exactamente como él ama a todos, incluso a aquellas personas que te parecen tan difíciles de aceptar y tolerar. Para él son tan valiosas como tú. Siendo así, la clave para amar a los que no nos caen bien es pedirle al Señor que nos enseñe a mirarlos a través de sus ojos; o dicho de otro modo, que nos permita ver que todos somos especiales para él. Dios nos ama a todos, nos redime y quiere que lleguemos a la santidad. ¿Quieres aprender a amar a tus enemigos? Contempla la cruz durante un rato y habla con el Señor; hazlo con frecuencia, y deja que el Señor te muestre que para él todos somos infinitamente valiosos, incluso aquella persona a la que no puedes soportar, e imagínate a aquella persona con una expresión amable en la cara. Da ese paso valiente pero humilde, y observa cómo el amor de Cristo te ablanda el corazón. Oración: “Señor Jesús, perdóname por mi dificultad para perdonar; lléname de tu amor, para que yo a mi vez pueda empezar a tolerar, aceptar y hasta amar a quienes he considerado mis enemigos.” Amén.
Posted on: Thu, 12 Sep 2013 10:19:24 +0000
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