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Meditemos en esto....... ¿Qué Habla tu Boca? El siguiente, es un conglomerado de ideas que tienen que ver con nuestras maneras de hablar, tomadas desde la palabra bíblica. Es importante su lectura y reflexión porque, en algunos de estos casos, cada palabra puede tener incidencia real en nuestras vidas. SUS PALABRAS GOBIERNAN SU VIDA (Génesis 17: 5)= Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Los cambios de nombre corresponden: o a un cambio de carácter o a un llamado especial de Dios. Abram significaba padre eminente, en tanto que Abraham, se traducía como padre de una multitud. De este modo, vemos que una de las enseñanzas explícitas de la Biblia se refiere a la importancia de las palabras que utilizamos. Con el cambio de nombre de Abraham, Dios se aseguraba que cada vez que Abraham escuchara o pronunciara su nombre, se acordara de la promesa divina. LA idea de Dios fue acercar a Abraham más a sí mismo. Usted tiene que permitir que las palabras divinas que revelaron su voluntad y su promesa para su vida, lleguen a fijarse en su mente y gobiernen su conversación, así como el cambio de nombre de Abraham moldeó su concepto de sí mismo. Consejo: no se de usted un nombre por debajo de lo que Dios quiere de usted. HABLAR PALABRAS GRATAS A DIOS (Salmo 19: 14)= Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Este versículo señala la importancia de que nuestras palabras y pensamientos sean consistentes con la palabra y voluntad divinas. El texto dice literalmente: Permite que lo que HABLE y lo que mi corazón murmure sea un deleite para ti, Jehová. Naturalmente, para que nuestras palabras sean gratas a la vista de Dios, tienen que reflejar lo que nuestros corazones sienten y piensan. La verdad de este texto nos urge a pronunciar siempre el tipo de palabras que confirmen lo que creemos o pensamos en nuestros corazones acerca de Dios, su amor y su poder. No es aceptable a la vista de Dios que, si creemos, contradigamos esa creencia con palabras descuidadas. Recordemos la lección del sacrificio de Caín. Lo inaceptable para Dios no sólo es incrédulo e infructífero, sino también mortal. NUESTRO HABLAR MUESTRA LO QUE SOMOS (Proverbios 16: 23-24)= El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios. Panal de miel son los dichos suaves; suavidad del alma y medicina para los huesos. Este texto revela lo que la sabiduría divina (Su Palabra) ha enseñado a nuestros corazones: verdades y promesas que deben reflejarse en nuestra conversación, transmitir esas enseñanzas a nuestros labios. La Palabra en nuestros corazones debe influir sobre nuestra conducta y nuestras conversaciones. La “dulzura” y la “medicina” que tales palabras promueven son deseables, ya sea para nuestras relaciones humanas o para la recepción de la gracia divina en nuestro diario vivir. Llevan al creyente a una vida victoriosa a través del reconocimiento del poder y la fortaleza de Dios, tanto con nuestras acciones como con nuestros labios. NO A LA FRASEOLOGÍA Y RITUALISMO RELIGIOSO (Mateo 15: 7-9)= Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; más su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Jesús cita a Isaías 29:13 al acusar a los fariseos de que habían puesto sus tradiciones por encima de la Palabra de Dios. Jesús resta valor a esta adoración porque sus corazones no estaban en armonía con sus labios. La fe viviente, adoración verdadera, requiere que la boca y el corazón actúen al unísono, para no ser acusados de hipocresía. Las alabanzas y la fe verdadera emanan de labios que se nutren de las profundidades del corazón. Como un principio viviente, la confesión de fe no es la reacción ritualista de frases acuñadas; porque si así fuese representaría, como Jesús señala, un mero tributo a una tradición humana, una manifestación potencialmente hipócrita. Exactamente a como somos llamados a una alabanza y adoración genuinas, no como hipócritas o ritualistas, así debemos dejar que nuestra confesión de las promesas de Dios esté libre de hipocresía. Confesemos lo que el Espíritu Santo de Dios ha sembrado en nuestros corazones, y eso nos hará testigos fieles. ¿COMO HABLAR CON IDIOMA DE AUTORIDAD? (Hechos 3: 6)= Más Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. En este primer milagro que hechos registra y que fue realizado por los discípulos, se nos da la clave para el ejercicio por parte de todos los creyentes de la autoridad de la fe. Al ordenar la sanidad en el hombre cojo de nacimiento, Pedro emplea el nombre completo y título de nuestro Señor: “Jesucristo” (Mesías) “de Nazaret”. Jesús (Que es Josué o Yeshúa), era un nombre común entre los judíos y continúa siéndolo en muchas culturas. Pero la declaración en su nombre y títulos completos, una práctica digna de notarse en hechos, parece ser una lección buena y objetiva para nosotros. Hagamos así cuando reclamemos autoridad sobre las enfermedades o sobre los demonios. En nuestra confesión de fe o proclamación de poder, confesemos su deidad y su señorío como el Cristo (Mesías), usemos su nombre precioso, como Jesús (Salvador). Clamemos a Él como Señor Jesús, o Jesucristo, o Jesús de Nazaret, sin que en este punto haya la intención de establecer un principio legal o ritual. Pero es sabio recordar que, al igual que oramos “en el nombre de Jesús”, también ejercemos toda autoridad en Él, mediante el privilegio de poder que nos ha dado en SU nombre. En la Palabra de Dios encontramos muchos otros nombres compuestos que se aplican a Él. Declarémoslos en fe, con oración y plena confianza. SU HABLAR DEBE SER REVELACIÓN EN SU VIDA (Hebreos 4: 11-13)= Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Este texto es uno de los que más ayuda a entender el llamado de la fe a “confesar” la Palabra de Dios. Se relaciona con la renuncia de Israel a la promesa de Dios, lo cual trajo como resultado que toda una generación de israelitas muriera en el desierto y que no llegaran a poseer la herencia que Dios había reservado para ellos. En este contexto, la Biblia dice de sí misma: La Palabra de Dios es viva y eficaz. El término que aquí se traduce como PALABRA, es el vocablo griego LOGOS, que comúnmente indica la expresión de una idea completa y se utiliza para referirse a las Sagradas Escrituras. Contrasta con RHEMA, que suele referirse a algo dicho o hablado. Esto recomienda que distingamos entre TODA la Biblia, y la promesa o promesas INDIVIDUALES que el Espíritu Santo pueda traer a nuestra mente por medio de la Palabra de Dios. Cuando se enfrenta una situación de necesidad, prueba o dificultad, las promesas de Dios pueden llegar a ser una RHEMA; esto es: un arma del Espíritu “la Palabra de Dios”. La autoridad que posee esta palabra es que viene de la Biblia, - la palabra de Dios -, el LOGOS completo. Su importancia inmediata reside en que el Señor ha “hablado” la palabra al alma por medio de su Espíritu, y despierta la fe, igual que como hizo con Israel, cuando le señaló su herencia. La confesión de la fe recibe las palabras de Dios (RHEMA) y se apoya firmemente sobre estas promesas. Sin embargo, la fuerza de la confesión no depende de la voluntad humana, sino de la voluntad divina, revelada en la totalidad de las Escrituras: la Santa Biblia, el LOGOS, (La palabra completa), del cual la RHEMA, (La presente “palabra de promesa”), ha sido recibida. ¿CÓMO PROTEGE SU LENGUA? (Santiago 3: 1-12)= Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación. A los conductores de rebaños, mal llamados “líderes”, se los juzga con una norma más alta que a aquellos que los siguen. En 1 Timoteo 3 y en Tito 1, se le presta mucha atención a los detalles, pero aquí Santiago recuerda a quienes están en posición de liderazgo, que serán considerados responsables en lo que toca a seguir el ejemplo de Jesucristo, tanto en el espíritu y en la conducta que manifiesten, como en sus palabras y actitudes. A los gobiernos, los militares y los dirigentes de negocios, rara vez se los juzga por sus vidas personales. A esos mismos conductores, en el reino, sin embargo, se les juzga no tanto por lo que logran llevar a cabo, sino por el carácter que revelan, es decir: de acuerdo con lo que son, y no con lo que hacen. Esta alta norma se aplica no tanto a los logros de ese hombre o mujer, sino con la condición de su corazón y su espíritu. Es posible alcanzar grandes logros y aún mantener un comportamiento más o menos ortodoxo y, no obstante, manifestar un espíritu impío y carente de amor. Pero si no hay problemas con el corazón de ese hombre o esa mujer que conduce un rebaño, el buen comportamiento vendrá siempre detrás, y se manifestará en buen trabajo responsable. (Verso 2)= Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Aquí se usa la palabra PERFECTO. En el original es TELEIOS. Proviene de TELOS, que significa FIN. Teleios, entonces, se refiere a aquello que ha alcanzado su fin, es decir: lo terminado, lo completo. Eso es lo que se llama aquí como perfecto. Cuando se aplica a personas, significa integridad, e incluye la idea de totalidad. Más particularmente, cuando se la aplica a los creyentes, la palabra denota MADUREZ. (Verso 3)= He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡Cuan grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda la naturaleza de bestias, de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. La verdadera fuente del mal que no puede ser refrenado, representado por la lengua, es el infierno. De un lado, la lengua arroja un veneno mortal; del otro, está manipulada por espíritus malignos. Por lo tanto, ningún hombre puede domar la lengua. Esto no significa que la lengua no hable bondades, sino que es notoriamente inconsistente y propensa a hablar el mal. Nada puede causar mayor daño que la lengua. Mantener nuestro lenguaje bajo estricto control es una disciplina que los creyentes deben desarrollar. Se debe poner atención a cada palabra que utilizamos. Puede que al principio parezca incómodo, pero servirá para hacer avanzar la justicia. La Crítica ofensiva, la calumnia, el chisme y las murmuraciones son “aguas turbias” que brotan del saber mundano y diabólico. (Verso 9)= Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y agua amarga? Hermanos míos, ¿Puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce. UN EJEMPLO DE “ATADOS POR LA PALABRA” (Números 14: 1-2)= (Los Israelitas se rebelan contra Jehová) Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto, ¡Ojalá muriéramos! (Números 14: 27-28)= (Jehová castiga a Israel) ¿Hasta cuando oiré a esa depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. EL EJEMPLO ES CORROBORADO EN EL NUEVO TESTAMENTO (Marcos 11: 20-24)= Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, le dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 17:02:00 +0000

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