Mejor que quejarse de la obscuridad es encender una vela (de la sabiduría judía) De El Independiente, La Rioja, 25 / 9 /2013, hora de la siesta.- David Braim Vera era muy pobre. Aun es muy pobre. Vivía en una habitación con su mujer y dos hijos, uno de apenas dos semanas de vida y otro de un año. . David había tenido un accidente laboral y el seguro le pagó $ 80 000. Apartó $ 23 900 y guardó 55 800 en el cajón de la única mesa de luz. El y su familia comieron bien con los $ 300 restantes. Se fueron a dormir la siesta. David le prendió una vela al santo de la mesa de luz en agradecimiento por la ayuda recibida tras tántos sufrimientos. No se sabe qué santo era. El santo compartía el júbilo de David pero, al cabo de un rato, advirtió que le había puesto la vela muy cerca. Comenzó a sentir calor. El santo sopló mas lo único que logró fue que creciera la llama votiva. David dormía olvidando el accidente y las privaciones. El santo, desesperado, sopló más y más fuerte pues se quemaba. David soñaba con su pequeña revancha con la vida. La vela cayó a los pies del santo que se prendió fuego. El santo preguntaba a Dios en lo alto por qué. Por qué, si había hecho el bien a un hombre pobre. Por qué debía desaparecer en la hoguera por segunda vez como si aun fuera condenado por hereje. La mesa de luz se incendió. La oportuna acción de los vecinos puso a salvo a David, a su mujer, a sus dos pequeños hijos y a un fajo de $ 23 900. Lo demás se quemó hasta las puras cenizas.
Posted on: Sat, 28 Sep 2013 22:47:06 +0000
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