Mi experiencia en el cruce de los andes (parte 3) Luego de 32 K, - TopicsExpress



          

Mi experiencia en el cruce de los andes (parte 3) Luego de 32 K, el primer tramo terminó. Fué duro, pero el clima general de entusiasmo hizo que se pasara rápido. Eran senderos abiertos y transitados solo para la carrera, casi vírgenes digamos, realmente impresionantes y siempre, como telón de fondo, los volcanes…amenazantes; eso volcanes hablaban: “ahora me tienen que trepar a mí muchachos, prepárense”. Era así. El criterio de la carrera “En los Volcanes” era faldear - trepar en círculos o haciendo zetas- un volcán por día, por tramo. Hoy, a la distancia, veo claramente que esos primeros 32 K, la llegada a la meta, fueron los más emotivos para mí, estaba en la montaña...corriendo, con un objetivo cumplido, bien físicamente, súper enfocado y sólido de la cabeza, todo marchaba. El campamento al cual llegamos, pegado al lago, era cinematográfico. Una vez allí, fue sacarse casi toda la ropa y ¡a nadar! y relajarse en esas aguas. Ustedes no saben lo reconfortable de ese baño, veníamos de sudar como mulas, de hacer un esfuerzo al límite de lo humano...tirarse allí, en esa aguas frías…a desinflamar, era tocar el cielo con las manos. Lo único criticable a la organización era que allí, en ese entorno natural...ponían música, bastante fuerte...tipo electrónica, casi todo el día. Eso, para gran parte de los que estábamos y que éramos realmente amantes de la naturaleza...era medio choto. Preferíamos escuchar el viento rozando los arboles, los pájaros…en fin. Las organizaciones a veces sienten que “tienen que entretener”…y aturdir de estímulos a la gente. El segundo tramo, el más largo y con fama de ser el más duro, fue también el más impresionante a nivel paisaje. Íbamos por zonas totalmente volcánicas. Muy raras realmente, al menos yo nunca había estado en lugares así. Eran zonas que habían sido foco de prehistóricas erupciones. Lo que uno veía eran kilómetros, a lo ancho y largo, de roca negra, bien volcánica, violenta…y -por cierto- bastante peligrosa para correr. Era patinar y caer sobre esa lava solidificada, con aristas cortantes. Había que ir muy atento. Un relieve muy técnico. La radiación y el calor allá arriba eran casi insoportables para muchos. Yo, desde que me levanté ese día, hasta que me acosté, ingerí 11 litros de agua, les juro, era un triangulo de las bermudas humano que absorbía liquido. La cosa se ponía cada vez más dura, las subidas eran cada vez más empinadas y largas, interminables...eternas… calor...y ya no tan buen ánimo general…los accidentes y los quebrados emocionalmente comenzaban a aparecer en el camino...allí...en la misma nada. Yo siempre digo que a veces mi vocación de psicólogo es más fuerte que mi pasión por correr. Son dos pasiones, pero a veces una toma la delantera. Simplemente comencé a asistir a gente que estaba quebrada, llorando al grito de “no puedo más...no puedo más”. Y ¡ey! Estaban quebrados de verdad, no había más fuerzas físicas, era reponerse y llegar con la cabeza. La organización, a no ser que estés muy grave - imposibilitado para andar 100%- …no te evacuaba (había puestos sanitarios cada 5 kilómetros y un helicóptero que iba y venía) asi que la cosa era complicada. Yo me limitaba a montar un dispositivo de fortalecimiento Yoico breve y bien sugestivo, y a invitar a la persona a que continúe conmigo un tramo, cuando los veía repuestos, los dejaba y seguía mi marcha y ritmo. Tres o cuatro asistencias de esas hicieron que mi promedio bajara muchísimo. Si en el primer tramo había estado entre la media, en los dos últimos tramos quedé casi entre los últimos 300 o 400. Realmente, los que me conocen, saben que no me preocupo por los tiempos de carrera o de cuanto hago el minuto y que no tengo un espíritu competitivo. Pero ahí la cosa era diferente, pues llegar lo antes posible era descansar más, comer mejor, hidratarse con tiempo y correctamente para al otro día salir de vuelta a hacer 35 k de montaña. Aparte ese segundo tramo fue lo más duro que hice en mi vida, era interminable el asunto. Si bien mi ánimo era bueno, más de una vez dije “qué carajo hago yo acá”. La vida es eso, uno disfruta, goza de lo que le gusta...pese a que a veces uno puede pasarla medio mal, aceptar ese grado de malestar dentro de lo que uno ama y desea… dentro de las pasiones...es el secreto de los aventureros y el secreto de la vida en general, los ideales no existen...son IDEALES. Mañana subo parte 4.
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 13:11:45 +0000

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