Mientras viajaba al trabajo, me encandilaba esa tremenda masa de calor que flota en algún lugar del brazo Orión de nuestra galaxia espiral, la Vía Láctea (y dicho sea de paso, calor que me tendré que aguantar durante todo el día). Y pensar que nuestro Sol, centro del sistema solar en donde está nuestro diminuto planeta Tierra, es solamente una estrella entre otras 200.000 más. Y pensar que nuestra galaxia, que tendríamos que viajar unos 100.000 años a la velocidad de la luz para llegar al borde de la misma, es una diminuta galaxia entre otros 100 billones de galaxias que nadan en nuestro universo. Y pensar que Dios creó todo esto. Y pensar que en este inmenso espacio Dios se toma tiempo de escucharnos, de respondernos, de atendernos. Pensar que el orden y sintonía del universo nos habla que Dios también mantendrá en orden y sintonía nuestras vidas. Y al ver la maravilla del universo podemos saber que para Dios nada es imposible. Lo asombroso del universo habla de lo asombroso de nuestro Dios. “Los cielos cuentan su gloria.”
Posted on: Thu, 05 Sep 2013 14:34:39 +0000
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