NACIONAL El Último Vuelo (Julio 18 - CARETAS).- Lo que sucedió - TopicsExpress



          

NACIONAL El Último Vuelo (Julio 18 - CARETAS).- Lo que sucedió en la cabina de la avioneta Diamond cuando el jueves 11 Walter Braedt y José ‘Titi’ de Col se embarcaron en una travesía sin retorno. Agosto del 2012. Walter Braedt en Jamaica antes de llegar a Lima. Planeaba devolver la avioneta, pero primero aprovechó para viajar a la selva con ‘Titi’. La última señal de vida de Walter Braedt y José ‘Titi’ de Col fue un registro electrónico la mañana del jueves 11 de julio en Surco. El radar de la base aérea Las Palmas indicaba que la avioneta Diamond en la que viajaban llegaba a los 16,500 pies de altura a eso de las 9 y 45 de la mañana. Habían despegado media hora antes desde el aeródromo Lib Mandi de San Bartolo. Braedt (47) piloteaba, ‘Titi’ (45) era su único pasajero. Se dirigían al distrito de San Ramón, en Junín, donde ambos tenían intereses comunes. Braedt era empresario, de Col arquitecto. Braedt fue gerente general por 10 años de la compañía fabricante de embutidos que lleva su apellido. Su padre la fundó en 1953. ‘Titi’ empezó un reinado en el mundo de las olas coronándose, en 1989, bicampeón nacional y traspasándole el legado a su hijo Cristóbal, actual campeón nacional. Su amistad estaba afianzada en el común amor a sus familias y en una atracción poderosa hacia los deportes de aventura. Esa mañana, tras ese último registro en Las Palmas, la avioneta Diamond desapareció del radar en Surco. Testigos en el poblado de Chicla, a la altura del kilómetro 130 de la Carretera Central, hablan de una “bola de fuego” cayendo desde el cielo esa mañana. Pero lo que realmente sucedió está en la reconstrucción del vuelo a cargo de la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC), a cuyos primeros alcances CARETAS tuvo acceso. La avioneta Diamond perdió contacto con la torre de control de Las Palmas a las 9:45 a.m. del jueves 11. La tragedia se produjo cuando atravesaba Los Andes, a la altura de Chicla, en Huarochirí. DIAMANTE NEGRO Walter Braedt compró la avioneta Diamond (Diamante) a inicios del 2012 en Fort Lauderdale (Florida). Pagó US$ 300,000 por ella. La nave era su juguete predilecto, dicen sus amigos. Su potencia de velocidad era de 100 nudos, con tanques de gasolina dispuestos en las alas y con capacidad de almacenar 60 galones de combustible. Utilizaba el sistema GPS Gramin 1000 y disponía de piloto automático. Su talón de Aquiles, según expertos, era que el caparazón era de fibra de carbono, material altamente inflamable. Braedt siguió un curso de instrucción en Estados Unidos para aprender a maniobrar este tipo de aviones ligeros. La avioneta estaba a nombre de la empresa Aero Advantage Corporation. Braedt obtuvo su licencia de piloto internacional y timoneó el Diamond de regreso a Lima hace once meses. Al traerla hizo escalas en Key West (Florida), Kingstone (Jamaica), Cali (Colombia) y Quito (Ecuador). Braedt era considerado un piloto solvente, llegando a acumular 400 horas de vuelo. Pero los altos costos de mantenimiento lo habrían desanimado de su uso y estaba a punto de devolverla a su país original. Antes de hacerlo quería sacarle el jugo y aprovecharla en un último viaje a la selva con su amigo ‘Titi’. ÚLTIMO VUELO Los reportes de clima indicaban cielo despejado y viento óptimo la mañana del jueves 11. Alzaron vuelo a las 9:15 a.m. Braedt conocía bien el trayecto hasta San Ramón. Así lo confirma su profesor en Lima, el capitán Christophe Laudrin. Lo había atravesado dos veces con anterioridad en medio de nubosidad y aguaceros. En comparación, esta vez las condiciones eran perfectas. Siguió el plan de ruta trazado en dichas oportunidades, es decir, primero la aeronave realizó un giro por Cieneguilla para luego enrumbar directo hacia la parte más baja de Los Andes. Sobrevolaba el distrito de San Mateo, a las 9:35 a.m., cuando las áridas cumbres empezaron a asomar en el horizonte, a una velocidad estimada de 80 nudos. Braedt practicó una maniobra de manual en vuelos cortos: empalmó desde el aire con la silueta de la Carretera Central. Esto le era útil porque, en caso de emergencia, ahí podrían aterrizar. Justamente eso fue lo que intentaron, según Laudrin. Pero algo no salió como esperaban. UNA TEORÍA Laudrin sostiene la teoría de que la avioneta sufrió un desperfecto mecánico. Probablemente, la hélice frontal dejó de girar y el descenso se hizo inevitable. Contradiciendo las primeras y apresuradas versiones, testigos de una mina próxima al lugar del siniestro informaron que la nave planeó con el rotor apagado hacia la autopista. La carretera en ese tramo está rodeada de cables eléctricos y la superficie abunda en baches. Desde 16,500 pies de altura, asegura Laudrin, es imposible adivinarlo. A esa distancia los velocímetros suelen arrojar números falsos y el piloto calcula con margen de error. Braedt, deduce Laudrin, aprovechó la única opción a la vista: un aterrizaje forzoso. La avioneta se estrelló en la Carretera Central cuando llevaba 40 minutos en el aire con los tanques de gasolina casi a tope. La explosión y el fuego lo redujo todo a cenizas. Fue entonces cuando la luz intermitente que registraba el vuelo del Diamond en el radar de Las Palmas se apagó para siempre. Estaban a 40 minutos de su destino. (Álvaro Arce)
Posted on: Thu, 18 Jul 2013 12:58:30 +0000

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