NIÑOS ESCLAVOS EN LA PRODUCCIÓN DEL CHOCLATE El cacao – - TopicsExpress



          

NIÑOS ESCLAVOS EN LA PRODUCCIÓN DEL CHOCLATE El cacao – principal ingrediente del chocolate – fue introducido por primera vez a los paladares europeos por Hernán Cortez, quien lo llevo a España desde América. Fueron los europeos quienes formularon el chocolate, primero para beber y luego sólido, como lo conocemos hoy en día, al mezclarlo con leche y azúcar. Para el siglo XIX la demanda por este artículo de lujo era tal que para satisfacerla se llevó la producción de cacao a África. Actualmente África Occidental es la mayor región productora de cacao del mundo, con casi 70% de la producción total, la mayoría de la cual es para exportación. El cacao es el principal producto agrícola de exportación de la región, y representa casi la mitad de los ingresos por este concepto. Los principales países en donde se cultiva el cacao son: Costa de Marfil con 38%, Ghana 21%, Camerún 5% y Nigeria 5%. En estos países la mayoría del cacao se produce en pequeñas granjas familiares, de máximo 5 hectáreas, en donde por lo general trabaja la familia completa. Los cultivos de cacao son de muy difícil acceso y están fuera del control y el censo internacional. Los productores ‘tiran’ de mano de obra barata ante la asfixia del precio convenido con sus intermediarios, directamente vinculados a las multinacionales. El precio que reciben los aldeanos no se ha modificado en 40 años mientras que en el mercado internacional ha subido -según algunas fuentes- hasta un 300% sólo en los últimos 10 años [fuente "Bitter Sweet" (Dulce amargo) documental de la BBC]. En el año 2000 los informes de la administración norteamericana hablaban de más de 15.000 niños de entre 9 y 12 años vendidos como esclavos en las plantaciones de algodón, café y cacao de Costa de Marfil. Informes posteriores de la Organización Internacional del Trabajo (ILO) confirmaban el tráfico de niños entre productores africanos. Tan sólo en Costa de Marfil hay 200 mil niños trabajando en los cultivos de cacao, miles de los cuales es probable que sean víctimas de la esclavitud o de trata de personas. Se debe resaltar que no todos los niños que trabajan cultivando el cacao son miembros de esas familias, muchas veces se trata de esclavos. Niños que fueron robados o hasta comprados en países vecinos, como Mali, Burkina Faso y Togo. Según funcionarios del gobierno de Mali, cerca de 15 mil niños provenientes de ese país, algunos de tan sólo 11 años, se encuentran trabajando en Costa de Marfil. Estos niños son de familias muy pobres, que reciben unos cuantos dólares a cambio de mandar a sus hijos a trabajar a otro país. Los padres creen que los niños tendrán un trabajo y podrán enviar dinero a casa, pero una vez que dejan su hogar, trabajan en condiciones de esclavitud, y muchas veces los padres no vuelven a saber de ellos. Ha habido algunos esfuerzos internacionales por resolver esta situación y eliminar el trabajo forzado del cultivo de cacao. Hace doce años, el diputado Eliot Rangel, de Nueva York, y el senador Tom Harkin, de Iowa, presentaron una legislación que mandaba a establecer un sistema de etiquetado para el chocolate. Después de que la industria expresó su preocupación, se alcanzó un compromiso por el que se les requiere a empresas chocolateras certificar voluntariamente que han detenido la práctica del trabajo infantil. El proceso de certificación no incluye el etiquetar a los productos con la leyenda “libre de trabajo infantil”, como inicialmente fue propuesto, sino que, en su lugar, se hizo un llamado a realizar informes públicos a los gobiernos africanos, el establecimiento de un sistema de auditoría y el aliviar la pobreza en el año 2005. La fecha de plazo tuvo que ser ampliada a 2008, y de nuevo en 2010. Hoy, muchos grupos de ayuda dicen que algunas de las disposiciones todavía no han sido cumplidas. Chris Bayer, investigador de la Universidad de Tulane, pasó cinco años en Costa de Marfil y Ghana monitoreando el plan del protocolo y estudiando el alcance del problema. “Desafortunadamente, en los últimos diez años, hemos visto muy poca aplicación de los verdaderos compromisos,” dijo. “La industria no cumplió el protocolo Harkin-Engel. Los problemas son sistémicos. Los niños siguen trabajando”. Como hemos visto, una de las razones que dan quienes usan esclavos en estos países es que las grandes compañías multinacionales de chocolate mantienen los precios de compra de su materia prima muy bajos y obligan a los granjeros a usar trabajo esclavo. Ellos se ganan la vida vendiendo cacao, a precios muy bajos, por lo que tienen que mantener sus costos de mano de obra igual de bajos para obtener alguna ganancia. Por otro lado, las empresas chocolateras culpan a sus proveedores de cacao de no garantizar que provenga de granjas en donde no se empleen esclavos, y el gobierno culpa a las compañías chocolateras extranjeras de comprar y usar esclavos. Finalmente, los consumidores de chocolate ni preguntan de dónde viene el cacao que se usó, ni quién lo cultivó. Una de las ventajas de pertenecer a una economía de mercado es que los flujos en la demanda impulsan a las compañías a cambiar sus prácticas. Al vivir fuera de África y no poder influir directamente en los gobiernos de los países en los que la esclavitud es cosa de todos los días, tenemos que usar otras herramientas que están a nuestra disposición para cambiar la situación. Hay muchas empresas que tienen cuidado para que sus productos provengan del comercio justo (fair trade). Pero hay muchas otras que no lo hacen. Es nuestra responsabilidad como consumidores estar informados y tomar las decisiones que creamos correctas para recompensar a las empresas que toman el camino más difícil; el de garantizar que sus trabajadores tengan condiciones laborales dignas, a la vez que mandamos la señal a quienes no lo hacen que no lo toleraremos más. Tenemos que leer e informarnos sobre qué compañías garantizan que su cacao no provenga de fábricas en donde se emplean esclavos, así como las empresas que garantizan tanto el comercio justo, como salarios dignos para sus trabajadores. Mientras no hagamos algo de nuestra parte, las cosas no cambiarán; y miles de niños seguirán pasando sus días trabajando en condiciones peligrosas, sin poder ir a la escuela, para que el resto del mundo pueda satisfacer sus antojos. Fuentes: Noticiero confidencial, CNN, Bitter Sweet
Posted on: Thu, 11 Jul 2013 21:01:11 +0000

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