NO TODAS SON DAMAS Humberto Olvera Ortiz Hace días en las redes sociales, Facebook para ser más precisos, encontré duras críticas contra Angélica Rivera, esposa de Enrique Peña Nieto, quien no deja de posar para las cámaras al tiempo que reparte despensas para los damnificados del huracán que devastó el estado de Guerrero. Los comentarios son con respecto a como se ha aprovechado la desgracia para sacar tajada de los hechos, pues mientras los gobernantes ponen cara de acongojados las televisoras hacen lo suyo montando verdaderos dramas explotando la desgracia de la gente, concretamente televisa y su conductora esteral, la peruana Laura Bozzo, controvertida mujer que fue descubierta por reporteros de la revista Proceso haciendo uso de recursos públicos y hasta un helicóptero propiedad del Gobierno del Estado de México para producir uno más de sus programas basura transmitiendo desde la zona del desastre. El punto es que varios usuarios de Facebook criticaron duramente, primero a la Primera Dama, lanzando calificativos que molestaron a otros más, los que la defendieron exigiendo se respetara a la señora por ser una dama. Tales posturas no me agradaron de todo pues la historia mundial registra también a mujeres perversas, miserables y abominables que no alcanza el argumento de pedir respeto y menos exigir trato de dama sólo por su condición femenina. Angélica Rivera ha sido cuestionada por su trayectoria desde antes de ingresar a Televisa, empresa famosa por formar actrices, digamos no de manera convencional, sino por recomendaciones de productores que previamente las entrevistaron en sus colchones. Laura Bozzo, por su parte, es criticada por haber salido casi huyendo de su natal Perú luego de descubrirse sus nexos con gobernantes corruptos como Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. La mujer, quien ha hecho un circo con el formato de sus ruines programas de televisión, se encuentra en el ojo del huracán por elevar su audiencia a costa de las víctimas de tormentas y aludes. ¿Cómo entonces exigen respeto? Sería tanto como dar trato de damas a las hermanas María de Jesús, Delfina y Luisa González Valenzuela, mejor conocidas como “las poquianchis”, madrotas, secuestradoras y asesinas de 24 muchachas en la década de los sesenta.
Posted on: Mon, 30 Sep 2013 01:32:05 +0000
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