NORDÉS La soledad RAMÓN PERNAS 29 de junio de 2013 05:00 Casi - TopicsExpress



          

NORDÉS La soledad RAMÓN PERNAS 29 de junio de 2013 05:00 Casi uno de cada diez gallegos vive solo. Son, según el Instituto Galego de Estatística, 230.000 personas. Pongamos que un día se fueron los hijos, los tres. Emigró a Bilbao el mayor y los dos pequeños se fueron a Barcelona. Venían todos los veranos, por las fiestas. María enviudó, y no quiso ser una carga para ninguno de los tres; al fin y al cabo tenían su vida y sus trabajos lejos de la aldea. María se quedó sola viviendo donde había nacido. La huerta ayudaba a completar su pensión y durante cuatro Navidades viajó a Bilbao con su hijo mayor y los dos nietos, Aitor y Joseba, que perdieron para siempre sus raíces gallegas. Ahora está mayor, y un poco torpe. Aprendió a vivir con el manual no escrito de la soledad. Convive con los miedos que se agigantan con la noche. Tiene encendido todo el día el televisor, que, aunque no lo vea, distrae el sonido persistente y tenaz de la lluvia. Y por la noche escucha la radio para no sentirse sola. Desde que murió Manuel, su marido, los hijos y los nietos ya no acuden a la aldea. Las últimas Navidades las pasó sola. María ya no está para viajar. El último agosto, cuando las fiestas, recibió una postal de Nápoles. Su hijo estaba en un crucero. Galicia, el último geriátrico abierto de Europa, todavía custodia una memoria colectiva. Ahí, donde termina el mundo conocido, donde Europa confunde todos los finisterres, habita la soledad. Vive el silencio, se agolpan los recuerdos mientras se agiganta el olvido. La Galicia que vive sola prologa una muerte plural, la de todo un pueblo incapaz de reconducir su destino. María se multiplica por doscientas mil en el rural y en la población urbana. En ambas muere sola, mientras suena el teléfono de los domingos que trae volando las palabras y los afectos rutinarios. El ¿cómo estás, mamá?, el este año no podemos ir por culpa de los niños, el anímate a venir, sabiendo que la respuesta nunca va a ser positiva. La soledad, querido Millás, apropiándome del título, también era esto. Era desear que llegue pronto la amanecida, que se ancle la memoria de pueblo, la de la vida, la que afianza el afecto, la que mantiene su vigencia, la que sobrevive a guerras civiles y a miserias, la que camina por cómbaros y montañas, la que defiende, contra viento y marea, nuestro legítimo orgullo de pueblo. La soledad, esta soledad que recorre Galicia como un viento gélido, es la antesala de la muerte. Estamos en un nuevo verano. Quizás lleguen los hijos y los nietos, acaso alejen la soledad que aceptará una tregua quincenal. Mamá está muy mayor, y este invierno tenemos que plantearnos ingresarla en una residencia. Nosotros no podemos ocuparnos de ella. Esto es muy bonito pero muy duro. Galicia en verano es un espejismo. Hoy el periódico da cuenta de dos ciudadanos encontrados muertos en sus casas. La policía calcula que uno de ellos llevaba ocho meses fallecido. La soledad.
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 09:24:44 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015