NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN ORIGEN BÍBLICO El Carmen, bello - TopicsExpress



          

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN ORIGEN BÍBLICO El Carmen, bello nombre de resonancias bíblicas y poéticas en el Cantar de los Can­ tares, es una entrañable advocación de la Virgen María que tiene su origen en el Monte Carmelo de Palestina. El Monte Carmelo es una Sierra al sur de la actual Haifa, cerca de Nazaret, no lejos de Caná, muy celebrado en la Biblia por su hermosura y por haber sido santificado y consagrado por la presencia del gran pro­ feta de Israel, San Elías. La tradición interpretó la visión de la misteriosa nubecilla que surgió del mar a la vista de Elías (1 Reyes 18, 45) como un anti­ cipo de la Virgen sin mancilla que había de atraer sobre la tierra la lluvia fecunda de las bendiciones del cielo y la gracia de la sal­vación. Esto hizo que la piedad de las gen­tes asociara a la Virgen María con el Monte Carmelo y de aquí derivó ese popular título de Nuestra Señora del Monte Carmelo, simplificado en la Santísima Virgen del Carmen. Ésta es la única advocación mariana bí­blica en vigor y el único apelativo mariano oriental de raigambre y renombre occiden­tal: la Virgen del Monte Carmelo, venida de Oriente, que ha echado hondas raíces en Occidente. De esta manera lo que la copla popular cantaba de su cuna en el Carmelo ahora vale también para los pueblos y ciudades de los cinco continentes: Allá en el Carmelo nace la aurora anida entre flores mi blanca paloma. Las flores alfombran el Monte Carmelo, le sirven de orquesta las aves del cielo. NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN y LOS CARMELITAS Ésta es la Virgen Santa María, venerada de antiguo en el Monte Carmelo, a la que se levantó una capilla en torno a la cual se congregaron unos monjes, que tomaron el título y apelativo de Carmelitas. Por esta circunstancia ellos se consideran desde entonces como hermanos de Santa María del Monte Carmelo, la Virgen del lu­gar de donde procedían, y así fueron reco­nocidos y aprobados por los Romanos Pon­tífices. Hacia el año de 1209 el patriarca de Jerusalén, San Alberto Avogadro (t 1214), les dio una Regla de vida. Como hermanos de la Virgen Santísima llegaron a Europa (1238) y se esparcieron por Italia, Francia e Inglaterra. A finales del siglo XIII la Orden entera contaba en Eu­ ropa con 150 conventos divididos en doce provincias. El título de hermanos de Santa María en favor de los Carmelitas fue san­cionado e indulgenciado por el Papa Urba­no IV en 1379. V. Hoppenbrouwers ha escrito en su obra La Orden del Carmen: «Durante los 150 pri­meros años de su existencia, la Orden carmelitana ha querido expresar que sus miembros pertenecían a la Virgen. El Car­melo es propiedad de María: la dedicación . de sus iglesias, el título de la Orden, su há­bito, la fórmula de profesión, su plegaria oficial y la intención que la hizo nacer son buena prueba de ello. Los hombres de la Edad Media no podían entender símbolo más expresivo de esta realidad». En Occidente los Carmelitas experimen­taron la protección visible de la Virgen Ma­ría, que les distinguió con la señal del Santo Escapulario, prenda de su amor y de su protección. El Escapulario es el hábito del carmelita, el hábito de la Virgen, signo de su consagración a Nuestra Señora. La Virgen es para los Carmelitas Patrona, Hermana, Madre y Reina y su Orden especial­ mente consagrada a María. Juan de Baconthorp (t 1346), el teólogo más célebre que ha tenido la Orden, inter­pretó la regla carmelitana en el sentido de que el Carmelita existe para honrar a María y para servir e imitar a María (Tractatus su­ per regulam). Amoldo Bostio (1445-1499) se adelantó a expresar que la profesión del Carmelita es una verdadera consagración a Dios por me­ dio de María. Son muy expresivos algunos de sus textos: «Quédate con nosotros, Oh Señora nuestra María; pedimos refugio en tu re­gazo; es conveniente que la Madre esté con sus hijos, la Maestra con sus discí­pulos, la Abadesa con sus súbditos, la Señora con sus pequeños siervos ... » «Ahí tienes a tu Madre, venerable asamblea del Carmelo. Ámala y venérala como doquier presente; y desde esta hora acógela en tu casa para que Ella te re­ciba finalmente en su gloria ... » «La Virgen María tiene su posesión en el Carmelo ... » « ... Por eso las iglesias de la Orden Carmelitana han sido edificadas en honor de la gloriosísima María e intitula­ das con su nombre dignísimo de toda re­verencia ... » La Virgen María lo es todo para el Carmelo y para el Carmelita, porque como «Madre, quiere; como Reina, puede; como Patrona, debe». Por otra parte, en Miguel de San Agustín (1621-1684) y en María Petit de Santa Te­resa (1623-1677), la vida mariana llegó a un grado de presencia y experiencia mística de la Virgen en la vida de manera que puede hablarse de una unión del alma con Dios con una sensación real de la presencia de Jumm Caballeros De Maria Inmaculada.
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 09:42:30 +0000

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