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Nacional: #ImpunidadMéxico, #Corrupción, #EnriquecimientoInexplicable, #EnriquecimientoIlícito, #RaúlSalinas. Raúl Salinas: El indignante surrealismo Gerardo Garibay Camarena 2 agosto, 2013. El genial pintor español Salvador Dalí dijo alguna vez que “De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas” y vaya que tenía razón, aquí pasa de todo. Aquí políticos, mafias y poderes hacen del cinismo más que una forma de vida, una perversa obra de arte. El más reciente ejemplo es cortesía del Juez 13 de Distrito de Procesos Penales Federales, quien el pasado 19 de julio exoneró del delito de enriquecimiento ilícito a Raúl Salinas, el tenebroso hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Ya en 1987 Raúl era el director general de Liconsa y en tal calidad participó en la importación y distribución de miles de toneladas de leche en polvo contaminadas con radioactividad tras el accidente de Chernóbil, causando terribles daños a la salud de quienes la recibieron. En cualquier país donde la clase gobernante tenga un mínimo de dignidad los funcionarios implicados en un crimen de este tamaño hubieran enfrentado, por lo menos, el exilio político, pero México se cuece aparte y, tras la llegada de Carlos a Los Pinos, Raúl Salinas tuvo ante sus pies toda la estructura de corrupción e “influencias” del gobierno federal y vaya que la supo aprovechar. Durante los años del salinato, se convirtió en el dueño informal de la poderosísima CONASUPO, una entidad paraestatal que manejaba presupuestos multimillonarios y que colapsó pocos años después bajo el peso de su monumental ineficiencia. Al mismo tiempo, el “hermano incómodo” se dedicó repartir “favores” incluyendo un préstamo para la compra de Imevisión, ahora Tv Azteca, propiedad del empresario mueblero Ricardo Salinas Pliego. Tanto fue su éxito que, a mediados de la década de los 90’s, Raúl Salinas, quién, en su declaración patrimonial juraba ingresos por apenas 16 mil dólares mensuales, había acumulado 4 decenas de propiedades, incluyendo varias haciendas y 17 cuentas bancarias en Suiza por más de 105 millones de dólares. Para ponerlo en perspectiva: con sus ingresos declarados (U$ 16,000 al mes) y sin gastar un solo centavo, una persona tardaría casi ¡547 años! para acumular los 105 millones de las cuentas en Suiza. Así que, o Raúl Salinas es la reencarnación de Matusalén o ese dinero es de procedencia ilícita. Y a pesar de eso el juez lo exoneró. Es cierto que, para “taparle el ojo al macho” la PGR apeló la sentencia, pero, en el muy probable caso de que la apelación no prospere, Raúl recuperará sus propiedades y sus cuentas bancarias, y todo será vida y dulzura. Por ello este caso exhibe en toda su esplendorosa putrefacción al sistema legal de nuestro país. Normalmente cuando hablamos de corrupción, despilfarro, nepotismo e incompetencia volteamos hacia los presidentes o diputados, pero el hecho es que el poder judicial está igual o peor. El problema empieza desde el propio sistema legal, construido a partir de un “iuspositivismo” tan recalcitrante como ineficaz, que condena injustamente a quienes no tienen acceso a un buen abogado (léase alguien que tenga contactos o conozca de “chicanas”) y le garantiza impunidad a los grandes delincuentes, que conocen y manipulan libremente los intríngulis de la procuración de justicia. Hace unos meses, al comentar la liberación de la presunta secuestradora Florence Cassez y el surgimiento de las guardias comunitarias, denunciábamos la adoración al dios “proceso” en cuyo altar se sacrifican a miles de inocentes, mientras que algunos culpables, como Cassez, se libran del castigo a sus delitos. Ahora hay que añadir también a Raúl Salinas, absuelto tras 16 años de juicio en los que se formó un expediente de 270 tomos con más de 200 mil fojas (hojas), cuando para confirmar el enriquecimiento ilícito bastaba una simple operación aritmética, pero el problema es que, si dejamos en manos de los abogados decidir entre si es de día o es de noche, el proceso duraría toda la vida y tendríamos que reencarnar para tramitar los amparos. El hecho obvio y evidente es que nuestro sistema legal está descompuesto. Simplemente no funciona y su fracaso es una de las principales causas del florecimiento de la corrupción y los avances del crimen organizado, que ha literalmente tomado por asalto buena parte del país mientras muchos de los delincuentes libran la prisión una y otra vez apoyándose en tecnicismos. Ya con el agua hasta el cuello, los gobiernos a nivel nacional han comenzado a impulsar reformas a los sistemas procesales, privilegiando en teoría la oralidad y la transparencia, pero estos esfuerzos, aunque encomiables, son insuficientes. Urge una transformación de fondo no solo del poder judicial, sino de las facultades de derecho y los paradigmas de justicia tanto entre los abogados como en la sociedad en general, dejando de lado el positivismo que no funcionaba en la Francia del siglo XIX y sigue sin funcionar ahora. De lo contrario la impunidad seguirá presente, la paciencia de los ciudadanos seguirá agotándose y la estabilidad misma de la sociedad estará en riesgo, mientras México se hunde en el indignante surrealismo. garibaycamarena@hotmail @garibaycamarena sinmediastintasblog Fuente: Zona Franca zonafranca.mx/raul-salinas-el-indignante-surrealismo/
Posted on: Sat, 03 Aug 2013 08:40:36 +0000

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