No conozco propietario en su sano juicio que se oponga al derecho de propiedad privada. Salvo el rara avis necesario para confirmar toda regla, los opositores a la propiedad privada pertenecen casi todos a la clase de los desposeídos de propiedad. No tienen razón valedera para oponerse al ejercicio de tal facultad de poder, salvo la que dan sus motivos, esto es, su sensualidad, su pasión, su ánimo; v.gr.: celos, envidia, deseo insatisfecho de tener lo que el otro tiene. El mutualismo, la cooperativización autogestionaria, las mil y una formas de asociación productiva y social, la solidaridad entre pares (verdaderos pares en la desposesión), la propiedad socializada, es la real solución para los privados de toda posibilidad de volverse propietarios por las suyas. Solución para ellos, claro, que no para mí. Pero nadie dude de que su solución -empero no mía- resulte a la postre benéfica para toda la sociedad a través de vínculos societarios trabados de manera libre y espontánea. De modo que mientras no me impongan su singular y muy eventual solución como solución para todos, yo no me opongo, y al contrario, apoyo y estimulo, todas las formas de asociación voluntaria entre los hombres. Quienes con mínimos aportes individuales logran, en el conjunto, hacerse de un condominio, concretan la aspiración de sentirse dueños, esto es, amos y señores de lo suyo. Un derecho que, creo yo, no debiera negársele a nadie.
Posted on: Wed, 17 Jul 2013 11:51:19 +0000
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