No deja de ser muy paradójico, y bastante tonto, que la mayoría de los ocañeros aplaudan la tala de árboles en la ciudad y a la vez vaya a La Playa a tomarse las fotos de rigor para el Facebook en un moñito de pinos, llamado precisamente Los Pinos. Un lugar que la gente encuentra igual a un bosque de los Alpes suizos. Esa incomprensible mayoría aquí goza con una agresión irracional y ofensiva a la naturaleza , además muy perjudicial; allá por milagro sufre un arrobamiento y su sensibilidad ante ella se exacerba hasta llegar a limites cursis, cuando no místicos. Está casi comprobado que solo con oír los pasos de un ocañero los árboles, los animales, y otras manifestaciónes de la naturaleza, tiemblan.
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 01:25:23 +0000