No estaba muerto, andaba de parranda Guatemala, martes 18 de junio - TopicsExpress



          

No estaba muerto, andaba de parranda Guatemala, martes 18 de junio de 2013 EP Un par de décadas después, Amílcar apareció, campante y cosmopolita. Ricardo Méndez Ruiz Mediando la década de 1980, Amílcar Morales García, militante de la organización terrorista ORPA, desapareció. Quedaron desamparados sus hijos y esposa; padres y hermanos lloraron la que supusieron fue su espantosa muerte a manos de las fuerzas de seguridad del Estado. Muchos de sus compañeros lo imaginaron resistiendo como héroe toda suerte de torturas; al borde de la locura, pero con su vocación revolucionaria intacta, jamás delataría a sus camaradas. Pero si incluso alguno de sus camaradas –que por supuesto, vivió para contarla– lo vio en alguna mazmorra ya al borde de la muerte. Una mancha más para el Ejército y otra víctima para el heróico movimiento revolucionario. Sus padres envejecieron décadas en pocos años ante el inmenso dolor e incertidumbre. La familia se unió para sacar adelante a los patojos que se quedaron sin padre, y su viuda redobló sus esfuerzos como única cabeza de familia. Maldijeron a los militares. Pero un par de décadas después, Amílcar apareció. Campante y sobre todo, muy cosmopolita él. Es que los derroteros de la revolución le hicieron fácil abandonar hijos, esposa, padres, hermanos y patria. Cedió ante la tentación de evaporarse en la paradisiaca Cuba y en Europa, en donde adoptó otra identidad e hizo una vida nueva, con esposa nueva e hijos nuevos. Dura la vida de los revolucionarios intelectuales, pues se privaron del privilegio de pasar duros años metidos en la montaña como sus compas indígenas peleando contra el Ejército. Se vieron obligados a vagar por Europa con los gastos pagados. Ante las preguntas incómodas de su familia que lo vio resucitado, lo mejor fue guardar silencio. Y distancia. Se está mejor en París –¡ah, la Ciudad Luz! Ahí todos creen las historias de aquel que cuenta haber sido lo más cercano que ha habido al Che y, además, el sueldo como periodista de Prensa Latina no está nada mal. ¿Y la Corte Interamericana de Derechos Humanos? De repente ordena al Estado de Guatemala pedir perdón por la desaparición de Morales. ¿Habrán puesto sobre aviso a la Fundación de Antropología Forense de Guatemala? No sea que encuentren los huesos de Amílcar Morales García en alguna conveniente fosa común, mientras él se pasea por los Campos Elíseos. Si existe certeza acerca de un caso, la sombra de la duda se cierne sobre todos los demás.
Posted on: Thu, 27 Jun 2013 19:27:36 +0000

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