No me engañaba el corazón al susurrarme con arrojo límite esta tarde noche, cuando crucé el umbral de la ínclita Librería Mimo, que la velada iba a sellar con candidez y seda cada momento y recuerdo de un periplo introspectivo sin parangón. Mis amigos/as fueron llegando, ofreciendo en bandeja de lustre su grandeza y confiriendo al espacio sin par un alud de luz, espontaneidad y generosidad. Sus miradas eran invitaciones a la placidez compartida, la expresión del encanto y el anhelo de soñar. Sonambulia se presentó entre las virtudes de la compañía, la afinidad, el rumor del ensueño y el eco milenario de las obras durmientes. Y volvió a resucitar en el corredor de las pesadillas. Prometí pasar está madrugada en vuestra compañía, recordándoos. Restan varias horas hasta el beso del amanecer. Permitidme volver a esbozaros, plenos y únicos, en dicho enclave. Sois las páginas de mi día a día, transparencia y amistad. Gracias por acompañarme en una de las noches más deliciosas de mi vida.
Posted on: Fri, 29 Nov 2013 01:50:22 +0000
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