Nora Coriñas durante su visita a Paraguay “Me impresiona - TopicsExpress



          

Nora Coriñas durante su visita a Paraguay “Me impresiona la situación de pobreza total y de hambre que hay” Cuando Nora Cortiñas nos recibe en el local de Servicio Paz y Justicia (Serpaj-PY), seguía conmovida por lo que acababa de ver en una visita a la cárcel de Tacumbú: “Es terrible lo que pasa la gente que está ahí”, comenta, y a continuación pregunta: “¿Cómo puede seguir en funciones el director de un establecimiento donde la gente vive peor que animales? ¿Cómo puede seguir aceptando esta situación?”. La luchadora por los derechos humanos responde las preguntas de ÚH, particularmente, sobre lo que constató como integrante de la Misión de Observación Internacional de la Situación de los Derechos Humanos en Paraguay, que desarrolló su labor en el país del lunes 11 al viernes 15 de la semana pasada. Ella y otros 42 representantes de organizaciones, redes e instituciones de Suecia, EEUU, Colombia, Chile, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay visitaron localidades, como Horqueta, Tacuatí (San Pedro), Marina Cué (Curuguaty) y la comunidad indígena Sawhoyamaxa (Presidente Hayes); además de la penitenciaría de Tacumbú y los Bañados en Asunción. –¿Qué es lo que más le ha impresionado de esta visita de observación que realizó con representantes de varias organizaciones de defensa de los DDHH, a algunas localidades vulnerables del Paraguay? –El hambre de la gente; la situación de pobreza total, de pobres entre los pobres. La desprotección que tienen de parte del Estado, de los políticos y de las instituciones oficiales, donde quienes tienen cargos y responsabilidades, no cumplen para lo que están designados. Me impresiona el abandono de este pueblo, que está empobrecido por el mal manejo de la economía, lo que tendría remedio, considerando que este es un país rico, de tierra rica. Así que nos vamos con una preocupación muy grande sobre el Paraguay. –¿Dónde notó esa situación de hambre? –Estuve en el asentamiento de los campesinos que tomaron la tierra de Marina Cué, en Curuguaty. Allí donde están protegiendo ese pedacito de tierra que es de ellos. ¿Sabés qué me impresionó también? Que sobre la sangre caliente de las víctimas en esa extensión (donde ocurrió la masacre de Curuguaty) inmediatamente se haya plantado soja y que se la fumigue todos los días con agrotóxicos, estando allí la gente que defiende ese pedazo de tierra. Me impresionó de sobremanera, porque fue el lugar de los hechos, donde murieron personas emboscadas, asesinadas brutalmente. Esa imagen me dejó muy mal. –¿Qué incidencia puede tener esa realidad social, que a usted le alarma, en la imagen positiva y atractiva que denodadamente busca instalar el nuevo Gobierno paraguayo en el afán de atraer a inversores extranjeros? –Para el exterior, la situación de Paraguay es dramática. Hay prácticas represivas; la Policía comete hechos que son criminales; hacen allanamientos sin cumplir con los recaudos legales, que tienen que ser controlados por el Gobierno, pero no es así. Además, no habrá mayores cambios si no se solucionan primero el problema económico y de extrema pobreza, con medidas que son como puntos culminantes, tal como la devolución de las tierras a las poblaciones indígenas y a los campesinos, como en el caso Marina Cué. Devolviendo ese patrimonio, que es ancestral, las comunidades podrán vivir del fruto de la tierra, de su trabajo, no habría protestas, ni represión a las protestas. Es todo un camino que se puede recorrer y que daría sus frutos. –Pero esas son cuestiones estructurales sobre las que no se ven señales… –Bueno, hay que denunciar a organizaciones internacionales, que vengan y pongan los ojos sobre este país. Que Naciones Unidas, la OEA, etc., posen sus miradas sobre las cuestiones de fondo que generan pobreza y exclusión social; que ayuden a este pueblo. Que se condene el hambre, tiene que haber una condena al hambre. Nadie tiene derecho a provocar el hambre de un pueblo, de una familia, de un niño o de una niña; esto es fundamental y aquí hay mucha pobreza y mucha desidia del Estado. –Para amplios sectores de la sociedad, el tema de la pobreza y el no acceso a la vivienda, educación, salud, etc., no se asocia a los derechos humanos, ¿por qué sucede esto? –Los derechos humanos son indivisibles e interdependientes. El derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, a la tierra, a la recreación, etc., son universales y cada uno depende del otro para defender la dignidad del ser humano. La vida digna se da cuando los derechos son respetados y el ser humano puede desplegar toda su potencialidad y lo que cada uno requiere. Si las poblaciones de campesinos e indígenas, acá y en otros países de América Latina, tuvieran la tierra que les pertenece, esa tierra ancestral, y contaran con las herramientas para trabajarla, no habría hambre. No tendrían la necesidad de migrar hacia las ciudades para terminar en los cinturones de pobreza, ni se verían en la necesidad de cortar la ruta para llamar la atención. –De la conversación que mantuvieron con autoridades de los tres poderes, ¿tienen claro cuál es la política de Estado de Paraguay en materia de DDHH? –No, yo no lo vi por ahora. Por ejemplo, en el Senado, donde estuvimos con la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y otros legisladores, por lo que se dijo allí, no tienen nada preparado. No vimos que haya nada, no hay una agenda. Demostraron sí que tienen la voluntad de impulsar el nombramiento de un nuevo defensor del Pueblo, porque creo que hasta ahora hay uno, inoperante totalmente, y no lo cambiaron. Ahora la propuesta es formalizar el llamado para el cargo, y designar a una persona idónea. Acá realmente se necesita un defensor del Pueblo, pero en serio; que salga y recorra, que vea la situación de extrema pobreza que se vive y la situación de los derechos humanos en general. Por Susana Oviedo
Posted on: Thu, 21 Nov 2013 23:04:46 +0000

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