ONCE AÑOS A MILES DE KILÓMETROS Retirada ejemplar de las tropas españolas de la misión de Afganistán LEOPOLDO MUÑOZ SÁNCHEZ Gracias a nuestra instrucción las tropas afganas lograrán evitar que la marea islamista se derrame hacia Occidente. No puede sorprenderse nadie de que España haya acudido a “desfacer un entuerto” más ni que sus tropas hayan estado 11 años a miles de kilómetros de su lugar natural de estancia. Va en el modo de ser de nuestro pueblo, no sólo en su tradición sino en la cantidad de ocasiones que a lo largo de su Historia ha tenido que luchar para sacudirse de épocas de opresión y que le han hecho valorar lo que la gente suele llamar “estar libre”. Es muy posible que haya quienes han contemplado la presencia y labor de ayuda de las tropas expedicionaria españolas como una empresa quijotesca, en un lugar donde no se nos había perdido nada, colaborando con ejércitos de otras naciones y ayudando a gentes excesivamente lejanas con las que no tenemos ni tan siquiera un mínimo de similitud ni coincidencia. Craso error. Los soldados españoles han participado en una misión en la que, en principio y como rara avis, han estado de acuerdo, ha existido su unanimidad, los Gobiernos que representan a dos grandes ideologías que predominan en nuestra Nación; no se ha producido el caso de Iraq en el que, tras haber aprobado su participación uno de los Gobiernos ejercientes –Aznar–, el siguiente –Zapatero– decidió, sin previo aviso y de forma apresurada, retirar las tropas dejándolas expuestas a las bromas y ofensas gratuitas de las demás y, por consiguiente, a un cumplimiento obligatorio que más de uno habrá equiparado con la sumisión en lugar de con la disciplina. No es muy frecuente, lamentablemente, que el pueblo español pueda disfrutar del acuerdo en el Congreso salvo, también lamentablemente, a la hora de aprobar tanto presupuestos manifiestamente insuficientes como leyes sorprendentes que afectan a los militares. Por consiguiente, el papel de nuestras tropas ha sido el de colaborar con las demás de un modo muy eficaz aun cuando no haya sido combatiendo directamente a los talibanes sino más bien en los equipos de reconstrucción provincial (PRT) que se ha traducido en la de hospitales, escuelas, alumbramiento de aguas y, más importante de todo, la famosa Ruta Lithium. En ellas, y precisamente por no combatir en primera línea, ha tenido que soportar los peores ataques en tierras como aquellas: guerrillas, golpes de mano y ataques por sorpresa. A todo ello ha respondido de una forma que sólo tiene una expresión: admirablemente. Los objetivos ordenados han sido cumplidamente logrados y, además, han servido para dar fe en aquellos páramos de la galanura, el buen hacer y la tremenda y extraordinaria humanidad del honrado pueblo español. La misión en Afganistán ha sido la consecuencia de una resolución de la ONU –la 1.386 de 20 de noviembre de 2001–, lo que de entrada quiere decir que se trataba de un asunto que afectaba, al menos, más que a la totalidad del mundo occidental a aquellos países que por el carácter de su civilización se hallaban expuestos, por un lado a la amenaza de un islam peligroso y negativamente integrista en tanto que, por el otro, a un posible control de las exportaciones de droga procedentes de Afganistán y naciones limítrofes. La misión ha proporcionado a España una seguridad lejana que se debe traducir en la contención en tierras mucho más cercanas –Sahel, Mali, Líbano, países que han padecido la denominada “Primavera Árabe” como Libia, etc.– de la amenaza de Al Qaeda porque, también es de suponer, el ejército afgano formado e instruido por las tropas de las naciones que allí han participado en lo que para España ha sido una misión de ayuda humanitaria, será capaz de hacer frente a los talibán y evitar que la marea islamista se derrame hacia Occidente más de lo que ya se está viendo. Otra cosa es que ese ejército de Afganistán, trufado y minado, no como parece sino como está, por elementos islamistas integristas radicales, acompañado de la corrupción propia de los regímenes de taifas, tribus o “señores de la guerra”, se venga abajo o acabe como en Iraq y otros países “liberados” en luchas civiles que vengan a reducir a la nada todo el esfuerzo y todas las vidas de los caídos y, con ello, al final vayan a tener razón aquellos que dudaban y ponían en tela de juicio la participación de los soldados y guardias civiles españoles, amén de los 3.500 millones de euros gastados. A todos ellos, poniendo en primer lugar como es ritual, necesario, obligado y plenos de orgullo por haber rendido sus vidas en la hermosa y tradicional tarea de defender a nuestra querida Patria dentro y lejos de sus fronteras como impone el juramento hecho ante la Bandera: ¡Muchas gracias y que Dios os lo premie!, porque España ya lo ha hecho. *Coronel de Intendencia. Presidente de AME. Compartido V. Madeira intereconomia/noticias-gaceta/internacional/retirada-ejemplar-tropas-espanolas-mision-afganistan-20130925
Posted on: Wed, 25 Sep 2013 23:02:11 +0000
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