Oración del día: El principio de toda relación duradera está basado en la honestidad y confianza de las partes. Una mutua amistad, entregándose de lleno, aceptando con agrado las limitaciones del otro y esforzándose por corregir las propias, para provecho de la relación, en función de la santa caridad. La honestidad demuestra ser un pilar poderoso en la relación, pues se fundamenta en la verdad y ésta viene del Espíritu Santo (Omnie verum a cuocumque dicatur, a Spiritu Sancto est - Toda verdad dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo. Santo tomas de Aquino). Pero la verdad tiene que estar de la mano con la santa prudencia y dirigida por la santa caridad. La verdad siempre se tiene que decir, pero las formas y el tiempo propicio deben ser considerados en función a la caridad, la misma que se consigue como resultado de una vida de oración y constante escucha de Dios y su Santa Palabra. Si dejo que mi humanidad, cambiante e incompleta, se apodere de mis emociones y responda por mi, entonces poco bien es lo que he de lograr, si es que algo de ello al fin se suscita. Mi propio egoísmo sería predominante en la respuesta y muy probablemente ésta no sea honesta, pero con certeza no será caritativa. Por tal motivo es fundamental una vida de oración, no precisamente todo el día de rodillas, sino breves minutos de comunicación de corazón a corazón con Dios. Él verá tu deseo y se encargará del resto, que con seguridad lo hará de la manera perfecta. La confianza, por otro lado, es mandatoria, porque es la que me va a hacer creer como verdadero y loable, aquello que se me esta comunicando. Por la confianza yo sé que la otra persona no me va a fallar y eso me permite depositarme en sus manos porque sé que esta conmigo. Así como la honestidad, ésta confianza se puede romper debido a nuestra humanidad, otra vez. Ya que somos corruptibles pero al mismo tiempo perfectibles, podemos, apoyados en la santa humildad, pedir el perdón que corresponde a nuestro obrar errado y empezar desde cero, cimentados en la roca firme de la verdad, que es el mismo Cristo. Así, si bien es cierto, las relaciones humanas penden de un hilo en si mismas, pero son extremadamente fuertes en Jesús Cristo. La relación duradera por excelencia y de la cual tenemos que aprender e imitar, es la que tiene Dios con cada uno de nosotros. Es una relación de tal amor que Él se entrega completamente, si reserva ni distinción, en total verdad, pues Él es la fuente de la verdad. Se entrega confiando en ti, creyendo que hoy es el día en que esa entrega será recíproca de tu parte. Porque Él nunca falla, con toda confianza puedes depositar tus problemas en Él, pues es tu amigo, que tiene el tiempo del mundo para ti. Siempre te ha de aconsejar lo mejor, escucha sin impacientarse y anima, con alegría, el corazón abatido. Es bueno y siempre lleva una sonrisa al verte con ojos misericordiosos. No condena y perdona sin cansarse cualquier ofensa que le prodigues. Para conseguir semejante joya de amigo, sólo hacen falta dos cosas, ser honestos con Él y tenerle confianza.
Posted on: Fri, 25 Oct 2013 07:48:36 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015