Origen de los Evangelios Desde hace aproximadamente un siglo, - TopicsExpress



          

Origen de los Evangelios Desde hace aproximadamente un siglo, trabajos importantes emprendidos en los diversos países cristianos por hombres que ocupan elevados puestos en las Iglesias y en las Universidades, han permitido reconstruir la evolución de la tradición evangélica en sus fases sucesivas. En los centros de religión protestante es sobre todo donde se ha elaborado especialmente estos trabajos, tan notables por los eruditos como por su carácter minucioso, los cuales han arrojado viva luz sobre los orígenes del Cristianismo y sobre el fondo, la forma y el alcance social de las doctrinas del Evangelio. Expondremos aquí solamente los resultados de estos trabajos, bajo una forma que procuramos sea más sencilla que la de los exegetas protestantes. Cristo no ha escrito nada. Sus palabras, esparcidas por los caminos, han sido trasmitidas de boca en boca y luego transcritas en diversas épocas, mucho tiempo después de su muerte. Poco a poco se ha ido formando una tradición religiosa popular que ha sufrido una evolución constante hasta el siglo IV. Durante este periodo de trescientos años, nunca la tradición cristiana ha permanecido estacionaria ni semejante a sí misma. Al irse alejando de su punto de partida a través de los tiempos y de las edades, se ha enriquecido y diversificado. Se ha llevado a cabo un poderoso trabajo de imaginación, y siguiendo las formas de las diversas relaciones evangélicas, según su origen hebraico o griego, se ha podido establecer con seguridad el orden en que la tradición se ha desarrollado y fijar la fecha y el valor de los documentos que la representan. Durante más de medio siglo después de la muerte de Jesús, la tradición cristiana, oral y viva, es como agua corriente en la cual todos pueden beber. Es propagado por los apóstoles y seguidores, hombres sencillos e iletrados (a excepción de Pablo, que era versado en letras), pero a quienes ilumina el pensamiento del Maestro. Desde el año 60 al 80 es cuando aparecen la primeras relaciones escritas. Primero la de Marcos, que era la más antigua, y luego los primeros relatos atribuidos a Mateo y a Lucas, todos escritos fragmentarios que van aumentado en ediciones sucesivas, como todas las obras populares. Hasta el final de primer siglo, desde el año 80 al 89, no apareció el Evangelio de Lucas ni el primitivo de Mateo, perdido actualmente; y por último, del 98 al 110, apareció en Éfeso el Evangelio de Juan. Al mismo tiempo que estos Evangelios, únicos aceptados después por la Iglesia, otros muchos salían a la luz. Actualmente se conocen unos veinte, pero en el siglo III, Orígenes cita un número mayor. Lucas hace alusión a ellos en el primer versículo de la obra que lleva su nombre. ¿Por qué razón estos numerosos documentos han sido declarados apócrifos y rechazados? Muy probablemente porque constituían un estorbo para aquellos que, en los siglos II y III, imprimieron al Cristianismo una dirección que debía alejarse cada vez más de sus formas primitivas y que, después de haber rechazado mil sistemas religiosos calificados de herejes, debería dar por resultado la creación de tres grandes religiones de las cuales el pensamiento de Cristo yace oculto, sepultado como en una tumba bajo los dogmas y las practicas. Los primeros apóstoles se limitaron a enseñar la paternidad de Dios y la fraternidad humana. Demostraban la necesidad de la penitencia, es decir, de la reparación de nuestra faltas. El símbolo de esta purificación era el bautismo, practica adoptada por los esenios, iniciadores de Jesús, de quienes tomaron también los apóstoles la creencia en la inmortalidad y en la resurrección, vale decir, en la vuelta del alma a la vida espiritual, a la vida del Espacio. De ello nació una moral y una enseñanza que atraían numerosos prosélitos alrededor de los discípulos de Cristo, pues no contenían nada que no pudiera aliarse con ciertas doctrinas judías predicadas en el templo y en las sinagogas. Con Pablo, y después de él, se establecen nuevas corrientes y confusas doctrinas surgen en el seno de las comunidades religiosas. Sucesivamente la predestinación y la gracia, la divinidad de Cristo, la caída y la redención, la creencia en Satán y en el infierno se presentaran a los espíritus y vendrán a alterar la sencillez y la pureza de la enseñanza del hijo de María. Este estado de cosas va a continuar agravándose, al mismo tiempo que las convulsiones políticas y sociales agitarán la infancia del mundo cristiano. Los primeros Evangelios nos llevan a la época de perturbación en que la Judea, sublevada contra los romanos, vio la ruina de Jerusalén y la dispersión del pueblo judío en el año 70. Fueron escritos en medio de sangre y lágrimas, y las esperanzas que expresan parecen brotar de un abismo de dolores, cuando en las almas afligidas se despierta el nuevo ideal, la aspiración de un mundo mejor, llamado reino de los cielos, en el cual serán corregidas todas las injusticias presentes. En aquella época todos los apóstoles, a excepción de Juan y Felipe, habían muerto. El lazo que unía a los cristianos era todavía muy débil. Éstos formaban grupos, aislados los unos de los otros, que llevaban el nombre de iglesias (ecclesia: asamblea), dirigidos cada uno por un obispo o vigilante nombrado por elección. Cada iglesia estaba entregada a sus propias inspiraciones, no teniendo para orientarse nada más que una traducción incierta fijada en algunos manuscritos que resumían, más o menos fielmente, los actos y palabras de Jesús que cada obispo interpretaba conforme a su interpretación. Añadamos a tan grandes dificultades las que provenían de la fragilidad de los pergaminos, en una época en que la imprenta era desconocida, la carencia intelectual de algunos copistas y todos los males que pueden nacer de la falta de dirección y de comprobación, y comprenderemos fácilmente el porqué la unidad de la doctrina y de la creencia no haya podido mantenerse en tiempos tan azarosos. Los tres Evangelios sinópticos (se designa así a los Evangelios de Marcos, Lucas y Mateo) están fuertemente impregnados del pensamiento judeocristiano de los apóstoles, es más ya el Evangelio de Juan se inspira en otra influencia. En él se encuentra un reflejo de la filosofía griega, rejuvenecida por las doctrinas de la escuela de Alejandría. Hacia el siglo I, los discípulos de los grandes filósofos griegos habían abierto escuelas en todas las ciudades importantes de Oriente. Los cristianos se hallaban en contacto con ellos y se promovían frecuentes discusiones entre los partidarios de ambas doctrinas. Los cristianos reclutados entre las clases inferiores de la población, poco letrados en su mayor parte, estaban mal preparados para estas luchas de pensamiento. por otra parte, la grandeza y la elevación moral del Cristianismo habían impresionado vivamente a los teóricos. Ese fue el motivo que originó la aproximación y la interpretación de las dos doctrinas que se produjo en ciertas partes. En el naciente Cristianismo iba introduciéndose poco a poco la influencia griega que llevaba a conceptuar a Cristo como el Verbo, el Logos de Platón.blog.leondenis.es/?tag=textos&paged=2
Posted on: Sun, 16 Jun 2013 20:32:09 +0000

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