Otra oportunidad para cambiarlo todo Tal fuese un 26 de julio o - TopicsExpress



          

Otra oportunidad para cambiarlo todo Tal fuese un 26 de julio o una tarde de agosto, el entró en la taberna con ojos empapados de sudorosa apatía, caminar bajo el sol no hizo más que adelantar su caída ¿de dónde viene ese vaquero? ¿cual es su destino por este vertedero? Sus ojos rezumaban constancia por la botella, con un sólo gesto eligió sus cincuenta tragos sin percatarse de la presencia de ella. Un ángel impuro se fusionaba entre el parpadeo de las luces del interior, fijando sus pintarrajeados ojos negros sobre el señor; su alma seducida noche tras noche deseaba ser más sucia, quien la diría, que desde aquel momento todo cambiaría. Cabello tan falso como su violada inocencia; su boca de fresa y piel de canela no la distinguían de ser descrita como una cualquiera. Marian desplegó de nuevo sus alas de cieno hacia el vaquero, su mirada tanteaba sus bolsillos, quería vivir, quería dar la vida que no tuvo a sus chiquillas. Sus manos toparon con los hombros del viajero, y con una dolorosa sonrisa le invitó a sus aposentos; sus miradas se entrelazaron, no hubo más palabras, sólo un sentimiento inusual. El ambiente se enrareció, el vaquero la impidió marchar, ella cambió rápidamente su mirada lasciva por el temor a una de tantas palizas. El recién llegado la reclamaba, sus manos la agarraban, brazos amoratados observaba, una pena le atenazaba. Sin embargo, un sólo golpe fue suficiente para hacerle besar la enmaraña de borrachos, vómitos y colillas que componían toda la entarimada. Confundido como un mezquino borracho fue llevado al exterior, zarandeado y maltratado fue finalmente tirado, la arena le quemaba el rostro, a pesar de lo superficial que corroía su piel, no la dejaba de recordar. En otra parte, ella no dejaba de llorar, sobre su lecho de plumas recaía sin cesar, ¿que es lo que vio en aquel tipo? ¿por que sintió algo distinto? No lograba recordar dónde vio antes esa cara, sin embargo, en su brazo, bajo la manga de su bello vestido vislumbró una pequeña fotografía. Las estrellas danzaban ignorantes del dolor que el vaquero soportaba, mientras intentaba arrancar su motocicleta, sangre, sudor y lágrimas se entremezclaban. No podía haber mas desdichas, el camino aquel elegido fue la artimaña de aquel que no avisa. Quizá se perdiese en mitad del desierto con su petaca de whisky y esperar el final de esa dolorosa muerte que le acompañaba de antaño. Logró arrancar la máquina con el viento cruelmente a favor, cuándo empezó a acelerar, sin embargo, una figura se puso en su camino; Marian no quitaba ojo del vaquero, el cuál descendió pisando de nuevo el suelo. La joven se arrojó sobre los brazos más sinceros que jamas puso tocar su cuerpo. Se fusionaron en un tremendo abrazo, siendo testigo de todo ello, el firmamento. La foto que ella poseía cayó al suelo, en el furor del instante, ambos, padre e hija se veían estampados en ella, los designios de otro tiempo fue lo suficiente para comenzar otra vida, otra oportunidad
Posted on: Tue, 09 Jul 2013 11:54:33 +0000

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