PALABRA DE BENDICIÓN 230813. ELI Ediciones Reflexionemos en esto: "Nos buscamos en el dolor, pero, lo cierto, es que mejor que nunca, NOS ENCONTRAMOS, a nosotros mismos, en el sufrimiento" Esta inmensa verdad nos enseña una realidad inobjetable: Cuando sufrimos, la verdad de nuestro interior se revela con mayor nitidez que nunca. En efecto, el sufrimiento hace salir la verdad de nuestro amor, de nuestra fe y de nuestra esperanza. ¡Pocas veces, nuestro verdadero ser, es más claro que cuando sufrimos! ¿En qué creemos? ¿Qué esperamos? ¿En quién confiamos? Por eso me inspiran y conmueven las palabras del Libro de las Lamentaciones; ya que, como sabemos, son palabras que el Señor inspirara a su siervo Jeremías, en medio de la época más penosa y difícil en la historia de Israel. No obstante, Jeremías plasmó, bajo la inspiración del Espíritu Santo, verdades que debemos, nosotros, guardar, también, en el corazón. Por ejemplo, leamos lo siguiente: "Porque el Señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres. (Lamentaciones 3: 31- 33) En este pasaje, hay tres verdades rotundas que pueden hacernos superar el dolor: 1. Lo que estamos enfrentando no durará para siempre 2. Dios se compadece de sus hijos 3. Nada ocurre sin una razón y sin un propósito Tener claras estas verdades en el corazón, es el único camino para superar la aflicción. Con la primera verdad, la esperanza se afirma: Nunca el amanecer está tan cerca como cuando las sombras de la noche son más densas. No desesperarnos... No desmayar cuando la solución está a punto de llegar... Y, no dejar de creer en un mañana mejor. Con la segunda verdad, el corazón cobra fuerza: "¡No temas porque yo estoy contigo!", nos dice el Señor (Isaías 41: 10) Y, con la tercera verdad, rompemos lo peor que puede pasarnos cuando sufrimos: Victimizarnos y llenarnos de rencor. Desconozco que sufrimiento estés enfrentando hoy. Pero si sé que lo que estés viviendo, también fue el sufrimiento que los hijos de Dios vivieron en los días que nos narra el Libro de las Lamentaciones. No obstante, ellos conservaron en su corazón estas tres verdades; y, el sufrimiento, les permitió descubrir lo que realmente había en su corazón: 1. La certeza de que vendrían tiempos mejores 2. La certeza de que no estaban solos. El Señor los acompañaba, y, al final, se compadecería de ellos; y 3. La certeza de que su sufrimiento tenía una causa y un propósito bondadoso de parte de Dios. Mi Señor, quien acompañó a su pueblo en los días de dolor, y cumplido su propósito, los restauró plenamente; sea quien te acompañe en este proceso de aflicción. ¡No será para siempre! ¡Dios se compadecerá de ti, pues te ama! ¡El Señor, pasada la prueba, te mostrará el sabio y bendito propósito que él tuvo al permitirlo! Pastor Julio Daniel Vega Iglesia Cristiana Agua Viva Izcalli 58819501/ 58688802 byos @live.mx. juliovega.mx
Posted on: Fri, 23 Aug 2013 02:48:00 +0000
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