PARA LEER ESTE RELATO, POR DEMAS INTERESANTE, PERTENECE A MI AMIGO Y COLEGA EL Dr. Horacio Vautier Se los dejo como una reflexión de alguien que desde hace muchos años viene luchando para tratar de hacer algo por este tema. CONGRESO SOBRE TENENCIA RESPONSABLE DE MASCOTAS Más de cien profesionales se reunieron en un congreso internacional con el fin de elaborar una campaña de educación destinada a una comunidad obstinada en mantener a sus perros en la calle. Muchos perros en la calle. Se debatió sobre las más variadas temáticas: zoonosis, prevención de mordeduras, legislación, penalidades, esterilizaciones, contaminación ambiental, riesgos para automovilistas, derechos del niño, “libre acceso a las plazas”, derecho a la libre circulación por la vía pública, etc. Las discusiones se centraron en identificar cuáles de todas las consecuencias del gran número de perros en la calle podrían hacer reflexionar a la mayor cantidad de integrantes de la sociedad. Se reunieron varios días, varias horas al día. Llegaron a la conclusión que todos los temas eran importantes porque cada ciudadano tiene una visión particular del problema, y por un tema o por otro todos iban a captar los mensajes. Elaboraron, al fin, un verdadero programa de trabajo que abarcaba desde clases especiales en las escuelas hasta campañas de difusión en todos los medios de comunicación y en la vía pública. Y así sugirieron la confección de afiches, la prepararon videos, banderas, calcomanías y todo tipo de material de difusión. Hasta editarían un manual de más de 100 páginas, eso si, de distribución gratuita. Estaba todo listo para el cierre del congreso: buena cena, abundante bebida y la protocolar entrega de diplomas luego de las palabras del presidente. Todos los participantes se sentían reconfortados con el trabajo realizado. Estaban convencidos que después de un año de ejecución de esta intensa campaña educativa los integrantes de esa “comunidad problema” iban a adquirir tantos conocimientos que serían la envidia de cualquier egresado de la Universidad de Cornell. En el fondo del salón, apoyado con desgano en el palo de su escobillón, estaba Manolo, el encargado de la limpieza. Había participado del congreso casi como de contrabando, por curiosidad, como oyente. Sus escasos recursos intelectuales y precaria escolaridad le impidieron aprovechar a pleno cada uno de los debates. Palabras como “zoonosis” o “esterilización” lo dejaban fuera de contexto, lo que no fue una limitante, claro, para sacar sus propias conclusiones. Llegaba el fin. El presidente del congreso hacía uso de la palabra. Describía con prolijidad cada una de las etapas de la campaña educativa programada. “Un ejemplo para el mundo” llegó a afirmar con vehemencia…y algo lo interrumpió… “Ustedes están equivocados”, les lanzó Manolo desde el fondo del salón. Se hizo un silencio que parecía eterno, lo que le dio a Manolo la posibilidad de continuar: “Esta sociedad es más instruida de lo que ustedes piensan, son mañosos nomás”. Entre caras de enojo y asombro los participantes del congreso parecían responder con un murmullo que llenó la sala. “Disculpen que me meta pero este es un tema que a mí también me preocupa y quiero dar mi opinión”, prosiguió Manolo. Otra vez, se hizo un silencio casi sepulcral en la sala. “Nuestros vecinos son muy conocedores para muchos temas pero cuando se habla de los perros parece que se hacen los tontos”. “Yo iría casa por casa y tocaría timbre o golpearía la puerta o golpearía las manos hasta que me atiendan y cuando el dueño de casa salga a atenderme le diría: “Querido, tu perro no puede estar suelto en la vía pública… ¿Qué parte no entendiste?” El discurso del presidente ya no continuó. Los congresales se fueron retirando y algunas luces se apagaron. Nadie retiró los diplomas. La cena quedó servida. Manolo empezó a pasar el escobillón mientras mascullaba: “¿Me habrán entendido?” H.V.
Posted on: Tue, 03 Dec 2013 04:28:00 +0000
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