PASAJE DE LA CRÓNICA DEL PRESBÍTERO DAMASO ANTONIO LARRAÑAGA AL - TopicsExpress



          

PASAJE DE LA CRÓNICA DEL PRESBÍTERO DAMASO ANTONIO LARRAÑAGA AL VISITAR A ARTIGAS EN PURIFICACIÓN “Nuestro alojamiento fue la habitación del General (Artigas). Esta se componía de dos piezas de azotea, con otro rancho contíguo que servía de cocina. Sus muebles se reducían a una petaca de cuero y unos catres sin colchón que servían de cama y de sofá al mismo tiempo. En cada una de las piezas había una mesa ordinaria como las que se estilan en el campo, una para escribir y otra para comer; me parece que había también un banco y unas tres sillas muy pobres. Todo daba indicio de un verdadero espartanismo. (...) Fuimos recibidos por D.Miguel Manuel Francisco Barreiro, jóven de veinticinco años, pariente y Secretario del General, y que ha participado de todos sus trabajos y privaciones: es menudo y débil de complexión, tiene un talento extraordinario, es afluente en su conversación y su semblante es cogitabundo, carácter que no desmienten sus escritos en las largas contestaciones, principalmente con el gobierno de Buenos Aires, como es bien notorio.” (Barreiro nació en 1770 y murió en 1847. Acompañó a Artigas en el Exodo y en el sitio de Montevideo. Sustituyó a Otorgués como Gobernador de Montevideo el 29 de agosto de 1815) “A las cuatro de la tarde llegó el General, el Sr.D.José Artigas, acompañado de un Ayudante y una pequeña escolta. Nos recibió sin la menor etiqueta. En nada parecía un general: su traje era de paisano, y muy sencillo: pantalón y chaqueta azul sin vivos ni vueltas, zapato y media blanca de algodón; sombrero redondo con forro blanco, y un capote de bayetón eran todas sus galas, y aun todo esto pobre y viejo. Es un hombre de una estatura regular y robusta, de color bastante blanco, de muy buenas facciones, con la nariz aguileña; pelo negro y con pocas canas; aparenta tener unos cuarenta y ocho años. (Artigas nació el 19 de junio de 1764, tenía 51años) Su conversación tiene atractivo, habla quedo y pausado; no es fácil sorprenderlo con largos razonamientos, pues reduce la dificultad a pocas palabras, y lleno de mucha experiencia tiene una previsión y un tino extraordinario. Conoce mucho el corazón humano, principalmente el de nuestros paisanos, y así no hay quien le gane en el arte de manejarlos. Todos le rodean y todos le siguen con amor, no obstante viven desnudos y llenos de miserias a su lado, no por falta de recursos sino por no oprimir a los pueblos con contribuciones, prefiriendo dejar el mando al ver que no se cumplían sus disposiciones en esta parte y que ha sido uno de los principales motivos de nuestra misión.” “Nuestras sesiones duraron hasta la hora de la cena. Esta fue al tren y boato de nuestro General: un poco de asado de vaca, caldo, un guiso de carne, pan ordinario y vino, servido en una taza por falta de vasos de vidrio; cuatro cucharas de hierro estañado, sin tenedores ni cuchillos, sino los que cada uno traía, dos o tres platos de loza, una fuente de peltre cuyos bordes estaban despegados; por asiento tres sillas y la petaca, quedando los demás a pie. Véase aquí en lo que consistió el servicio de nuestra mesa cubieta de unos manteles de algodón de Misiones pero sin servilletas, y aún según supe, mucho de esto era prestado. Acabada la cena nos fuimos a dormir y me cede el General, no solo su catre de cuero sino también su cuarto, y se retiró a un rancho. No oyó mis excusas, desatendió mi resistencia, y no hubo forma de hacerlo ceder en este punto. Yo como no estaba aún bien acostumbrado, no obstante el que ya nos habíamos ensayado un poco en el viaje, hice tender mi colchón y descansamos bastante bien.
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 00:23:01 +0000

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