PATRULLA DE BARES Al rescate de la más noble de las tradiciones - TopicsExpress



          

PATRULLA DE BARES Al rescate de la más noble de las tradiciones culinarias costarricenses: la boca Enemigo mortal del karaoke y los bares de pipicillos El origen de algunas cantinas nacionales parece remontarse a tiempos inmemoriales (salió en verso). Y si el lugar en cuestión encuéntrase en la provincia de Cartago, para algunos bien podría haber sido frecuentado por algún rey babilonio, y según los jetones de verdad, bien se podrían encontrar aún las huellas de mamut en el parqueo. Lo cierto es que el bar La Unión (ojo, no es el Club Unión, por si aca) se nos asemeja como perdido en la memoria de los tiempos, pues posee una dilatada existencia. Además cumple el requisito del típico "bar de pueblo", ubicado frente al parque, al otro lado de la escuela y a menos de una cuadra de la iglesia, antes de que algunos mojigatos promulgaran las leyes ridículas sobre distancias entre cantinas y otros edificios públicos. Lo mejor del Unión es que ha armonizado su cocina con los tiempos y la urbanización de su entorno, y ha sustituido los previsibles gallos de salchichón y platos de cubaces por un elaborado menú de bocas, que aparte de estar bien hechas, llenan con generosidad los amplios recipientes en que son servidas. Y es que las papilas degustativas comenzaron a mostrar su mayor grado de excitación cuando comenzaron a llegar las viandas servidas en planchas de hierro caliente. "Bisteques", ravioles, tortas de huevo y afines llegan a la mesa todavía crepitando y con la amenaza de pegarle un buen susto a algún cliente que se haya dejado adormilar por los jugos del dios Baco y que omita el detalle de considerar la temperatura de los utensilios. Además, la carne es servida con buen acompañamiento que incluye papitas y frijolitos molidos, los cuales además estaban realmente buenos e hicieron recordar un buen chiste que circuló profusamente por internet en meses pasados. El cocinero muestra una gran consideración con sus clientes, y en lugar de llenar engañosamente sus generosos platos con insípidos produtos vegetales (léase zacate), se preocupa de que toda la comida aumente en forma negativa los conteos de colesterol, triglicéridos y lípidos. Y es que si uno paga por comer, por lo menos que la comida sepa a algo. La amplitud del menú invita a ulteriores incursiones, y en el momento de "la dolorosa", las billeteras no resultaron mayormente castigadas. Realmente parece que el único pleito del lugar es encontrar campo. Y hasta aquí... PATRULLA DE BARES Al rescate de la tertulia alrededor de una mesa de tragos Abanderado sanitario de las panzas de guaro
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 03:52:17 +0000

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