PERDONARÉ A LOS QUE YO HUBIERE DEJADO Jeremías 50:1-20 (20) Cuando llegare el tiempo determinado, una nación del norte atacaría a Babilonia (3). Esto no fue simplemente una guerra entre los países poderosos para arrebatar el liderazgo. Fue el juicio de Dios contra Babilonia por su pecado de idolatría y orgullo. Pronto Babilonia sería tomada, Merodac que ellos servían, sería horriblemente despedazado y ellos serían avergonzados. Babilonia sería saqueada y asolada. Todos los que pasasen por Babilonia se asombrarían y se burlarían de sus calamidades. No solamente Babilonia, sino también todos los que se enorgullecen y actúan soberbiamente, recibirán el juicio de Dios. Por otro lado, ese día sería el día de restauración para el pueblo de Israel. El pueblo de Israel fue como ovejas perdidas (6a). Sus pastores las hicieron descarriar. Las condujeron al camino equivocado de la idolatría por el cual se apartaron de Jehová Dios. En consecuencia, el pueblo de Israel tenía que sufrir en las manos de sus enemigos. Israel fue perseguido y llevado como cautivo por el rey de Asiria como si el rebaño descarriado fuera devorado por las bestias. Después, Nabucodonosor, el rey de Babilonia los deshuesó y devoró. Pero, en aquellos días cuando Dios castigara al rey de Babilonia, Dios volvería a traer a Israel a Jerusalén. Ellos llorarían con arrepentimiento y agradecimiento a Dios, y buscarían a Dios. Entonces, harán el pacto eterno con Jehová Dios. Todo esto es posible porque Dios perdona los pecados de los remanentes. ¿Cómo podemos llevar una nueva vida, escapándonos de la ira de Dios? Tanto la restauración de Israel como nuestra restauración son posibles por causa de la gracia del perdón de pecados de Dios. Volvamos a Dios, llorando y asiendo la gracia de Dios que perdona nuestros pecados.
Posted on: Wed, 04 Sep 2013 13:19:46 +0000
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