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POQUITO, PERO BUENO “Uno cultiva el silencio no obligando a los oídos a no oír, sino elevando el volumen de la música del mundo y del alma”.-Thomas Moore- SOBRE LA CONCIENCIA DE NUESTROS ACTOS Leyendo un tratado Budista, me entero de que Buda estaba reunido con sus discípulos transmitiéndoles sus grandes lecciones de sabiduría. En esos precisos momentos, una mosca se posó en la nariz de Buda, pero el maestro no se dio cuenta y continuó con sus lecciones para alcanzar la Iluminación. Unos segundos después, cuando ya la mosca se había ido, observan al maestro que hace un gesto con su mano como de espantar la mosca que ya no estaba en su nariz. Uno de sus alumnos, preguntó: -Maestro, ¿por qué haces el gesto de espantar la mosca, si sabes que ella ya no está en tu nariz? Entonces, Buda el Iluminado, les contestó: -Debemos ser conscientes de nuestros actos. Incurrí en el error de no darme cuenta de que la mosca estaba en mi nariz. Fue un acto inconsciente, pero son esos actos los que debemos evitar. Por eso, cuando recapacité y me di cuenta, ya era demasiado tarde, pues la mosca ya se había ido. -¿Y por qué la espantas cuando ya no está?-pregunta uno de sus discípulos. -Porque ahora, sí estaba consciente-contestó el Maestro. Y, aprovechó aquella situación para instruirlos sobre la consciencia y la inconsciencia de nuestros actos… I: DEBEMOS SER CONSCIENTES DE NUESTOS ACTOS Muchos de nosotros vamos por la vida como ciegos o, peor aún, como muertos. A veces, no nos damos cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor. Ciegos y sordos a la belleza que nos rodea, nuestro espíritu se priva de grandes momentos que enriquecen nuestra vida, pero la mayor parte del tiempo actuamos de forma inconsciente. Vemos, sin observar y oímos, pero sin oir. Y, lo mismo nos pasa con el resto de nuestros sentidos. Que por eso se llaman sentidos, porque son para sentir… ¿De cuántas cosas nos estamos perdiendo? Las bellezas de la vida se despliegan a nuestro paso, pero nosotros ni las vemos, porque estamos imbuidos en un estado permanente de inconsciencia. Debemos ser conscientes de nuestros actos, nos aconsejaba el Maestro Buda. Ser consciente es estar alerta sobre lo que pasa a nuestro alrededor. Afinar nuestro oído y escuchar el canto de los pajarillos. Aguzar la vista y percibir el atardecer en toda su magnitud. Sentir con nuestro tacto todas las texturas que enriquecen nuestra vida. Aprestemos nuestro olfato y sintamos las fragancias de las flores y embriaguemos nuestra ser con sus múltiples esencias. Y tenemos nuestro gusto para disfrutar de un mundo de sabores que hacen mucho mejor nuestra existencia. Si bien es cierto, todos estos órganos permanecen en nosotros cumpliendo estas funciones, por nuestra inconsciencia hemos perdido el placer profundo de su disfrute. Muchos ni nos damos cuenta de las riquezas de las sensaciones. Estamos en la vida como muertos, insensibles a esas riquezas que se despliegan a nuestro paso… II: ENTRENARNOS PARA ESTAR CONSCIENTES Muchas de las cosas que hacemos, las hacemos en estado de inconsciencia. Es decir, en forma fría y mecánica. Casi ni nos damos cuenta de ello. El místico Hindú Sai Baba, dice: “…La verdadera felicidad consiste en el logro de la conciencia de la propia alma, del propio yo, descubre que cada uno lleva esta felicidad dentro de sí. Sirve para esto un ejemplo. Muchas veces en el campo te encuentras con charcos de agua que llegan a estar verdes por la suciedad. Pero si tú tomas un bastón y remueves la suciedad, puedes ver la claridad del agua. Y así acorre con tu conciencia. La suciedad del mundo, que obra como una cobertura de tu yo íntimo, debe ser barrida para dar paso a un alto grado de conocimiento”. Si queremos vivir una vida plena, debemos remover nuestra propia suciedad para poder ver la verdadera belleza de la vida…Es en ese estado de consciencia plena en donde logramos, aunque sea por un breve instante, la unión con lo divino… Ahora más que nunca, con esto de la tecnología…Estamos perdiendo hasta la capacidad de diálogo. Mirad un grupo de amigos sentados en una mesa. Ya ni se hablan, prefieren estar mensajeando con sus celulares. La gente cena, hablando por celular o mensajeando. Vamos caminando y no importa lo que hacemos, vamos con audífonos, privándonos de todos los sonidos que se despliegan en nuestro camino. Pero, esto no tiene que ser así…Podemos entrenar nuestra mente para que sea consciente. Debemos estar alertas en todo momento. Capturar la esencia de la vida y transformarla en experiencia. Las sensaciones son el origen del conocimiento. Sentir es conocer. ¡Cómo se enriquece nuestra vida con las sensaciones! Sentir es vivir…Lo único que tenemos que hacer es ser más conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor. Atrapar la belleza al vuelo y absorberla para embellecer nuestra propia existencia. Hay que vivir la vida en toda su plenitud, pero para eso, debemos estar conscientes de nuestros actos. Concentremos la mirada y aprendamos a ver con el corazón. Capitalicemos cada acto de nuestra vida y crezcamos por dentro enriqueciendo nuestro ser…La belleza de la vida está en la mirada del que la sabe contemplar. No solo se trata de ver, sino de observar, pero observar con el alma. Pues, el alma-señores- también tiene sus propios ojos… III: SER CONSICIENTES PARA MEJORAR Nada mejor para el conocimiento que estar conscientes de nuestros actos. “Unos breves momentos ante un cuadro-dice Thomas Moore-, una puesta de sol, una sonata, algo insignificante, podría darle al alma su sustento, su sentido y su razón de existir”. Pero, muchos andamos en el mundo como muertos vivientes…Mientras estamos alertas alentamos la vivencia y esta vivencia es la mejor fuente de conocimiento. Las experiencias bien vividas son las que se graban en lo más profundo de nuestro ser. Y estas derivan en conocimiento puro. Cada momento es un filtro de ideas que perfeccionan nuestro espíritu. Cuando estamos conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, estamos en mejor posición para tomar las mejores decisiones. Una vida bien vivida es una vida en perenne estado de alerta. Conscientes de todo, podremos amarlo todo. Todo vacío viene de la inconsciencia. Consciencia denota seguridad de sí mismo y dominio sobre nuestras facultades. Las grandes verdades son producto de las grandes maneras de sentir. Hay vivir para sentir la vida viviendo… Cada segundo que pasa es una lección que hay que aprender. Pero, para lograr desentrañar su misterio, debemos estar alertas. El conocimiento no es gratis, solo nos exige un poco de consciencia. Las grandes idea, además, buscan las mentes conscientes. El que está dormido nunca se entera de nada. Los secretos se revelan a las mentes despiertas. La sabiduría es la visión de una mente alerta. Dios murmura en silencio sus grandes verdades, pero muchos están dormidos… CARLOS SARVAS JUNIO, 2013
Posted on: Mon, 02 Sep 2013 07:51:05 +0000

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