¿POR QUÉ NOS DA MIEDO VOLAR? “Todos fuimos hechos para - TopicsExpress



          

¿POR QUÉ NOS DA MIEDO VOLAR? “Todos fuimos hechos para volar, para darnos cuenta de nuestro increíble potencial como seres humanos. Pero en lugar de hacer eso, nos posamos en nuestras ramas, aferrados a las cosas que nos resultan familiares. Las posibilidades son infinitas pero, para la mayoría de nosotros, permanecen sin ser descubiertas”. -Isha ¿Qué es ser verdaderamente libre? ¿Cómo encontrar ese espacio profundo de paz y tranquilidad, en donde todo resulta perfecto, todo es para nuestro bien? ¿Por qué a veces nos enganchamos con las historias y miedos del pasado? ¿Por qué no soltamos esas lozas pesadas que no nos dejan avanzar? ¿Será que fuimos creados para caminar en el fango? ¿Es esa la naturaleza del hombre o una consecuencia de nuestras telarañas mentales? Al respecto, cuentan una historia: Había una vez un rey que recibió como regalo dos magníficos halcones de Arabia. Eran halcones peregrinos, las aves más hermosas que se hayan visto jamás. El rey entregó las preciosas aves al maestro de cetrería para que las entrenara. Pasaron los meses y un día el maestro de cetrería informó al rey que uno de los halcones estaba volando majestuosamente, planeando alto en los cielos, pero el otro halcón no se había movido de su rama desde el día que llegó. El rey convocó a curanderos y hechiceros de todas las tierras para atender al halcón, pero ninguno pudo hacer que el ave volara. Luego le presentó la tarea a los miembros de su corte. Sin embargo, al día siguiente, el rey vio a través de la ventana del palacio que el ave no se movía de su percha. Habiéndolo intentado todo, el rey pensó: “Tal vez necesito a alguien que esté más familiarizado con la vida del campo para que entienda la naturaleza del problema”. Entonces le dijo a su corte. - Vayan a buscar al granjero. A la mañana siguiente el rey se emocionó al ver al halcón volando muy alto sobre los jardines del palacio y le dijo a su corte: - Tráiganme al hacedor del milagro. La corte rápidamente localizó al granjero, quien vino ante el rey. Éste le preguntó: - ¿Qué hiciste para que el halcón volara? Con reverencia, el grajero le dijo al rey: - Fue fácil, majestad. Simplemente corté la rama. Nos da miedo volar, porque hacerlo implica una responsabilidad y compromiso. Cuando volamos sabemos que somos los únicos dueños de nuestras decisiones. Ya no podemos echarle la culpa a la relación pasada, al jefe prepotente, a la mamá sobreprotectora o a la situación del país. Nos da miedo volar porque sabemos que al hacerlo cortaremos de tajo la vida anterior, esa historia que nos hacía sentir tan “cómodos” y tan “seguros”. Nos da miedo volar, porque implica que muchas personas hablarán de nosotros, para bien y para mal. Representa que dejarás muchas personas a tu paso, algunas de ellas que probablemente conocías de toda la vida. Nos da miedo volar porque no es lo que hace la gente normal, no es lo que te enseñan en casa ni en la universidad. “Lo aparentemente normal”, es encajar en la sociedad, seguir las conductas, normas, y prototipos de la mayoría. Algunas de las razones por lo cual la gente se envuelve en este sistema de vida nada positivo y deja de tener resultados: -Indiferencia: El pensar que todo es y seguirá siempre igual. -Mediocridad: ¿Para qué ser mejor si así con esto ya más o menos vivo? -Dependencia: Si fulanito me acompaña…Si Sutanita también lo hace…Si me amas… -Miedo al futuro: ¿Y si me vuelven a traicionar? ¿Y si pierdo lo que tengo ahora? Mejor me quedó aquí. “Más vale malo por conocido que bueno por conocer”. -Inseguridad: Lo más seguro es que me vaya mal. No creo tener tanta suerte. -Ego: El querer ir más allá y volar significa que no estabas en el mejor lugar que tú pensabas. Definitivamente es un golpe duro y a la cabeza para tu ego, pero bajo un enfoque puramente racional, bastante primitivo. Los demás, la sociedad, la pareja, los padres: En resumen, todos aquellos que andan por la calle y hasta aquellos que te aman, pero que piensan que lo que ellos creen es lo mejor para ti. Son todas las personas que te dicen “no te esfuerces” “no pierdas tu dignidad” “no te cambies de ciudad” “sigue como siempre, así estás bien”. Y que aunque tú sabes perfectamente que todo ese ruido mental no es verdadero para tu vida y ni siquiera te ayuda, te lo terminas creyendo por comodidad. Cuando saltas la barda, encuentras realmente lo más emocionante de la vida, que desde hace mucho tiempo te estaba esperando. Cuando haces las paces con tu espíritu y con tu corazón, cuando realmente te perdonas y perdonas, cuando sanas, es justo ahí cuando desaparecen los rencores, las creencias negativas y el autoboicot. Es cuando te das cuenta, que el miedo a volar no te llevará a ningún lado más que a una indiferencia constante y a una vida descolorida.
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 12:46:58 +0000

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