PRODUCTIVIDAD “¿A qué se debe esa obsesión por ser - TopicsExpress



          

PRODUCTIVIDAD “¿A qué se debe esa obsesión por ser productivo?”, me preguntaba el otro día por teléfono mi hermano el mayor. Yo no diría obsesión, sino determinación, un empeño que obedece a un plan que me tracé hace un tiempo. El ser organizado y productivo (las dos cosas van de la mano y son indivisibles) me ha recompensado con un montón de beneficios muchos de ellos insospechados e imprevistos, y ha abierto un montón de posibilidades que quiero, debo, contar a aquellos que están interesados en descubrir o profundizar en este “mundo”. En mi experiencia, esto esto todo lo que he logrado conseguir con la productividad: 1Te hace sentir bien, satisfecho y útil Déjame hacerte una pregunta: ¿verdad que más de una vez has dicho… “en una mañana he hecho el equivalente a lo de todo un día”?, o también “he hecho más en una tarde que en toda la semana”. Nos ha pasado a todos. Y déjame hacerte otra pregunta: ¿cómo te sentías en ese momento de “máxima productividad? Bien, ¿verdad? El lograr terminar nuestras tareas, con total concentración y entrega, hace que te sientas bien, satisfecho, capaz y útil. Esa sensación de master-del-universo, de que puedes escalar el Everest procede del hecho de verte haciendo y terminando las cosas sin distracciones y con absoluta concentración. Y hasta esa tarea que a priori parecía complicada luego no lo fue tanto. Ese momento de total productividad ha sacado lo mejor de ti. Pues ahora imagina tener esa sensación y disfrutarla cada día de la semana durante todo el año. Intencionadamente he comenzado con esta primera razón porque muchas de las que le siguen se apoyan en ella. Porque la clave para disfrutar haciendo las cosas es sentirse bien y satisfecho. De primeras puede parecer algo sin importancia pero en absoluto lo es. Piénsalo. 2Te ayuda a centrarte en lo verdaderamente importante Es sorprendente lo mal que aplicamos nuestra energía y concentración. En el día a día le dedicamos los mismos “recursos”, esto es, energía, pasión o tiempo, a las cosas pequeñas y a las verdaderamente importantes. ¿De verdad vas a escribir un comentario trivial en un blog, ponerte a bajar una peli o decir una bobada por Twitter ANTES de responder a un correo electrónico de un compañero de proyecto y ANTES de terminar la presentación para ese importante cliente? La productividad, la determinación de estrujar cada minuto de tu día de una forma eficiente, hace que empieces a valorar cada cosa que haces y dedicarle, en su justa medida, los recursos y tiempos que se merecen. Por supuesto que yo comento en blogs, por supuesto que me bajo películas y digo bobadas por Twitter… pero no dejo, mi productividad no lo permite, que eso interfiera ni un ápice en lo verdaderamente importante. Es increíble la cantidad de pequeñas (y a veces absurdas) cosas que van apareciendo en el camino, y que nos hacen detenernos, despistarnos y hasta desviarnos de las verdaderamente importantes: ya sea nuestro trabajo y nuestro ocio personal, porque a veces, hasta ni somos productivos ni disfrutamos en nuestro ocio personal. Cuántas veces hemos oído decir: “Es que no me llegan las horas del día” o “no llego, no doy a basto”. ¿De verdad estás dedicando tu tiempo efectivo a las cosas verdaderamente importantes? ¿O te dejas atrapar por las pequeñas trampas que durante el día nos vamos encontrando? 3Te ayuda a implantar la “dieta de la información” (Muy relacionado con el punto anterior.) Es sorprendente la cantidad de basura, repito, basura, que leemos al cabo del día en Internet. Artículos en periódicos, discusiones en blogs, comentarios en un foro, una curiosidad (una gilipollez, vamos a ser honestos) que nos mandan por mail… Ojalá hubiera un contador de minutos que nos permitiera sumar el volumen de información útil e inútil que consumimos en Internet cada día. Y el GRAN problema de la última, es que consume mucho tiempo y desvía toda nuestra atención y energías hacia cosas sin la más mínima importancia, perjudicando, y de qué manera, a lo importante, a lo que tenemos que hacer o terminar, Yo antes solía “navegar” por Internet, visitando tal o cual página, leyendo algunos comentarios, haciendo clic aquí o allí. Eso se acabó. Y fue “mi productividad” la primera que me pidió que me pusiera a dieta de información. Algunas de las pequeñas medidas que tomé y me han funcionado: Analicé, filtré y eliminé de mi lector aquellos feeds que ya no me aportaban realmente algo. Establecí un momento del día para leer estos feeds. Eso de “leo feeds cuando tengo un hueco” es una mala medicina. Antiguamente, al levantarme, lo primero que hacía era “una ronda” por periódicos y blogs a ver qué decían o a ver qué novedades había. Ahora lo primero que hago es repasar con mi aplicación de GTD las tareas del día e inmediatamente después responder a los correos más importantes. Si voy a “navegar”, esto es, moverme de página en página leyendo o descubriendo, me pongo una alerta (con Quicksilver) para volver a lo verdaderamente importante en el momento justo. Porque todos sabemos lo peligroso que es navegar por Internet sin rumbo: “Anda, cómo ha pasado el tiempo, se me ha ido el santo al cielo”. Y claro, luego decimos “no me llegan las horas del día”. (No quiero ahondar más en esto porque las claves de la dieta de la información son motivo para otro post.) 4Te permite “sacar” más horas al día Es justo la réplica a la afirmación “no me llegan las horas del día”. No sé cómo os sonará esto, pero a medida que voy perfeccionando mi productividad… tengo más tiempo libre cada día. Lo digo totalmente en serio. El concentrarte en lo importante, las claves de tu día, relegar lo menos importante a un quinto o noveno plano y desde luego despreciar todo lo insignificante, te permite completar las tareas mucho antes y disfrutar de más tiempo para otras cosas. Soy un gran aficionado a la lectura. Antes sólo podía leer de noche, en cama, y unos pocos minutos antes de caer dormido. Ahora he logrado “sacar” una hora de lectura diaria y dentro de las horas de trabajo, gracias a la organización, a saber discernir lo importante de lo absurdo y a una estricta dieta de la información. Ahora diariamente también puedo dar un paseo por el parque que hay al lado de mi casa. Antes “no tenía tiempo para eso”. Pero no, antes sí tenía tiempo, pero lo dedicaba a otras cosas menos importantes. El paseo diario me ayuda a desconectar, pensar en nuevos proyectos y cargar pilas para continuar con el día. Esto sin la productividad, nunca lo hubiera conseguido. Mi próximo reto es seguir “afinando” mi día y sacar tiempo para aprender un nuevo idioma. Y estoy seguro que puedo conseguirlo… porque cada día sigo perdiendo el tiempo en pequeñas cosas que me impiden hacer lo verdaderamente importante (y no me cansaré de decir esta frase). 5Te ayuda a ser más creativo e imaginativo La organización que va de la mano de la productividad me ha permitido liberar a mi mente de la tarea de “tener que organizar las tareas”. En mi caso, gracias al GTD, tengo perfectamente organizados mis proyectos y tareas, ésa es la única misión de estos métodos de organización. Antiguamente era mi cabeza la que se ocupaba de tener que recordar: “ahora tienes que hacer esto, luego aquello, pero recuerda que tienes que contestar al mail de fulanito, ah, y no te olvides que el presupuesto te lo tiene que enviar menganito… ¡Era de locos! Al liberar a la mente de esta pesada carga puedo dedicarme a lo importante: generar ideas, madurar proyectos, crear nuevas propuestas, pensar en un nuevo artículo y moldearlo, idear nuevas mejoras para mi trabajo, etc. Y todos sabemos lo bien que se siente uno cuando genera ideas, y si son buenas, no digamos. Ése debería ser el cometido principal de nuestro cerebro… y no clasificar, como si de un vulgar casillero de madera se tratara, las cosas que tengo que hacer ahora o luego. Si eres productivo y organizado, podrás desatar tu potencial creativo y disfrutar más de lo que haces inventando nuevas cosas o dando con sorprendentes soluciones a problemas que parecían imposibles de resolver. 6Atrae otros hábitos relacionados Una vez que empiezas a obtener resultados de tus primeros experimentos… quieres más. En ese sentido es una droga. Cuando eres productivo te sientes bien, sacas más horas al día, generas más y mejores ideas, lees y te informas de lo importante… y quieres más. Te preguntas: “¿y si pudiera ser todavía más productivo?” ¡Siempre se puede ser más productivo! Yo estoy aprendiendo cada día, y cada día me equivoco y veo donde mejorar. La productividad es como una planta que hay que regar a diario porque nuestra natural tendencia es la desorganización y el caos. Y no digamos si le añadimos las distracciones y ruido que nos rodean. Por eso te hace investigar y descubrir otros métodos relacionados: técnicas y trucos de gestión del tiempo, probar aplicaciones nuevas que mejorarán tu flujo de trabajo, leer libros o blogs sobre productividad o mejora personal, etc. Todo ello para ir afinando tu yo diario. Yo he de reconocer que empecé con un libro: GTD de David Allen. Eso hizo estallar una bomba de incalculables dimensiones: empecé poco a poco, probando el flujo, luego vi los resultados, me adapté, luego los mejoré, leí otro libro de Richard Koch, amplié las técnicas de gestión personal, mejoré, leí más libros y nuevos blogs, experimenté, fui mejorando, haciendo nuevas cosas cada día… y sigo. “La productividad llama a la productividad”, podríamos decir. 7Te permite asumir nuevas responsabilidades y retos Yo antes era bastante miedoso, o precavido o cauto, como lo queramos llamar. Conservador, sí. Ahora mucho menos. Gracias a la productividad puedo abarcar más cosas y acometer proyectos que antes nunca hubiera empezado. ¿Y eso por qué? Porque al liberarme de las pequeñas cosas y centrarme y focalizarme en lo importante, he descubierto que puedo hacer mucho más y mejor. Son esas ridículas cosas que salpican nuestro día a día las que nos van poniendo pequeñas zancadillas y condicionan y sobre todo reducen nuestro potencial. Al liberarte o prescindir de ellas he logrado “hacer más conmigo mismo”. He visto que puedo hacer más y mejor y sacar lo mejor de mí. Ahora puedo hacer eso o aquello que antes no me atrevía o no podía empezar porque sé que si lo organizo eficazmente y me aplico efectivamente, puedo hacer eso y más. En definitiva: me ayuda a CRECER profesional y personalmente. Es increíble, de verdad, el poder de la productividad. Es un aliado poderosísimo y no paro de preguntarme cómo he estado tantos años trabajando mal y viviendo peor. De ahí viene mi “obsesión” por la productividad y la organización, porque me ha hecho mejorar en cada cosa que hago. Y estoy empeñado en que siga siendo así.
Posted on: Wed, 10 Jul 2013 05:07:37 +0000

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