PROGRAMACIÓN EN EL 2013 _ G.M. de Llano. (En Artes Visuales)-Continuación. (26)- En octubre, abro otra nueva carpeta que titulo “Dibujos firmados con el dedo”. (En papel DIN A4, con rotulador de tinta negra). Se trata de un desarrollo de los ya denominados “dibujos alámbricos” y de la serie que llamé “nódulos”, pero que se elevan a composiciones de otro rango formal. Aquí, cuenta incluso la velocidad del trazo con el que llego a adquirir una rapidez alta en algunos momentos de la ejecución. Este nuevo planteamiento me permite diseñar figuras con adquisiciones nuevas que sintetizan también momentos anteriores y pueden elevar sus posibilidades expresivas. Tengo la impresión de que también su densidad. Llega a interesarme hasta el sonido del rotulador cuando lo desplazo por la superficie lisa de papel blanco. A veces, tengo la impresión de que la composición musical me atrae desde un horizonte que no exploré todavía suficientemente. Es una limitación que asumo todavía. En lo que queda de año, he decidido centrarme en la perspectiva de estos dibujos, aunque en el 2014 intentaré ampliar el formato para su realización en el estudio. Ya veré. A propósito de la experiencia musical, aprovecho para dejar aquí una nota biográfica sobre mi actitud reciente ante las melodías que acompañan las series de películas más populares de televisión. Y es que me dio la impresión, en algunas particularmente, que van narrando el guión musicalmente como si fueran capaces de ir contando en otro plano el argumento para enriquecerlo en su expresividad. Se hace más hondo el relato. Es un aspecto que ahora comienza a llamarme la atención mucho, y hasta me pareció que el coro en la tragedias griegas debía tener alguna similitud formal con esta perspectiva. Desde el planteamiento del lenguaje tiene que ser muy interesante analizarlo. Sobre los dibujos de esta serie, aún comentaré que siento los materiales que empleo y los instrumentos que utilizo como formas con su dinámica formante correspondiente, según la advertencia del Dinamorfismo Filosófico; aunque con una apertura de posibilidades que yo como autor deberé conjugar y saber encauzar en síntesis para la figuración. Creo recordar que Miguel Ángel hizo algún comentario sobre este tema a propósito del mármol. Lo comprendo mejor ahora. También me parece que al impulso para dibujar que inicialmente me animó se va añadiendo una clarificación reflexiva que incrementa su presencia hasta llegar a lo que podría llamarse “voluntad de arte”. Es un dinamismo que se irá clarificando con la práctica. Como voy intercalando notas que deberían figurar en el apartado del Diario de Artista, independientemente de que las traslade a este marco en otro momento, me tomo la licencia de relatar ahora confidencialmente unas experiencias semejantes que tuve un mismo día con dos perros muy distanciados y de raza diferente, al pasear al a tardecer por la playa, terminado setiembre frente al Mediterráneo. Y es que advertí, por las contundentes amenazas que los canes me dedicaron con sus ladridos, que ellos custodiaban algunas construcciones, como castillos de arena, que habían quedado solitarias cerca de las olas y que yo no debía, según sus avisos, estropear o destruir. Tenía la impresión de que me hacían una advertencia “muy seria”. El tema para mí es que he comenzado a plantarme desde entonces la posibilidad de que los animales tengan sentimientos estéticos o que sean capaces de empatizar con nuestros sentimientos estéticos. Aquella defensa de los “castillos” por los perros no me pareció que fuese una mera cuestión territorial. Era como si mantuvieran al menos una profunda empatía y fidelidad con los autores de aquellas singulares obras en su ausencia reclamando el respeto a lo que allí quedaba. Tuve la impresión de que les gustaba aquello. Me siento entre la fantasía y la ciencia. Es un buen recuerdo que me queda para el otoño, de este paisaje cubierto de luces y próximo al Atlántico. A comienzos de octubre, y sobre la cuestión de la relación de la plástica con el sonido, tuve otra sorpresa cuando hacía uno de los dibujos de esta serie, porque escuché un eco del mar como respuesta al ruido que el rotulador hacía al rasgar dibujando para dirigir el trazo hacia el agua cuando lo subía por el papel. Yo estaba aquella tarde sentado sobre la arena de la playa cerca de una orilla que alcanzaba el sosegado oleaje. La cuestión es que a propósito de esta experiencia volví a reflexionar sobre el tema del arte y la naturaleza que me vino ocupando desde hace tiempo, y que ahora percibo de un modo más claro. En esta experiencia dibujística no tiene sentido proponerse “imitar” a la naturaleza. Más profundamente, se trata de comunicarse con ella, de una comunión o unión que no implique confusión. La conciencia juega aquí también un papel. Tal vez en el arte se trata precisamente de esto. De que la conciencia aprenda a ocupar su puesto en el universo. Pero la abstracción artística, lejos de suponer un distanciamiento de lo que reconocemos como naturaleza, sería una perspectiva que nos señala la forma profunda de lo que percibimos. Y es que con el arte abstracto estrechamos nuestra experiencia con lo real penetrando en su núcleo originario. Tendré que revisar nuevamente mi lectura de Worringer sobre el tema. En realidad, recupero una perspectiva que comencé a diseñar a principios de lo setenta del siglo pasado y que ahora integro en la noción de Dinamorfismo Visual.
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 22:15:58 +0000
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