Papá, ¿Es bonito enamorarse? Me preguntó mi hija Andrea una - TopicsExpress



          

Papá, ¿Es bonito enamorarse? Me preguntó mi hija Andrea una noche cuando salíamos del cine; pues verás, le dije sin mirarla de frente, enamorarse es algo muy lindo, uno aprende a vivir diferente, a sentir distinto, a llorar de otra manera y a soñar de otros modos que no habías nisiquiera pensado antes. ¿Y cómo te enamoraste por primera vez? Caray, le contesté, Kevin Arnold, el de los años maravillosos decía que algunas personas se pasaban la vida buscando el amor, pero él lo encontró en su propia calle, a mí me pasó igual. Me enamoré por primera vez cuando tenía cuatro años, una noche de apagón en la que iba de la mano de mi madre y ella se encontró con una amiga que iba con su hija, una pequeña de mi edad que vivía a la otra cuadra de mi casa. Yo estuve enamorado de esa niña desde esa noche hasta que tuve diecisiete años. Cuando tenía siete años me gustaba pararme en la esquina para verla llegar del colegio vestida con su falda gris y su blusa blanca. Un día averigüé la fecha de su cumpleaños y le pedí dinero a mi padre para hacer un trabajo de la escuela; esa tarde fui a muchas librerías y bazares para buscarle un regalo, al final le compré unos cuentos y pedí que los envolvieran en papel de regalo para niñas. Luego fui hasta su casa y me paré frente a su puerta esperando que saliera, como si supiera que iba a salir en cualquier momento y después de dos horas salió con su madre, llevaba un vestido celeste muy lindo y unos lazos del mismo color, quise acercarme a ella para darle su regalo pero mis pies no se movieron y mis labios no articularon ninguna palabra, ellas pasaron delante de mí y no pude hacer nada, las vi alejarse y perderse entr la gente. Yo volví a mi casa y guardé ese regalo durante casi siete años más. Nunca le dijiste nada, me preguntó mi hija. Pues no, nunca le dije que me gustaba o que la quería, al menos no lo hice defrente o en su presencia, cada tarde, cada noche, al volver de la escuela subía a la azotea de mi casa y cantaba canciones de los Hombres G mirando a su ventana. Usando las palabras de David Summer y compañía le decía cuánto la quería y le prometía ir a esperarla a la puerta de su colegio. Así durante mucho tiempo, me abracé a mis amigos prometiéndome que no lloraría mientras le cantaba que la quería sin que ella pudiera escucharme. Cuando ingresé al Colegio Militar le escribía cartas que nunca enviaba, diciéndole cuánto la quería y pidiéndole que fuera mi enamorada. Tete se burlaba de mí porque durante mi época de perro me pasé haciendo un Slam para ella (esos cuadernos con los que los chicos de aquella época contábamos nuestras intimidades a colores) y cuando lo terminé ella ya tenía un enamorado. Así que no tuve más remedio que refugiarme en mis amigos, que siempre sabrán que hacer, y prometerme echarle polvos pica pica al mamón de su enamorado. Cuando ingresé a la Universidad ella me aceptó y no funcionó. Estuve enamorado casi por trece años y la relación sólo duró dos meses. A pesar de ello, aprendí mucho de mi primer fracaso. Viví una bella ilusión durante trece años y al terminar ésta di por cerrado un periodo lindo de mi vida, mi infancia. Esa niña era lo último que me ataba a mis recuerdos de niñez y mis aventuras de barrio, al separarme de ella entré de lleno a mi juventud, conocí otras personas y tuve otros amores, pero eso te lo contaré otro día, cuando no esté tu madre, para que no pueda escucharnos, le dije mientras le guiñaba el ojo...
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 00:00:41 +0000

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