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Para compartir un día sábado del septimo día, con amigos y familiares: En el Salmo 40, hay un profecía mesiánica muy importante y con un mensaje muy importante para el mundo cristiano que intenta sublevarse contra la autoridad del Creador y Reacreador Cristo Jesús. Es gracias a esta profecía que se puede entender clara, plena y llanamente el mensaje profético final de los últimos días dado por Dios al profeta Daniel y al apostol Juan. Es un mensaje esperanzador en medio de un mundo desesperanzado, es un mensaje muy claro y brillante en medio de un mundo confuso y oscuro. El mensaje central de la biblia se puede resumir en los 10 mandamientos llevados a la practica por medio de la obra reavivadora del Espíritu Santo. Jesús mismo dijo que la toda le ley y los profetas se resumían en amar a Dios en primer lugar y en segundo lugar amar al prójimo. Amar a Dios implica obedecerle, guardando sus mandamientos. Por eso Jesús dijo reiteradamente, si me amais guardad mis mandamientos. Amar al prójimo es el segundo mandamiento en importancia según palabra de Cristo, y esto implica los 6 mandamientos restantes. Cristo existió desde la eternidad según la palabra de Dios, la Biblia y es por ello que hay profecías donde aparece Cristo hablando sobre si mismo. Este es el caso del siguiente Salmo Salmos 40 (Reina-Valera 1960) 1 Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. 3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. 4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. 5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados. 6 Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. 7 Entonces dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí; 8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón. 9 He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo sabes. 10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea. Jesús mismo se ofrece como sacrificio como dice el verso 7, y el sistema de sacrificios debia ser reemplazado como lo describe el verso 6, y culmina el verso 8 diciendo: "hacer tu voluntad me ha agradado" y "tu ley está en medio de mi corazón". Jesús mismo nos muestra que la LEY de DIOS esta en medio de su CORAZÓN. Es por ello que Jesús reposó el día Sábado del Séptimo día en la tumba, fue el momento más profundo de la historia del universo. El mismo hijo de Dios decidía poner su vida por nosotros, seres rebeldes y pecadores. Jesús en el centro de su corazón guardó la ley de Dios. ¿Que relación tiene todo esto con el santuario de Dios dado a los hebreos? En el santuario de Dios, en el corazón mismo del lugar santísimo, se encontraba el arca del pacto, donde Dios había decidido manifestar su gloria dentro de ese recinto tan sagrado (santisimo) solo podía entrar el sumosacerdote (símbolo de Cristo como sumosacerdote y único en intermediar entre Dios y los hombres). Dentro de este artefacto sagradísimo símbolo de la expiación de Cristo por nuestros pecados, se encontraba resguardada una copia de la ley de Dios escrita por su propio fuego. De eso lo atestiguan varios versículos del Exodo y Deuteronomio. Podríamos resumir que el corazón del sistema simbólico del plan de salvación de Dios era Cristo y la Ley de Dios. Cuando el pecado entró en el cielo fue por rebelión de Satanás, Satanás había decidido poner fin a la autoridad de Dios y cuestionar su sagrada Ley, que hoy conocemos porque el mismo la escribió con su dedo en tablas de piedra. El plan de salvación de Dios no consiste en rebajar la norma a costa del pecado. El amor de Dios no es un amor barato, costó la sangre más nomble y pura del universo entero, la sangre del mismo hijo de Dios. La Ley de Dios determina la autoridad del Autor y Consumador de la fe y de la ley. Cristo se manifiesta como este autor y consumador, por quien Dios creó el universo, y por medio de quien lo santificó. El sábado del séptimo día es el centro de la Ley de Dios, porque pone de manifiesto y grita en lo alto el nombre de Cristo como Creador y autor de la ley, como Recreador y afirmador-cumplidor de la ley. Es a este Cristo perfecto y puro que perdona todo pecado que debemos amar, cumpliendo como El lo determinó desde el día que fuimos creados guardar el día Sábado del Séptimo día. Aquí no se trata de religiones, aquí se trata de mi relación con Jesús, de tu relación con Jesús. Es el deber del hombre tener fe, en Dios, creer en su amor, creer en su palabra, es el deber del Espíritu Santo convencernos y llevarnos al arrepentimiento, pero nosotros finalmente decidimos hoy a quien servir, si a Dios o a los hombres. En este mundo que se debate por obligar a todos a guardar el domingo símbolo del poder humano por sobre el de Dios, es que escribo este sencillo escrito dedicado a los que realmente buscan la verdad y son guiados por el Espíritu de Dios. Deseo de todo corazón que puedan decidir por la causa justa y correcta, la que tiene recompensa de vida eterna en el cielo, que Dios tiene preparado para nosotros en su reino. No esperen que Dios venga a transformar la tierra, porque esta predicho que como en los días de Noé sería el fin con muchos desastres y fenómenos extraños y con mucha obra del poder de satanás para engañar. Por eso insisto que lean y estudien la palabra de Dios, la luz mas poderosa para cambiar una vida de pecado y para advertirnos de los engaños del enemigo de Dios. No soy una persona perfecta, el Espíritu Santo lucha en mi interior por perfeccionarme, ultimamente no sigo una religión, pero decidí guardar la palabra de Dios y la ley de Dios en mi corazón. La ley de Dios debe ser escrita por el Espíritu Santo en nuestros corazones, pero esa ley debe ser la misma que escribió Dios con su dedo en las tablas de piedra y la misma que está en el medio del corazón de Jesús. Esto es todo por mi parte, Dios hará la suya en ti. Damián
Posted on: Sat, 20 Jul 2013 02:26:01 +0000

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