Para entender en su justa medida al contrato administrativo resulta necesario tener en cuenta que para el cumplimiento de sus fines administrativos, el Estado, a través de la Administración Pública, actúa o puede actuar en dos formas distintas: ejerce por sí mismo la actividad respectiva o utiliza al administrado o particular para que colabore con él. Este segundo caso se materializa jurídicamente a través del “contrato administrativo”, que vendría a ser una especie dentro del género “contrato”, pero con notas tipificantes que lo diferencian nítidamente del contrato de derecho civil. Es decir, lo contratos administrativos vendrían a constituirse en uno de los instrumentos jurídicos más importantes con que cuenta la administración para la satisfacción de sus necesidades y el cumplimiento de sus objetivos. Una definición doctrinaria que contiene las particularidades de los contratos administrativos los define como aquellos contratos que son celebrados por la Administración Pública con una finalidad de interés público y en los cuales, por tanto, pueden existir cláusulas exorbitantes del derecho privado o que coloquen al cocontratante de la administración pública en una situación de subordinación respecto de esta. Marienhoff por su parte define al contrato administrativo como el acuerdo de voluntades, generador de obligaciones, celebrado entre un órgano del Estado, en ejercicio de las funciones administrativas que le competen, con otro órgano administrativo o un particular o administrado, para satisfacer finalidades públicas. Abog. Jorge Augusto Granada Torres
Posted on: Mon, 08 Jul 2013 10:52:51 +0000
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