Parte I. La Noche fría En una oscura y fría noche, camino sin rumbo, camino sin buscar nada, sin encontrar nada, solo pongo un pie delante del otro sin motivo. Fue en una noche sin ilusiones como esta, en que la halle casualmente, en el parque cerca de mi casa, estaba sentada en una banca de cemento que estaba mas fría aún que la brisa nocturna que corría incesantemente, estaba temblorosa y sola, me acerque y a pesar de mi propia tristeza la mire con simpatía, su aspecto de mayor desolación me conmovió, su casi imperceptible sonrisa al verme fue una invitación a abordarla, recuerdo que cada detalle de su mirada expresaban elocuentemente un dolor muy antiguo, sus ojos enrojecidos delataban un llanto intenso, le ofrecí un pañuelo y un cigarro que ella acepto sin decir palabra. Me quede parado al pie de ella por incalculables minutos, mientras fumaba se fue calmado un poco y por fin iniciamos una conversación. Fue el encuentro de dos extraños inundados de soledad, hablamos de cosas monótonas, me interrogo si estaba bien con mi vida, le comente algunas cosas que incomodaban mi existencia, y ella con mayor confianza me compartió algunas de sus penas sin reparos, dialogamos libremente, lo hicimos sin temor a la infidencia, quizás porque el anonimato nos protegía y creímos que nunca más nos volveríamos a ver. De pronto empezó a hablar casi atropelladamente, tan rápido que me costo seguir el hilo de sus palabras que se ahogaban en sollozos, de pronto callo y sus ojos inundados de lagrimas, me miraron con curiosidad, había caído en cuenta que era un completo extraño, se levanto con impulso felino y se alejó de mí, apresurando el paso, esa rara calidez y su ausencia me dejo más entristecido que al principio, pero luego me di cuenta que me dejo una esperanza, volver a verla.
Posted on: Wed, 10 Jul 2013 23:34:45 +0000
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